¿Adai Da o Tsh Hama?

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Sin duda alguna sabían que algo malo se avecinaban si llegaban a mostrar sus rostros por la calle, pero aun así decidieron salir a máxima velocidad con la ayuda de la camioneta del mayor de los Hamada.

—Que recuerdos suspira sonriente Marco al estar sentado en el copiloto observando al gran Tadashi a su lado conduciendo, recordando aquella ''pelea de reconciliación'' bastante extraña.

¡No creo que sea buen momento para recordar esas cosas dice Tadashi pisando el acelerador y esquivando uno que otro hombre con máscara que iba solo y sin armas, algo peculiar.

¡Todos tienen armas, ¿Por qué ellos no? pregunta Sam viendo por la ventana.

—ÉL lo sabe dice Hiro—ÉL sabe que vamos a pasar por aquí, por eso nos liberó el paso para ir hacía donde ÉL quiere que vayamos. Todo está malditamente planeado.

Minutos después de haber atropellado involuntariamente a un hombre con máscara de mono y salir huyendo de ahí -no sin antes de que Tadashi le diera unos dólares en sinónimo de disculpa- llegaron a aquel restaurante chino, el cual estaba cerrado y sin hombres en la redonda.

—Llamaré a mi padre la única chica teclea en su celular los dígitos de su padre y llama, al cabo de unos segundos contesta en Chino¿Papá? Sí, soy yo Samantha. Si, estoy bien. Estoy afuera en la puerta trasera con unos amigos, por favor ábrenos..

Dicho esto, su padre abrió la puerta y junto a él estaban algunos chefs resguardando. Los chicos rápidamente desabrocharon sus cinturones y salieron del auto tan veloz como pudieron, entrando al negocio familiar saludando con una reverencia.

Estaba muy preocupado por ti dice el mayor de todos cerrando la puerta del lugar con una enorme madera y colocando sillas para protegerlo-Bienvenidos, disculpen que tengan que visitarnos así hace una reverencia hacia los amigos de su hija.

Papá, necesito las llaves del sótano.

¿Llaves? Usa la puerta que tú misma creaste rezonga mostrando molestia ante su hija la niñería que había hecho a su madera.

Es verdad voltea a ver el agujero que aún no había reparado por falta de presupuesto, había una bolsa negra que cubría el desastre Vamos les dijo a todos y pasaron por ahí.

Con su permiso realizaron una reverencia ante el mayor y uno a uno fue entrando a la pequeña puerta que parecía salida de la película de ''Coraline''.

—Hey... llamó Miguel al ser el primero de estar a punto de bajar las escaleras hacía el sótano donde anteriormente había estado Necesito bajar yo solo, cuando revise toda la zona los llamaré.

—¿De qué hablas? pregunta Marco con molestia Somos un equipo. No nos puedes dejar así como así.

—Es que... intenta sacar algún argumento válido mientras eleva su mirada, encontrando a Imelda quien levantaba su dedo pulgar en modo aprobación, sabía que estaba siendo cuidado por los suyos del más allá Confíen en mí, se los prometo que no me pasará nada malo.

Hiro y Marco asintieron no muy convencidos. Tadashi era el único que confiaba plenamente en el menor, esto debido a que tenía un cierto tiempo entrenándolo en incognito. Por otro lado Sam se retiró para estar con su padre.

—Miguel el menor de los Hamada tomó con miedo el moreno brazo izquierdo de su amigo, deteniéndolo en su bajada. Esto hizo que el contrario conectara los ojos ajenos Ten cuidado.

Al final del muelle -Higuel-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora