V

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Jimin estaba soñando, y en cualquier segundo se despertaría. Estaría de vuelta en su cama, de regreso en su departamento, en lugar de estar echado sobre una silla de montar, atado como el prisionero que parecía ser. Toda la experiencia tenía que ser producto de su activa imaginación. No había otra explicación lógica para que él estuviera viendo lo que veía; campo en lugar de calles pavimentadas, riachuelos en lugar de Starbucks, y un bosque donde debieran estar edificios. Incluso los olores estaban mal, en lugar de gasolina y los aromas de los alimentos calentándose, sólo habia el olor acre del césped y de la tierra llenando sus sentidos en la brisa de la fresca noche.

La hierba era alta a lo largo del camino, rozando los flancos del caballo, la ruta que seguían apenas parecía un camino, más bien un sinuoso sendero de tierra. Oyó coros de ruidosos insectos silenciarse mientras pasaban. Era casi hermoso, la tranquilidad, la luz de la luna iluminando lo vasta que era la tierra, árboles y arbustos hasta donde alcanzaba la mirada. El habría sentido miedo en la intemperie si se hubiera encontrado sólo, porque en la belleza del paisaje se encontraba también algo antiguo y silencioso que a Jimin no le gustaba. Los ruidos, como el tráfico, lo tranquilizaban, lo reconfortaban; el que sólo se escuchara el sonido del viento era inquietante. El bosque se alzaba más allá del claro que estaban atravesando y aún más allá se veía una obscuridad que sabía eran montañas. Colgado sobre la silla del caballo, los únicos viajeros en un camino solitario, Jimin se encontraba incómodo y vigilado.

Se había transportado a mitad de la nada y por ninguna razón que pudiera imaginar. Jimin no soñaba con el campo; el soñaba con hoteles de cinco estrellas y servicio al cuarto. Caballos, el olor de la piel, del sudor, pino, sándalo, y a hombre... normalmente las lociones y el jabón lo excitaban, no las actividades al aire libre. Muchas mujeres que él conocía tenían la fantasía guerreros escoceses y sus praderas, pero como un hombre gay y orgulloso de serlo, esas fantasías no le llamaban la atención. Un activo era una cosa; un hombre súper macho haciéndoselo en una cama de paja en una tienda de campaña no era realmente su idea de pasar un buen rato. Él era demasiado pragmático. Como por ejemplo: ¿qué usaban como lubricante en la Edad Media?

Jimin tenía que intentar separar la realidad de la fantasía. ¿Se había caído? ¿Se había golpeado la cabeza? ¿Lo habían atrapado y asesinado los hombres que lo perseguían? ¿Estaba muerto y esto era el infierno? Quedarse atrapado en la Edad Media por toda la eternidad ¿era ese su castigo por lo que fuera que había hecho? ¿Era eso posible? De pronto unos dedos le acariciaron el cabello y devolvieron su atención de nuevo al presente... o a su sueño... o a su sueño presente. Dios, realmente necesitaba despertar.

Obviamente se había caído en el parque y estaba ahora desmayado en algún lugar, probablemente detrás de la biblioteca. Todo eso debió ocurrir antes de ser atrapado. Antes de que el hombre lo hubiera tomado en sus brazos... el hombre con esos ojos obscuros tan sensuales... él debía haber estado desmayado. Jimin sabía que debía haberse desmayado antes de que el hombre apareciera, ya que un hombre alto, moreno y hermoso siempre había sido parte de sus fantasías. Él no existía. Jimin tenía que haber estado desmayado en ese momento. Tenía que haber estado soñando o... quizás había caído en coma. Quizás esto era estar en coma. Quizá soñabas sin frenos, absolutamente sin ningún control.

Todo lo sentía tan real. No solo podía Jimin ver con toda claridad, o tan claro como era posible a la luz de la luna, sino también podía oler al hombre en cuya silla estaba colgado. Podía oler también al caballo, así como la tierra húmeda y algún tipo de flores. Jimin estaba incómodo, y no se podía despertar. Esos eran signos reveladores de realidad. Pero dejando todas las pruebas a un lado, no había manera en que pudiera estar despierto. Él no podía estar donde creía estar, trotando por un sucio camino que serpenteaba a través de un denso bosque. No existía ningún lugar como ese en el centro de Chicago.

PERRO GUARDIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora