14.- ¡Sorpresa!

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Tae

Han pasado ya 5 meses. Este tiempo Kookie no ha querido hablar mucho con su padre pues aún anda muy resentido. Dice que no hablará con él hasta que se disculpe correctamente por haberle ocultado un secreto tan grande como el de quien fue su progenitor. Se siente engañado y no lo culpo, pues le mintieron durante prácticamente toda su vida. Pero su padre no es el mejor con las disculpas y eso Kookie ya debería saberlo.

-¡Kookie! ¡Es otro regalo de tu padre! -le grité. Él se había encerrado en el baño por alguna razón y aún no salía.

-¡Ábrelo tú! -respondió- Yo no pienso hacerlo...

Suspiré y reí por lo bajo. Cuando Kookie se encapricha con algo o alguien, realmente lo hace.

Tomé la pequeña caja y la metí al interior de la casa. Si, de nuestra casa. O mejor dicho... mansión.
Claro no es tan grande pero es realmente hermosa. Fue otro de los tantos intentos del padre de Kookie para que lo perdone. Y ya van esta casa, un penthouse privado solo para los dos, 3 coches y todo tipo de muebles y decoraciones para la casa. Aún así Kookie se negaba a perdonarlo.

-¡Ah! ¿Qué rayos? -exclamé dando un pequeño salto al notar un misterioso movimiento en la caja.

-¿Qué pasó Tae? ¿Todo bien? -se asomó Kookie a la sala donde yo me encontraba con aquel endemoniado regalo.

-Si. No te preocupes. Por cierto ¿Por qué tardaste tanto? -cuestioné. Y él respondió como siempre lo hace.

-No deberías preocuparte por eso... -soltó una risita, se acercó a besar mi mejilla y se fue a la cocina seguramente a preparar la cena.

-Bien maldita caja poseída... -suspiré y miré aquel envase de cartón, el cuál saltó de repente y... ¿ladró?- ¿Pero qué mierda...?

Levanté la tapa y ahí, junto a un sobre que llevaba mi nombre, había un cachorro demasiado tierno saltando emocionado y moviendo alegre su colita al verme.

Levanté la tapa y ahí, junto a un sobre que llevaba mi nombre, había un cachorro demasiado tierno saltando emocionado y moviendo alegre su colita al verme

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-¡Kookie! ¡Debes ver esto! -lo llamé. Guardé rápidamente aquel sobre, pues seguro era importante, y tomé al cachorrito en brazos.

-¿Qué pas-? ¡Oh! -llegó Kookie y ni bien vió al cachorro el rostro se le iluminó totalmente y corrió hacia mi.

-¿De dónde salió? -preguntó tomándolo en brazos. El cachorrito se limitó a saludarlo con varias lamidas en su rostro haciéndolo reir.

-Tu padre... -respondí riendo y él hizo una mueca- ¿Aún no...?

-No -respondió pronto pero se le formó un puchero en el rostro al sentir de nuevo al cachorrito sacudirse alegre en sus brazos y dándole besos- Bueno... Lo pensaré...

Exclamó y se fue a nuestra habitación con el cachorrito en brazos. Yo reí y recordé entonces la carta que venía con esa pequeña criatura. Me senté en el sofá y lo abrí con cuidado.

MI NUEVO CAPRICHO [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora