XII

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Jimin estaba disfrutando tanto el ver a su madre y a su pareja que no se dio cuenta al instante que él mismo estaba bajo escrutinio. Cuando finalmente sintió el peso de los ojos sobre él, se volvió lentamente para enfrentar al pelotón de fusilamiento.

―¿Qué?―

La esposa de su hermano lo observaba.

―¿Estás bromeando?―

Le sonrió a Megan Park, sólo para tener que levantar su mano para poder hablar con él.

―Papá,― Dijo con una carcajada, mirando hacia su padre.

―Es que no es justo, Jimin,― Le gruñó a su hijo. ―He esperado más de veinte años para entrar en esa cocina, y él sólo se aparece aquí y ¿es invitado al primer día?―

Todos estaban siendo ridículos.

―Creo que debes regresarlo a donde lo encontraste,― Su hermano Ben dijo puntualmente, abriendo sus ojos, mirando de reojo a su esposa para que Jimin pudiera entender la severidad de su crimen.

―Eso sería difícil,― Jimin le respondió a su hermano.

―No en realidad.― Ben dijo con conocimiento. ―Sólo un rápido viaje a través de un poco de niebla, ¿verdad?―

―Basta.―

Jimin rió con su hermano, siendo objeto de burla de todos ellos, por su irritante familia, mientras que la puerta de cristal que separaba el patio con la sala se abría y las tres parejas, una mayor y dos más jóvenes, entraban en la habitación.

El padre de Jimin, James Park, se levantó para recibir a sus amigos, Edward e Yvonne y sus hijos, a nombre de sí mismo y de su mujer Bárbara. Iban a tener la casa llena por la cena de Navidad, y la casa ya olía maravillosamente. Cuando Yvonne se congeló repentinamente, su esposo se alarmó.

―¿Qué pasa, amor?―

―¿Quién es él?― Preguntó Yvonne Hughes, apuntando hacia Taehyung.

―Santo Cielo,― Ed soltó una carcajada, mirando hacia James.

―Hay alguien en la cocina con tu esposa mientras se encuentra cocinando. ¿Acaso se da cuenta que tiene su vida en sus manos?―

―Ni una sola vez en los veintidós años que llevamos de conocernos, esa mujer me ha permitido entrar en su cocina mientras está cocinando,― protestó Yvonne. ―Es su lugar seguro, su asilo.―

―Ella utilizó su voz de maestra para sacarme de ese lugar en las pasadas pascuas,― Ben les dijo a todos.

―Ella sólo me mira con esa sonrisa realmente indulgente hasta que me salgo,― Megan se quejó.

―Oh, a mi me trata igual,― El padre de Jimin intervino. ―Esa sonrisa condescendiente.―

―Sí, ¿acaso no es genial?―, Megan arrugó su rostro, su tono lleno de sarcasmo.

―Ella me arrojó un tomate la última vez que traté de ayudarla,― Ed dijo mientras continuaban con las risas. ―Por Dios santo, ¿quién es él?―

―El nuevo novio de Jimin,― Gruñó James Park, arqueando una ceja mientras que miraba a su hijo. ―Lo odio. Todos lo odiamos.―

Las carcajadas brotaban de Jimin.

―Lo que pasa es que todos ustedes están celosos.―

Y eso era cierto; ellos estaban celosos. Todos querían pasar tiempo con Barbara Park. Ella te hacía sentir bien con sólo estar alrededor de ella, y como le encantaba cocinar, todos querían pasar ese tiempo con ella, todos querían que les enseñara, el ser capaces de simplemente platicar casualmente con ella mientras que creaba piezas maestras culinarias. Pero era su tiempo para estar completamente sola; el cocinar le daba la paz y la soledad necesaria. Ella no le permitía a nadie estar cerca hasta que ella llamaba... hasta ahora.

PERRO GUARDIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora