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No había ni una pizca de inocencia en los ojos brillantes, ni en los hoyuelos traviesos que se asomaron para acompañar una sonrisa. La mano que se agitó en su dirección fue mera cortesía, una forma de ocultar la sorpresa que en realidad sentía al verlo ahí.

Sehun pasó saliva con dificultad, mientras su puño se apretaba sobre la empuñadura del paraguas con fuerza. Su ojo estuvo a punto de temblar por el enojo, en contraparte con un jovial Yoonoh que alzó las cejas de forma juguetona. Yixing le instó a entrar, completamente ajeno a lo que sucedía entre los hombres que lo rodeaban.

—Debe ser una maldita broma —masculló Sehun, obligándose a mover los pies para introducirse en el local.

Dejó el paraguas en la entrada con un movimiento brusco y caminó a la mesa con rápidas zancadas. Suavizó la expresión en su rostro, tras decidir que sería mejor fingir que no le molestaba el acontecimiento en lo absoluto. Fue capaz de devolverle la sonrisa a Yoonoh, como si el conflicto entre ellos jamás hubiese sucedido.

—Buenas noches, señor Oh —Yoonoh se puso de pie para recibir al mayor, ganándose con ello una mirada brillante por parte de Yixing—. Nos volvemos a ver —agregó.

—Así es. No sabía que somos vecinos —Tomó asiento junto a Yixing, quien ordenó un tazón más de udon para él.

—También otro vaso —pidió Jaehyun, alzando la voz para que la dependienta pudiera oírlo.

Sehun bajó la mirada a la mesa, inspeccionó los tazones casi vacíos y se detuvo en la pequeña botella de sake caliente. Miró de nuevo a Yoonoh, con una ceja alzada y los labios ligeramente apretados.

Jaehyun se encogió de hombros y le mostró sus hoyuelos en una tenue sonrisa. Sí, había bebido junto a Yixing, y sí, eso los hacía cercanos. Al menos eso quiso darle a entender a Sehun, quien apretó los puños e intentó concentrarse en otra cosa.

La dueña del lugar hizo una aparición oportuna, dejando un vaso y un tazón humeante frente a Sehun.

Yoonoh tomó la pequeña botella y se apresuró a servirle un poco del sake restante a Sehun, asegurándose de hacerlo con ambas manos para mostrar respeto.

—No sabía que el señor Oh fuera su dongsaeng —comentó Jaehyun, rompiendo el silencio que se había formado en la mesa.

—¿Cómo se conocieron? —preguntó Yixing con curiosidad.

—¿Aún no sabes su nombre? —inquirió Sehun.

—Lo sé. Su nombre es Jung Yoonoh —Miró al chico y le dedicó una sonrisa cálida—, pero yo lo llamo Jaehyun.

Jaehyun sintió que su corazón iba más rápido que el de un colibrí tras el comentario de Yixing.

—Jung Yoonoh, diseñador de portadas —dijo Sehun, poniendo énfasis en las últimas palabras—. ¿No te suena?

Yixing se rascó la cabeza y miró al techo con gesto pensativo. No recordaba haber escuchado antes ese nombre, lo sabría de ser así.

—Un momento —continuó Sehun. Sus ojos se abrieron de par en par ante la realización de un hecho que había pasado por alto—. Espere un momento —le pidió a Yoonoh.

Se apresuró a sacar el teléfono de su bolsillo y tecleó tan rápido como sus dedos se lo permitían.

"Hyung, ¿él sabe que vivimos juntos?"

Esperó a que Yixing viera el mensaje, pero ya que el mayor parecía estar sumido en sus propios pensamientos, terminó por darle un codazo y señaló el celular sobre la mesa para que lo tomara. Yixing tomó el aparato y lo desbloqueó sin entender qué ocurría.

Eres un capítulo aparte [SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora