"Tuve el tiempo de mi parte por años y fui lo suficientemente lista como para saber cuán valioso era, pero lo suficientemente desafortunada como para que tú no estuvieras de acuerdo".
"Me di cuenta de que lo insuficiente era yo, y no el tiempo".
"Y entre esa bruma de confusión de identidad, te pierdes en la única mirada real. Que es la propia. Te pregunta: ¿Ves lo que deseas ver?".
"Yo era solo un alma solitaria que ansiaba que el mundo a su alrededor fuera lo suficientemente tranquilo y pacífico como para poder dejar de pensar en él."
"Descubrir, que no era indiferente. El mundo SÍ podía alzar la voz para que cupiera en mi cabeza".
Has llegado al final. Gracias por llegar hasta aquí.
Sara H. Monteagudo