9-Una pareja un tanto singular

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Gabriela sonrió por enésima vez esa noche. Sirius Black era una de las personas más divertidas que conocía, y sin duda la más completa. Era gracioso, simpático, adorable, sincero, travieso, buen estudiante, amable, uno de los mejores magos de Hogwarts, con fama de muy buen novio, muy, muy atractivo, valiente (se había escapado de casa con sólo quince años y renegaba de su familia) y buen amigo. Era un chico diferente, especial. Y le adoraba. Aún así, tenía una pregunta que le rondaba la cabeza.

  -Sirius, tengo una...duda sobre ti.

-Di, preciosa-Gabriela no reprimió otra sonrisa.

-¿Por qué sales con...todas las chicas que puedes?

Black lo pensó un momento antes de contestar.

-No encontré a la chica adecuada. Nunca me enamoraré, lo tengo claro, porque no hay ninguna chica en este mundo que sea adecuada a mí. No hay ninguna que sea inteligente, divertida, buena amiga, extrovertida y buena estudiante a la vez-La chica notó que había olvidado "guapa"-No hay nadie como yo, y por eso no podré enamorarme de nadie. Y por eso sigo buscando a alguien por quien sienta el cariño suficiente. Y no la encuentro, Gaby. Ni las chicas de cuarto, ni las de quinto, y no me atrevo a buscarlas más pequeñas. Estoy solo, Gabriela. Completamente solo, y no puedo hacer nada para evitarlo porque soy raro. Soy un Black. Puede que debiera estar en Slytherin, pero no es así, y soy el primero de mi familia. Renegué de mi nobilísima casa de mierda y me fui a vivir con James y sus padres. Es mi mejor amigo, pero nadie puede cubrir el hueco vacío que hay en mi vida. Estoy...solo.

Gabriela tenía los ojos anegados en lágrimas, visibles a la tenue luz de la luna a través de las ventanas. Las palabras de Sirius no coincidían con la idea que las chicas tenían de él: fuerte, rebelde, resbaladizo, optimista. Y algo en su corazón le empujó a decir lo que sentía en ese mismo momento.

-No estás solo, Sirius. Lo siento, no quería que tuvieras que sacar...todo eso, y me alegro si te ha hecho sentir mejor. No estás solo. Yo puedo no ser tu tipo de chica perfecta, no lo dudo y no digo nada, pero puedo ayudarte a estar bien. No eres raro, eres el chico más especial que conozco. Déjame ayudarte. Y creo saber lo que te puede ayudar. Parecías bastante animado cuando te propuse tontear un poco...

Sirius se giró, con el ceño recientemente fruncido ya relajado y un atisbo de sonrisa torcida en la boca. Gabriela le dio un rápido beso en los labios. Luego otro, y otro más, y otro. Sirius le puso las manos en la cintura y la llevó hacia él. Otro beso. Cada vez más largos. Un último beso, cariñoso, despegó a Sirius y Gabriela. Ambos sonrieron.

-¿Te sientes mejor?-preguntó pícara Gabriela.

-Hum...no sé...a lo mejor tenemos que repetir... 

Riendo, ella dio un suave puñetazo en el brazo del chico.

Las más extrañas de las relacionesWhere stories live. Discover now