Capitulo 9

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—¿Sabes qué? No me arrepiento—Exclamó Olivia levantándose bruscamente del sofá—Siempre me quitaste todo lo que yo quería; Juguetes, amigas y hasta novios. Tú siempre lo conseguías todo y a todos. Siempre tenía que quedarme con tus sobras, con lo que ya no querías y me cansé de que las cosas fueran a si. Aunque todo halla sido planeado, ya lo besé, acaricié su piel, lo tuve entre mis brazos... y todo eso lo hice primero que tú, ya lleva mi marca, mi huella... y es algo que nunca podrás borrar de su piel, ni de su corazón y mucho menos de su mente.

Abigail se molestó mucho y le dio una bofetada a Olivia

—Sal de mi casa, Olivia, ahora.

Olivia tomó sus cosas y se fue. Cuándo Olivia cerró la puerta, inmediatamente Abigail estalló en llantos. Aarón, quien iba llegando del trabajo, vió a su hermana tirada en el suelo. Corrió hacia ella y la abrazó.

—¿Qué ha pasado? ¿Acaso Engel te hizo algo?

Abigail no puede hablar, solo llora y llora. Luego de un largo rato, Abigail le cuenta lo sucedido a Aarón.

—Esa Olivia nunca me dio buena espina. Dios mío. Espera aquí, te traeré un vaso de agua.

—Yo confiaba en ella, Aarón.

—Lo sé, pero me tienes a mi. Soy tu hermano y tú mejor amigo. Te amo más que nadie en este mundo.

—Gracias, Aarón, no sé qué haría sin ti.

Abigail, luego de un par de horas fue a casa de Engel. Toca el timbre de la casa y Jason abre.

—Hola, Jason—Dice Abigail con un poco de vergüenza—. ¿Podrías llamar a Engel?

Jason busca a Engel.

—Hola, Abigail. ¿Qué se te ofrece?—Dice Engel. Su rostro no muestra expresión alguna.

—Lo siento, Engel. Debí creerte, todo era más que obvio—Responde Abigail con la mirada baja.

—No te preocupes, ya pasó. Pero para la próxima deberías creer más en las pruebas. Con tu permiso, debo irme.

—¿A dónde va?—Pregunta Abigail a Jason.

—No lo sé. Está molesto, Abigail, el quizo que vieras quién era Olivia en realidad, lo abofeteaste, lo ignoraste... no creíste en su palabra, Abigail.

Abigail se va corriendo a casa. Al llegar toma tu móvil y le escribe a Engel.

—Mi actitud hacia ti fue muy tonta e infantil, aunque todo estaba claro, dude de tu palabra. Lo siento mucho, Engel. Tú y mi hermano son mi sustento a estas alturas de juego. Casi no veo a mi madre, la cual tiene planes extraños con unos hombres, hace semanas que no veo a mi papá, mi hermano trabaja, así que no puede estar conmigo todo el día. Engel, por favor, esto no puede terminar así. Perdóname.

—Ya no te preocupes, Abi. ¿Quieres que pase por ti?

—Si, por favor.

Abigail y Engel salieron a tomar un paseo. Pasaron toda la tarde juntos.

**************

—¿Dónde estabas, Abigail?—Pregunta Ximena enojada—Llevó toda la tarde esperándote.

—¿Y tú para qué tienes que esperarme?

—Ven, vamos a la clínica. Hay que hacerte unas pruebas.

—¿Pruebas de qué?

—Camina y no preguntes.

Ximena llevó a Abigail a una clínica, no había nadie. Eran las 6:00, a esa hora no había consultas con ningún doctor. Ximena y Abigail se dirigen al laboratorio. Está oscuro, solo hay una pequeña lámpara dentro del laboratorio.

—Es ella. Hazle todas las pruebas que sean necesarias—Dice Ximena mostrando a Abigail.

—Acuéstate aquí, preciosa—Dice la que parece ser una doctora—. No te haré daño, solo algunas pruebas.

La acuestan boca arriba en una camilla.

—Abre tus piernas.

Revisan a Abigail. Luego la sientan en la misma camilla, le sacan unas muestras de sangre y la doctora se pone a hacer pruebas con eso.

Luego de un largo rato la doctora trae unos cuantos papeles en sus manos.

Te odio, MAMÁ. | #Wattys2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora