Capítulo 20

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—Sé que no lo querías hacer— Acaricia mi cabello. No evito sollozar de nuevo al sentir el vacío en mi pecho— Pero no puedes dejarte derrumbar ahora mismo por eso, Mazi. Te necesito fuerte en estos momentos, los gemelos y yo te necesitamos demasiado.

—No quería hacerlo, Tal. Te lo juro, pero no me dejaron otra opción que deshacerme de él— Bajo mi cabeza. Duele tanto mi corazón en estas fechas— Yo no quería que viviera una vida de mierda, no quería que lo mirarán con odio o vergüenza, iba hacer una persona inocente que no merecía venir a sufrir a este asqueroso mundo.

—Lo sé, lo sé— Besa mi frente— Necesito que te calmes, recuerda que ver todo esto me hace daño y creo que tu no quieres que esto salga mal.

Asiento y me levanto del suelo. Me hago una nota mental para llorar en la noche cuando esté en mi habitación y no volver a preocupar a Thalia con todo esto, ella no merece verme sufrir de esta manera, nadie merece verlo.

—Lo siento por preocuparte— Le ofrezco mi mano para guiarla a su habitación. Me siento tan culpable de haber hecho levantar a mi pelirroja amiga de su cama— No volverá a pasar. Fue un momento de debilidad, en este mes me siento de la mierda, fue una época demasiado dura que me tocó vivir hace algunos años.

—Todos tenemos días malos, así que no te preocupes.

***

20 de abril, 2017

Recojo mi cabello en un moño desordenado y suspiro con pesadez. Agarro la escoba con fastidio y comienzo a limpiar toda la sala de estar, el departamento está hecho un asco total.

—Necesito limpiar más a menudo este lugar— Miro con asco todo el lugar. Thalia sonríe desde el sofá con un bol de palomitas— Te salvas porque estas embarazada, sino en estos mismos momentos estarías ayudando a limpiarme todo este desastre.

—No olvides mi habitación— Ríe, metiendo una manotada de palomitas a su boca. Cuando termine el embarazo me vengare.

—Dormirás en ese asqueroso lugar, no lo limpiaré— Refunfuñe, barriendo debajo de la pequeña mesa del centro.

—¡Oh por Dios! Se están moviendo.

No me asombro de la emoción que emana la pelirroja, sino del desastre que acaba de hacer por el lugar que acabo de limpiar. Palomitas debajo de la mesa del centro me hace suspirar con pesadez, de nuevo tendré que limpiar.

—Sigan haciéndole desastres a su tía favorita, para que cuando nazcan le cobre quince dólares a su madre por cada desastre que hagan— Susurro a su vientre— Mocosos insoportables.

Siento un golpe en la palma de mi mano y no evito sonreír con ternura. Los mocosos cada día se ganan más mi cariño.

—Ellos te aman.

—Y yo a ellos, mientras no sean un dolor en el culo cuando nazcan.

***

Me tiro sobre la cama y suelto un fuerte suspiro. Por fin termine de arreglar todo el departamento, ahora si puedo presumir de él. Tomo el celular de la mesita de noche y lo enciendo, debo tener varios mensajes de V.

[10: 40 a.m.] V <3: Buenos días a mi princesa. Espero que tengas un hermoso día, mi amor.

[02:50 p.m] V<3: Amor, ¿Te gustaría salir esta noche?

[07:10 p.m.] Tú: Lo siento por no responderte, estaba demasiado ocupada :c Quiero dormir hasta cansarme, si quieres puedes venir a casa.

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