De repente me desperté debido a algunos gritos provenientes del salón, decidí entonces ir a ver qué sucedía y me encontré a William tumbado en el piso, con los ojos cerrados que hablaba y decía algo sobre que no quería que alguien lo dejase y repetía en continuación el nombre Amelie. Decidí despertarlo de esa terrible pesadilla, abrió sus ojos y apenas vió mi rostro se calmó y cuando decidió hablar lo interrumpí.
-No tienes que hablar sobre esto si no quieres. Creo que es algo tuyo, personal, que te causa mucho dolor y no quiero que sufras más al recordar y tratar de explicarme las causas de tus pesadillas.- dije tratando de ser lo más amable posible. No soy nadie para juzgar y creo que lo hice con William sin siquiera conocerlo de verdad. De repente me recordé una frase que vi pegada en la pared del cuarto de Noora: "Todos los que conoces están luchando una batalla de la que no sabes nada. Se amable. Siempre", era una frase inspiradora, que me trasmitía "verdad" y "solución a todos los problemas".
El me miró con su hermosa mirada dulce y para nada inexpresiva como era de costumbre usar y añadió -¿Puedes quedarte conmigo solo esta noche?... Por favor-
No sabía que responder pero al final decidí aceptar, nunca había visto William tan humano, dolido y con esos ojos dulces y sinceros. Me hizo espacio en el sofá, nuestros rostros estaban muy cerca y no dejábamos de mirarnos fijamente hasta que nos dormimos.
Søndag
08:50 am
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Abrí los ojos, todavía un poco soñolienta, vi a William durmiendo profundamente con sus brazos que me rodeaban la cintura y su cabeza sobre mi hombro. Se veía tan lindo como un pequeño bebé durmiendo. Sin pensar le acaricié su mejilla y de repente abrió sus ojos, decidí fingir de dormir todavía pero el ya me había visto por eso decidí abrirlos de nuevo, el solo me sonrío y decidió comenzar una batalla de cosquillas, que ganó el porque yo lo sufría por todas partes en vez el solo en el cuello, era injusto. De repente el me levanto como un saco de papas, yo girada de espaldas sobre su hombro y el que no dejaba de reírse.
-Déjame, déjame, déjame. De verdad William, si no me sueltas de inmediato... !Te juro que cuando tenga la oportunidad de bajarme, tendrás que escapar debido a cuánto daño te haré!-
-De acuerdo, pequeña asesina.- dijo burlándose y bajándome de sus hombros. Yo respondí haciéndole una pequeña mueca y dirigiéndome en la cocina seguida por el.