«Son las flores de cerezo tan solitarias que se parecen a ti.
Más profundo que una herida de un cuchillo es mi pecho donde estás grabado tú.»—¿A dónde quieres ir a cenar? —preguntó Seungwoo.
—A donde siempre. —respondió Dongpyo.
Estaban parados en la acera frente al edificio del mayor, Seungwoo acomodaba la bufanda sobre la chamarra del bajito, las tardes últimamente estaban más frías.
—Te ves tan esponjoso. —dijo—. Sólo quiero abrazarte.
—¿Ah, sí? —murmuró el bajito, rodeado con sus brazos el cuello de su novio.
Seungwoo lo tomó por la cintura y lo acercó más, frotó sus narices juntas. Estaba anocheciendo, la luz de las farolas y edificios comenzaba a hacerse más notoria.
—Quiero sostenerte siempre. —dijo.
Podía notar los ojos de Dongpyo brillantes, su rostro captaba la luz y dejaba las sombras perfectas, lucía hermoso, resplandecía. Estaba encantado, así que se inclinó y lo besó, apretó la pequeña cintura entre sus manos, deslizando una mano hasta dejarla posada en la espalda baja del menor, intentado acercarlo más.
—Te quiero. —susurró Dongpyo sobre sus labios.
El pecho de Seungwoo, de alguna forma, se llenó de calidez, se alejó lo suficiente para deslizar su fría nariz por la mejilla del menor, pasando hasta su cuello, haciéndolo reír.
Un sonido tan dulce y melódico, quería escucharlo siempre.—Te quiero. —susurró también, volviendo a besarlo, porque no podía tener suficiente.
Creía que nunca tendría suficiente de su dulce novio, sostenerlo, sentir su temblor, su aroma. El conocimiento de que era real, de que tenía un corazón latiente, que podía tocarlo y sentir su calidez. Era real y podía sostenerlo, se sentía fabuloso.
—¡Seungwoo!
El grito fue lo suficientemente fuerte y sorpresivo para hacerlos saltar y separarse de golpe.
Seungwoo se giró y pudo ver el auto de sus padres en la calle, su mamá salía apresurada, azotando la puerta a sus espaldas, se dirigió a paso rápido a él, en cuanto estuvo enfrente le soltó una bofetada.—¿Qué crees que estás haciendo? ¿Qué es esto? —decía furiosa—. ¡No puedes estar haciéndonos esto!
—No estoy haciendo nada malo. —replicó, Dongpyo se sostenía fuertemente de su brazo—. Debes calmarte, mamá.
—¿Calmarme? ¡Tienes un futuro planeado! ¡Debes estar bromeando!
—¡Un futuro que tú planeas!
—Seungwoo, ¿qué es todo esto? —dijo su padre duramente llegando a donde ellos—. Primero dices que no trabajarás en la empresa y ahora te encuentro exhibiéndote vulgarmente, ¿qué carajos crees que haces?
—¿Vulgarmente? Debes tomarme el pelo, papá.
—¿Quién es éste muchachito? ¿De dónde lo sacaste? —bramó ella—. ¡Eres un aprovechado, tú niño!
—¡No voy a aceptar esto, Seungwoo! ¡No nos puedes defraudar así! —siguió el hombre—. ¡Y tú muchacho, no voy a dejar que te metas con mi familia! ¡Que te aproveches de mi hijo y lo engatuses!
Dongpyo cerró los ojos y se encogió cuando el hombre levantó la mano, esperando un golpe que no llegó.
Seungwoo sostenía la mano de su padre, apretándolo fuerte, tenía una expresión seria en el rostro, como nunca lo había visto.—Atrevete a tocarlo y olvidaré que eres mi padre. —dijo con frialdad.
—¿Cómo te atreves...?
—Son mis padres y no quiero tener que ser grosero —interrumpió, notó a su novio moviéndose, se estaba yendo—. Pero no pueden meterse en mi vida, y no voy a permitir que le hablen mal a mi novio.
—¿Novio? —cuestionó incrédula su madre.
—Así es —dijo, echó un vistazo sobre su hombro y vio a Dongpyo alejándose, tenía que ir tras él—. Me echaron de casa cuando me gradúe, dijeron que debía ser un hombre y hacer mi vida, eso hice, conseguí un trabajo, pagué mi departamento, he vivido por mi cuenta varios años, no necesito que vengan a involucrarse, no pueden hacerlo y si van a seguir en su actitud grosera, entonces no quiero verlos. Espero piensen bien en sus actos, porque no dejaré que entren a mi vida.
Se dio la vuelta y comenzó a andar apresurado, veía la espalda de Dongpyo a la distancia, corría, pero no parecía ver exactamente por dónde iba.
—¡Seungwoo, regresa aquí! —gritó su madre atrás de él.
La ignoró y echó a correr, tenía que alcanzar a Dongpyo, sostenerlo. Corrió más deprisa cuando el chico llegó a la esquina, con el pánico haciendo un nudo en su garganta.
Llegó a él justo a tiempo para tomarle la mano y halarlo, evitando que fuera arrollado por un auto.
Lo jaló con tanta desesperación que ambos cayeron de espalda al suelo.
El chico cubría su rostro, estaba llorando tan fuerte que temblaba. Seungwoo se acercó a él y lo atrajo contra su pecho.—Por Dios —musitó, estaba tan pálido y temblaba—. Dios, creí que...por un segundo...
Ni siquiera podía hablar bien, sentía el miedo y la desesperación inundándolo.
Si no hubiera llegado a tiempo, si no hubiera jalado a su novio a tiempo...Se quedó ahí, aferrándose al menor, con sus mejillas llenándose de lágrimas. Sintiéndolo temblar por el llanto, sintiendo como jalaba de su suéter para aferrarse a él también. Seungwoo se arrodilló frente a Dongpyo y acunó su rostro entre las manos, manos temblorosas.
—Si algo...te hubiera pasado...no podría con eso. No podría. —dijo sollozando, después le besó la frente, las mejillas, le llenó el rostro de besos—. No los escuches, tú eres todo para mí, lo eres todo. Eres hermoso e increíble, lo mejor que me ha pasado en la vida.
—Perdón...
—No, no tienes que disculparte por nada —interrumpió—. Yo te pido perdón por ponerte en esa situación.
Dongpyo lo observó, llevó sus manos a las mejillas del mayor y las acarició dulcemente.
—Todo está bien. —murmuró.
—No tienes que decirlo si no lo está.
—Estoy triste, por ti, por mí. No sé.
—Siempre puedes hablar conmigo —dijo apoyando sus frentes juntas—. Siempre.
Lo sabía, pero por alguna razón, Dongpyo no podía hablar de sus pensamientos en voz alta. Se sentía horrible por eso, por sus pensamientos, por no poder confiarlos.
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Be Positive. [SeungPyo]
FanfictieHay una cosa que identifica a Son Dongpyo aparte del aura triste que le rodea; su mala suerte. Lo sabe más que nunca cuando el primer día en el taller de teatro le tira el café al ayudante de su maestro. Acostumbrado a esperar lo peor, no puede cre...