A veces quisiera extender mis alas ocultas
y dejarme volar libre ante los sorprendidos rostros ajenos a mí.
Volar a gran altura donde nadie pudiera alcanzarme.
Nadie podría obligarme a volar más bajo.
Nadie podría obligarme a tocar el suelo o enterrar mis alas.
Quisiera establecer un código con el que comunicarme
con los que, como yo, desean volar libres.
Para evitar conflictos humanos desesperados y delirios materiales de escándalo.
Quisiera simplemente desaparecer entre ciertas nubes vaporosas,
ante miradas susceptibles de personas demasiado reales.
Podría ser un descenso mortífero descubrir aquello que ocultan efímeras nubes.
Ocultas tras más nubes
que ocultan a su vez un universo infinito colmado de estrellas
fugaces y eternas,
auténticas y no reales.