Los síntomas seguían empeorando con el correr del día. ¿Cómo lo ocultaría? No quería imaginar que de verdad estaba embarazada. No quería pedirle a sus sirvientas que le ayudaran a comprobar que estuviera embarazada. Temía del resultado. ¿Y si de verdad el hijo era del malnacido de Taiyou? Jamás se lo perdonaría. Las dudas la carcomían por dentro y por fuera. De solo imaginar que le estaba cumpliendo su capricho sentía náuseas. ¿Cómo le diría a Boruto que estaba esperando un hijo de su esposo? Sus posibilidades de romper el matrimonio se iban por la borda. Un hijo implicaba una responsabilidad y de alguna manera un heredero. No podría escaparse de las manos de su esposo. ¡Nunca! Y eso la aterraba.
Boruto la observó en silencio durante todo el día. Seguía con náuseas y cada vez eran más seguidas. ¿Por qué? Empezaba a sospechar que ocultaba algo. No era ningún tonto, el misterio hacia que se preocupara aún más. Sarada no tenía intenciones de comentarle acerca del posible embarazo. En especial porque no estaba segura de quién era. Dudaba si de verdad podía ser Boruto porque ahora sabía que Taiyou no era estéril. Y que ella tenía dificultades para quedar embarazada. ¿Era así? Todavía tenía que recibir los resultados de sus análisis. Se suponía que ya estarían listos y no deseaba que Boruto la acompañara. Debía contarle que podía estar embarazada, se rehusaba a que lo supiera. Tragó con fuerza.
Atravesó la sala para dirigirse hasta el salón de música. Ahí se encontraba su madre. Tal vez ella podía ayudarla. Boruto quiso seguirla como de costumbre, pero la pelinegra se negó con un rotundo no. Parpadeó confundido y tuvo que mantenerse al margen. Soltó un fuerte suspiro de resignación. Al incorporarse en la sala, su madre estaba tomando un te mientras leía el periódico. Su hija se sentó a su lado, nerviosa y con las arcadas en la boca de su estómago, rogaba que solo fuera el hígado y sabía que no era así.
-Mamá, ¿podemos hablar...?
Su madre levantó la mirada y le enseñó una sonrisa encantada. Guardó el periódico y lo colocó sobre la mesa ratona. Miró extrañada a su hija. ¿Qué le pasaba? La notaba más nerviosa de lo normal.
-¿Qué ocurre, Sarada? Te noto algo decaída-acarició sus mejillas. Estaba algo pálida y agotada. Sarada apartó su rostro, nerviosa.
¿Cómo se lo diría? Temía la gran verdad. Necesitaba confirmarlo y tampoco quería que su guardaespaldas lo sepa, ni siquiera estaba lista de contárselo a su esposo. No imaginaba la expresión que pondría al enterarse de la noticia. Al mirar a su madre, los nervios se acumularon en su estómago, empezaba a sentir náuseas de nuevo. Respiró hondo y lo soltó suave.
-Mamá, creo que....-no le salían las palabras, tocó su vientre-. Necesito que me hagas un favor...
-¿Un favor?-la miró confundida y llevó su dedo a su mentón-. Sarada, me estás asustando. ¿Qué ocurre? ¿Qué favor necesitas...?
Sarada relamió sus labios y frunció sus cejas, en señal de nerviosismo, su madre sería la primera en enterarse y sentía que estaba revelando el mayor secreto de su vida. Tocó su vientre.
-Necesito que me compres una prueba de embarazo.
Hubo un silencio incómodo. Sakura no lograba asimilar lo que su hija intentaba decirle, ¿había escuchado bien? ¿una prueba de embarazo? Tragó saliva y miró incrédula, algo desorientada. No sabía si alegrarse o preocuparse. Lo más lógico sería felicitarla. ¿Lo era? Ordenó las ideas en su mente.
-Es algo repentino, pero ¿estás diciendo que sospechas de que estás embarazada?
-Sí-musitó tocando su vientre-. No me ha venido la regla. Y he tenido sexo con mi esposo, ¿no crees que sería normal que...?-no le gustaba admitirlo. Deseaba que no fuera cierto.
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Quiero Ser Tuyo (Borusara)
Fanfiction«No acepté este trabajo para ver cómo te lastiman, cómo te manosean, cómo te desprecian. No acepté ser tu guardaespaldas para ver cómo te humillan frente a mi. Tampoco para ver cómo suplicas por tu libertad. Lo acepté porque no tuve otra opción y po...