VIII.

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La universidad, el trabajo y los tipos con los que vivo impidieron que en las dos semanas anteriores comenzara a pensar en alguna excusa que me ayudara a acercarme a Elizabeth.

Un viernes en la noche sin hacer fiestas ni nada por el estilo, decidí recostarme en el sofá y me dediqué a ver las series en las que iba atrasado. Estando ya a gusto y perfectamente predispuesto a hacer practicamente nada en toda la noche hasta quedarme dormido, apareció Carl con una cara más boba que de costumbre, pero opté por ignorarlo y seguir con mis planes.

-Ya hace tiempo que no viene Jonhy -dijo y se recostó en el sillón continuo al mío.

-Ajá -solté más como una afirmación que como ignorándolo.

-La mayoría de nosotros lo extrañamos mucho.

-¿Y luego?

Carl abrió la boca en forma de "O" y dirigió su mano a su pecho, haciéndome notar su indignación ante mi pregunta.

-¿Cómo puedes decir eso de nuestro amiguito? ¿Qué no ves que somos los mayores y tenemos que cuidar de su bienestar?

Pausé la serie que estaba viendo tranquilamente para ver detenidamente con el ceño fruncido al idiota que estaba frente a mí. Me enderecé en el sofá para verlo a la cara y coloqué mis antebrazos en mis piernas, inclinándome más hacia él.

-Quieres decirme algo y no estás siendo para nada claro, Carl. No estás tratando de decirme que traiga a Jonhy o que vaya y lo busque a él, sino que vaya tras su hermana, y mi respuesta es no. No iré a buscar a Elizabeth, porque ella es la hermana de mi amigo y no me acercaré a ella para no hacer las cosas raras entre Jonhy y yo. Recuerda que una de nuestras reglas de oro es la de tener cuidado con las hermanas de los demás.

-Estamos hablando de Jonhy, te aseguro que él preferiría tenerte de cuñado a algún otro patán.

Apreté el puente de mi naríz y fruncí los labios. Este sujeto sí que sabe cómo exasperar a la gente.

-¿Tú permitirías que alguno de nosotros nos acerquemos a tu hermana?

-Siendo sincero, preferiría que se consiguieran algo mejor que ustedes...

Alcé las cejas y sonreí ante su comentario. Ding-ding-ding, siempre tengo razón.

-Pero, si lo vemos por el lado de que si está con alguno de ustedes ella estaría aquí y yo podría vigilarlos a ambos, me mantendría tranquilo.

Eché mi cabeza hacia atrás y solté un enorme suspiro.
Jonhy no es esa clase de chico, estoy seguro. Él no es muy expresivo con nosotros y nosotros no lo somos con él, de hecho, no lo solemos ser entre nadie. Somos los típicos amigos que solamente se juntan para hacer fiestas y hacer locuras para contarlas como las mejores experiencias con los demás. A mi punto de vista, es mejor crear y contar aventuras con tus amigos que sentarse a tomar té para abrir tu corazón.

Qué ridiculez.

-No voy a hacerlo, Carl. No voy a involucrarme en la vida de una chica que vive a gusto y que tiene un carácter y educación como el suyo. No quiero pensar en lo que podría hacerle si llegáse a hacerle algo que la dañe o, tal vez, que ella termine dañándome.

Carl agachó la cabeza, asintiendo, ante eso último.

Surgió un tranquilo e incómodo silencio en la sala. Me relajó un poco el ya no seguir escuchando los comentarios estúpidos de mi amigo, pero también me hizo sentir intranquilo con su expresión de dolor ajeno.

Justo cuando iba a soltar alguna babosada para romper la tensión, Lucas se sentó en el sillón que estaba frente a mí y comenzó a hablar:

-¿Crees en verdad que Carl es tan malo como para insistirte a que entres a la boca del lobo? Si en verdad crees eso es porque no confías para nada en ninguno de nosotros, Byron.

No es que confíe más en Lucas que en el idiota de Carl, pero él tenía razón. Puede que no tengamos una relación tan estrecha como para contarnos "cualquier" cosa, pero estoy seguro que ninguno de estos tipos me dejarían lastimarme.

-Y si quisiera acercarme, ¿cómo le haría para charlar con ella sin que piense que quiero insinuar algo malo, genios?

Ambos se quedaron pensando y se miraron el uno al otro; de repente giraron sus cabezas para ver a Ethan, quien entraba a la sala tratando de disimular una cierta emoción que se le notaba a distancia.

-¡No adivinan a quién me encontré en el centro comercial!

-¿A quién te encontraste en el centro comercial, Ethan? -preguntó curioso Lucas.

-Bueno, no puedo decir que me la encontré porque no nos topamos mutuamente, sino que yo iba pasando por ahí y la vi en un local del lugar...

-¿A QUIÉN TE ENCONTRASTE, ETHAN? -preguntamos exasperados Carl y yo.

-Pues a la prima de Jonhy y su hermana: ¡Bárbara!

-¿Y luego qué quieres...?

-Espera, Byron -Carl puso una mano frente a mí, interrumpiendo lo que iba a decir -. ¿Cómo topaste con ella exactamente?

¿Qué interesaba en realidad, Carl?

-Cómo decía: acababa de comprarme un videojuego súper de lujo, que por cierto se los presumiré después -rodé los ojos-, estaba tan satisfecho y contento con mi compra que me dieron ánimos de pasear por el lugar para matar el tiempo...

-¿Alguien sabe por qué está tan lento el Internet? -interrumpió un estúpido Brad mientras entraba a la sala. Lucas lo sentó a su lado para que Ethan continuara hablando.

-Para matar el tiempo... -dije mientras giraba mi mano, indicándole que siguiera.

-Así que para matar el tiempo fui a comprar botanas para disfrutar solo aquí en casa mientras gozaba del juego... ¿Ya les dije que es grandioso?

-¡VE AL GRANO, ETHAN! -gritamos todos, molestos.

-¡ESTÁ BIEN! FUIAMITIENDAFAVORITAPORGOLOSINASPEROALADODEESTAHAYUNLOCALDONDEPREPARANYVENDENCAFÉ, saben que yo no voy a esos lugares pero ESTAVEZMEDETUVEPORQUEVIUNAFIGURAQUESEMEHIZOFAMILIAR, o sea, Bárbara -todos volteamos a vernos con el ceño fruncido-. Bárbara trabaja en ese local de café; qué curioso, ¿no?

-¿La Barbie girl trabaja? -pregunté aún más extrañado.

-¿En un local de café? -le siguió Lucas.

-¿Atención al cliente? Y ni siquiera pudo entablar una conversación aquí -Brad se cruzó de brazos.

Miré la expresión de Carl, la cual conocía muy bien: es la que pone cuando está formulando una maravillosa idea, según él.
Puse los ojos en blanco nada más de pensarlo.

-¿Qué tanto piensas? -le di una fuerte palmada, despertándolo de su trance.

-No pudimos localizar a Elizabeth, pero acabamos de encontrar una personita que sí puede ayudar a dar con ella.

Alcé mis cejas y miré confundido a Lucas, en busca de una mejor explicación. Lucas miró a Ethan y este último sonrío estúpidamente.

Mientras se acurrucaba y acomodaba su cachucha, Brad comentó:

-Esto se pondrá interesante.

Cuando cedí mi TronoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora