Hacía media hora Jonnhy estaba con su hermana frente a la mesa donde yo descansaba como rey... ahora estoy sentado en el sofá (el cual bautizamos como el lugar MÁS incómodo en el mundo para echar flojera) frente a la señorita rompe-brazos, quien se colocó en el sillón más cómodo de la sala... y que también es MÍO.
La hermana de Jonnhy no quitaba la vista de su celular. A veces parecía leer algo y otras parecía escribir, tal vez un mensaje de texto o simplemente lo hace para no tener que hablar con alguien.
Estornuda.
-Salud -digo con voz suave y hasta me preparo para iniciar una conversación...
Pero ella solamente levantó un poco la vista y volvió a su celular.
"¿Qué demonios?"
En mis tiempos agradecíamos a cualquier persona, sea extraño o no, que nos dijera "salud" o algo por el estilo.
Hablando de «tiempos»... ella no se ve tan chica para ser la menor.
-¿Qué edad tienes? -perfecta pregunta para romper el hielo- Tengo entendido que Jonnhy vive con puras chicas. Y no lo digo para hacerlo quedar mal, sino a... que tiene hermanas.
"Estúpido"
La chica alza las cejas y, por fin, deja el celular en su regazo y cruza suavemente las piernas.
-¿Para qué quieres saberlo? -dice con una mirada intimidante pero su voz la ablanda un poco.
-No te ves muy chica, pero por lógica no creo que seas mayor que yo.
Su cara permanece inexpresiva cuando dice:
-Tengo dieciocho años.
-Guau, dieciocho años. Sinceramente no me esperaba que dijeras esa edad -digo un poco atónito.
-Muchos dicen que me veo mayor.
Esboza una ligera sonrisa y desvía la mirada hacia algún punto en el piso.
-Yo creo que te ves bien; sí aparentas tu edad.
Cuando termino de hablar su mirada choca con la mía y me estremezco ante esos ojos marrones que me ven detrás de unos anteojos morados.
-Pues... agradezco tu comentario -la chica se levantó del sillón y empezó a caminar hacia alguna parte.
-Hey, ¿a dónde crees que vas?
Giró sobre sus talones y chasqueó la lengua al decir:
-Por ahí.
No sé si fue por la manera en la que lo dijo o si fue por cómo alzó sus cejas en un arco perfecto pero sentí un montón de cosas al verla así, no es nada bonito, ni especial... al contrario: siento rabia, enojo y frustración por no poder mantener una plática con ella.
Una persona común intentaría mantener una conversación, no sólo para conocer a la otra persona, sino también por quedar bien con los demás y dar una buena impresión. Al parecer no le interesa lo que puedan llegar a pensar de ella y está bien pero... que no exagere esta muchacha.
-Oye, no puedes andar "por ahí" en casas ajenas.
-¿Quién me crees que soy? No tocaré nada. Dudo mucho que en esta casa haya algo interesante... al menos para mí.
Y antes de que pudiera decirle algo, se aleja victoriosa por haberme ganado en un... ni siquiera sé qué acaba de pasar: la chica no me habla, trata de evitar a medio mundo con su celular, se pasea por una casa ajena y, por si fuera poco, me deja solo en la sala en un sillón incómodo.
Rayos. Nunca me había sentido tan inferior a alguien. Aquí yo soy, casi, el que manda.
El que ella haya llegado así nada más, sin avisar y, todavía, hacerme sentir así... me hace sentir sorprendido por el carácter de esta chica.
Lástima que sea la hermana de uno de nosotros.
"¿Por qué demonios pensé en eso?"

ESTÁS LEYENDO
Cuando cedí mi Trono
KurzgeschichtenCreí que sólo eramos amigos. Creí que lo que crecía entre nosotros era amistad. Creí que no duraría. Creí que no me afectaría. Pero siempre es "creí"... agradezco que todo lo que creía fuera mentira.