Mis ojos se fueron abriendo poco a poco al sentir la luz del sol en mi rostro, me extrañe un poco ya que en mi habitación el sol no solía llegar hasta mi cama, me incorpore aún soñolienta y quedé sentada en la cama con los ojos entrecerrados intentando acostumbrarme a la cantidad de luz, mire las sábanas, eran completamente blancas, no recordaba tenerlas, entonces caí en cuenta, no estaba en mi habitación, levante la vista asustada, definitivamente esta no era mi habitación, esta era mucho más grande, con un gran balcón que traía su ventana abierta, y se podía escuchar el sonido de las olas y las gaviotas, gire mi vista y la cama era mucho más grande de lo que creía y parecía ser más grande que una cama matrimonial, el otro lado de la cama también estaba desordenado y las sábanas arrugadas como si alguien se hubiera levantado, toque ese espacio y aun se sentía un poco caliente y el sonido de alguna regadera se sentía cerca, saque mi cuerpo de ahí, coloque mis pies completamente descalzos en el piso y fue cuando note que ya no traía puesto mi vestido sino una gran camisa puesta que llegaba hasta la mitad de mis muslos , trague saliva en seco
¿Qué había pasado anoche?
Escuché una puerta abrirse y me sobresalte
-lo siento, no quería asustarte- dijo buscando algo entre los cajones de color blanco
Solo traía una toalla puesta por debajo de su cintura y el resto de su cuerpo aun goteaba al igual que su cabello
-¿Donde estamos? - pregunté acercándome a él para darle la cara
- parece que la borrachera a dejado el típico efecto del " ¿Qué paso ayer? - se rio por lo bajo y vi como saco unos bóxers de la gaveta
-quiero una explicación,¿por qué estamos aquí? - exigí
- y la tendrás luego, debes calmarte, tienes todo el dia para preguntar lo que quieras pulga - solté un suspiro de rendición
- espero no haber hablado dormida - dije intentando hacer memoria de la noche anterior
- tranquila, estabas tan profunda que ni te moviste cuando te cambie la ropa por algo más comodo- esta vez me miro a los ojos, una pequeña calentura paso por mis mejillas, seguramente estaba tan roja como un tomate
- Alessander... ¿Me viste en ropa interior? - pregunté apenada
El solo se encogió de hombros con una sonrisa ladeada y coqueta
- solo puedo decir que, eres muy hermosa- colocó su dedo índice en mi mentón haciéndome levantar la mirada
-¿me dirás donde estamos? - volví a preguntar
El negó con su cabeza y volvió a sonreír pero esta vez se acerco a mi y con lentitud colocó su boca sobre la mía, dejando presionado por unos segundos, mi corazón se aceleró instantáneamente y el se separó
- puedes decírmelo luego--sonreí y coloqué mis manos sobre su abdomen húmedo y desnudo
El pareció entender a que me referia y dejando su bóxer a un lado, colocó sus dos manos al rededor de mi rostro besandome nuevamente, pero esta vez era más intenso, con sabor mañanero y olor a shampoo, lento pero sexy, pase mis manos por su abdomen recorriendo cada unos de sus músculos y recordando cada parte bajo mi tacto llegando a su pecho y bajando lentamente, sentí como se erizo y comenzó a avanzar hacia mi lentamente haciéndome retroceder hasta chocar con la cama y haciéndome sentar en ella
- eres como de otro mundo - susurró entre el beso y luego se inclinó un poco, tomo una de mis piernas y la levanto hasta su cadera y con su otra mano se apoyo en el colchón
Me hizo tumbarme en la cama en medio del beso y yo até mi pierna a su cadera atrayendolo un poco más a mi, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando con sus grandes manos heladas comenzaron a pasear mi muslo y lentamente llegaron hasta el ruedo de mi ropa interior, me encontraba quieta, y mi corazón latía a mil por hora, el me miro divertido y movió sus dedos jugando con el engaje y acariciando el hueso que se asomaba en mi pelvis
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Ellos Y Yo [#1]
RomanceZenda Miller, la perfecta chica de papa, criada en los lujos de Los Ángeles, es la menor de una numerosa familia, vivió toda su vida por debajo de sus hermanos mayores quienes desbordaban apariencia y sobretodo renombre. Aunque nunca le faltó nada...