La muerte me sigue a donde vaya; sigilosamente me escapo de ella, empero, llegará un día que ya no podré esconderme más y, me tomará de la mano amigablemente y me invitará té en su humilde aposento hasta que se abran los cielos y ascienda a donde pertenezco.
Inevitable...
La muerte me sigue a donde vaya; sigilosamente me escapo de ella, empero, llegará un día que ya no podré esconderme más y, me tomará de la mano amigablemente y me invitará té en su humilde aposento hasta que se abran los cielos y ascienda a donde pertenezco.