Cerró la puerta del vehículo con desgano. Su persona se reflejó en la ventana, y sólo entonces pudo contemplar la forma en que el traje se ajustaba a su cuerpo. No había nada malo, pero él sentía que la tela le oprimía, le asfixiaba.
—Puedes hacerlo —Se dijo, reacomodando con torpeza los mechones rubios que se encontraban fuera de su sitio. Asintió con firmeza antes de repetir las palabras en su cabeza, como un mantra que le ayudaría a seguir adelante.
Soltó un largo suspiro antes de obligarse a avanzar al lugar de la ceremonia, con los hombros sintiéndose pesados. Había césped bajo sus pies, hasta que gradualmente se convirtió en concreto y luego en madera.
A lado del inmenso jardín donde se llevaría a cabo la celebración, había una enorme casa de madera pura, no supo si era rentada o si pertenecía a alguien de la familia. La construcción estaba decorada al igual que el exterior, y resguardaba el banquete que se serviría más tarde. Sehun ignoró todo, así como a las personas que iban de un lado a otro para finalizar los últimos detalles.
Subió las escaleras de dos en dos hasta llegar a la azotea, donde escuchó que estaba su mejor amigo. Siguió el pasillo hasta una puerta abierta, donde el hueco estaba cubierto por una fina cortina transparente.
Sehun se quedó quieto por unos segundos. Sus ojos se posaron en la silueta al otro lado, tan quieta y pacífica. La reconocería en donde fuera y bajo cualquier circunstancia, aunque deseara no hacerlo.
Respiró hondo antes de apartar la tela, ignorando el ligero temblor en sus manos cuando lo hizo. Sus pasos hicieron el ruido suficiente para anunciarle, y fueron una alerta para que el muchacho se volviera a verlo.
Sehun fue recibido con una pequeña sonrisa y la calidez de aquellos ojos marrones que tanto adoraba. Con esa nueva cercanía pudo apreciar cada detalle de él, desde la pulcra vestimenta hasta el elegante peinado. Siempre se veía adorable, pero aquel día lucía particularmente atractivo.
—¡Yixing!
Dos mujeres apartaron a Sehun de un empujón, quitándolo del camino. Se colocaron a cada uno de los costados de Yixing, luego le pidieron que sonriera para una foto.
—¡Te ves tan guapo! —Le alagó una de ellas, apartando su propio vestido para abrazarlo.
Yixing buscó la mirada de Sehun, esté le dedicó una sonrisa ladina.
—Hermoso —dijo Sehun—. Tan hermoso, hyung.
El mayor alzó las cejas, no había escuchado ninguna de sus palabras.
—No lo repetiré si no escuchaste —murmuró el menor antes de retirarse.
Se regañó a sí mismo cuando llegó de nuevo al jardín. Se suponía que lo diría, le pediría que no se casara porque lo amaba, le suplicaría que se detuviera porque la unión le rompería el corazón. Le prometería que todo estaría bien, que no era necesario que él también estuviera enamorado. Con una amistad de años, y la unión que los caracterizaba, el amor podría nacer por sí solo. ¿O no?
Claramente algo le decía que no, por ello su cerebro le había evitado un mal momento al decidir que se mantendría en silencio, con sus sentimientos almacenados en un cofre sin llave.
Deseó que el tiempo fuera más lento, quería retrasar lo inevitable. Pero no era posible, por el contrario, parecía que los minutos pasaban en un parpadeo.
Se situó frente al piano cuando el novio fue anunciado. Sehun lo miró con atención, intentando no mostrar ningún gesto de desagrado que revelara su verdadera forma de pensar hacia él.
Con una actitud arrogante y llena de superioridad, el hombre caminó por el pasillo alfombrado. "El flamante novio", así denominó el maestro de ceremonia a Kim Junmyeon.
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Eres un capítulo aparte [SeXing]
FanfictionA nadie le interesa salir con alguien divorciado y desempleado; Sehun no sólo está enamorado de un hombre con esas características, también está dispuesto a darle un hogar y a ayudarlo en el comienzo de una nueva vida. *Mención de M-Preg *Adaptación...