Capitulo 14

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Después de un largo rato Ximena despierta.

—¿Qué ha pasado? Me duele mucho la cabeza y no recuerdo el momento en que vine a mi dormitorio.

—Te traje yo, Mamá. Te desmayaste cuando te pregunté porque diste una dirección falsa. Aún tienes que explicármelo, eso fue algo muy inmaduro y sospechoso. ¿Por qué quieres inculpar a Papá?—Dice Aarón sentándose en un costado de la cama.

Ximena no sabe qué responder, Mira toda la habitación y suspira.

—Lo siento, hijo. Creí que de verdad había sido él cobrando venganza y quería qué lo encarcelaran al menos unas semanas.

—Eso es demasiado inmaduro, Ximena, debes tener pruebas de qué el lo hizo y no ponerte a inculparlo y hacer cosas para que el parezca un sospechoso. Me decepcionas.

Aarón se levantó y se fue, estaba muy decepcionado por la actitud infantil de su madre.

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—Hola, Aarón. ¿Cómo estás?—Pregunta Engel quién ha venido a la casa de Aarón.

—Hola, Engel. Todo empeora, ¿y tú?

—¿A qué te refieres con qué todo empeora? ¿Estás bien?

—Si, yo estoy bien.

—Hace semanas que no sé nada de Abigail, no responde mis llamadas ni mis mensajes de texto, vengo a la casa y siempre está cerrada.

—¿Tú tampoco lo sabes, Engel?

—¿Saber qué? Aarón me estás preocupando.

Aarón suspira, no sabe cómo le explicará a Engel que su querida novia fue secuestrada y no saben nada sobre su paradero.

—Engel, Abi fue secuestrara hace semanas, la hemos buscado por todas partes y no hay un solo rastro de ella.

A Engel se le llenan los ojos de lágrimas, creía que Abigail estaba molesta con él y por eso no respondía sus llamadas ni mensajes de texto.

—Aarón, ¿Por qué no me habías dicho nada de esto? ¿POR QUÉ ME LO OCULTASTE, AARÓN?—Grita Engel, tomó a Aarón de su camisa y lo sacudió.

–Engel, cálmate, creí que lo sabías—Dice Aarón tratando de calmar a Engel—. Hay volantes de ella por toda la ciudad, creí que ya te habías enterado. Lo siento.

Engel empieza a llorar cómo si de un niño pequeño se tratase.

—Mírame, Engel, encontraremos a Abi sana y salva y ustedes podrán estar juntos de nuevo.

—Si me la devuelven—Dice Engel entre sollozos—... nadie, nunca más, le va a hacer daño.

Aarón abraza a Engel, a ambos les duele que Abigail no pueda estar con ellos.

—La vamos a encontrar, Engel, solo es cuestión de tiempo. El oficial ha venido a recogerme, debo irme. Tú vete a casa, muchacho.

Engel asiente y se va a casa. Aarón empieza a hablar con el oficial.

—Buenas tardes, Aarón. ¿Está su madre en casa?

—Buenas tardes, oficial. Si, adelante, pase.

—Buenas tardes, señora Ximena. Vengo porque necesito hablar con usted, dió una dirección falsa y eso es sospechoso, necesito hacerle unas preguntas.

—Buenas tardes, oficial.

—¿Por qué nos dió una dirección falsa?

—Creí que ahí se había hospedado.

—Yo hablé con el señor Miller, el me dijo que usted le había hecho la reservación, por lo tanto, usted no pudo "creer" qué el estaba hospedado ahí.

—Yoo—Ximena titubea—... Mi memoria no está funcionando bien.

—Señora Ximena, sus palabras cada vez me confunde más, usted tendrá que acompañarme a la estación de policía.

—¿QUÉ? ¿YO? ¿A LA ESTACIÓN? NO SEÑOR.

—Ximena, no haga las cosas más difíciles para los dos. Por favor, acompáñeme.

—No, no iré a ningún lado.

El oficial, rápidamente, le inyectó un sedante a Ximena, de una forma u otra, debía llevarla a la estación. Aarón ayuda al oficial a llevarla al auto. Llegan a la estación y ponen a Ximena en una silla, pronto se le pasará el efecto del sedante, puesto a que es un sedante que solo usan cuándo van a trasladar algún encarcelado se una celda a otra.

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¿Extrañan a Abigail?

Te odio, MAMÁ. | #Wattys2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora