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Ya había pasado una semana completa desde el arresto del supuesto Jeremy y aunque Magnus había vuelto en múltiples ocasiones a su apartamento en Bushwick, no había encontrado nada. Habló con los vecinos, pero muchos o más bien todos decían que casi nunca estaban allí así que no sabían nada de su vecino; coincidencialmente nadie conocía a nadie en ese lugar.

Contactó con los dueños del apartamento y en efecto, desde hace algunos años estaba arrendado a nombre de Jeremy Smith, quien era un chico extremadamente puntual y siempre pagaba a través de una transferencia electrónica automática, mes tras mes. Casualmente no contaban con ninguna foto del inquilino estrella.

Magnus no era tonto, reconocería una peluca donde fuera, sin importar su excelente calidad, así como esa supuesta barba. Sus ojos no eran lo único falso en ese chico. Su historia estaba demasiado bien relatada y detrás de todo ese supuesto nerviosismo se sentía casi como si alguien estuviera tirando cuidadosamente de los hilos: cada movimiento, cada palabra, incluso cada quejido era actuado, de eso no tenía la menor duda.

Y además de las armas, dudaba que alguna de esas prendas las hubiera usado más de una vez, estaban demasiado nuevas y olían ligeramente a desempacado.

Él no lo negaría, amaba el misterio, la sensación de adrenalina, el ayudar a las personas... Todo sobre su trabajo era increíble para él, era su trabajo soñado. Y ese chico, supuestamente "Jeremy", era un desafío que estaba dispuesto a desenmascarar.

Harlem – Manhattan (New York) – Estado de New York. 10 de noviembre de 2019. 14:21

Alec estaba preocupado. Una semana pasó desde su arresto y al revisar el correo electrónico de Jeremy, encontró un mensaje de su arrendatario en Bushwick. Al parecer un detective había estado indagando por él y quería saber si había algo mal, no habían tenido problemas en dos años y les preocupaba empezar a tenerlos ahora.

—Maldición —siseo Alec, mientras Izzy entraba en el cuarto.

—¿Qué pasó Alec? —preguntó preocupada.

—Tal parece que Magnus sigue preguntando sobre Jeremy. —Alec se empezaba a impacientar, la situación con el policía lo estaba sacando de sus cabales. Iban a desechar la tapadera de Jeremy, pero con él encima resultaba difícil. Sería extraño que una persona desapareciera de un día para el otro, era llamar atención innecesaria.

—¿Sigue sin rendirse?

—Sí, buscó a los dueños del apartamento en Bushwick para preguntar por él y supongo que tendrá vigilada su cuenta bancaria por algún tiempo, al menos yo lo haría si fuera él.

—Pero no es tú, no hay garantía en que lo haga. Dejemos pasar un mes, en un mes las cosas se deben haber calmado. No te digo que dejemos enfriar la pista, pero mientras el policía esté con sus ojos en Jeremy es mejor que no nos involucremos demasiado.

—¿Por qué aquí si hay un buen policía interesado en desenmascarar a alguien? —preguntó compungido— Hace diez años nadie insistió tanto por los niños huérfanos que fueron violados en L.A. ¿Cómo es posible que ese cerdo se les haya escapado? Es un ignorante, no tiene recursos para crear una tapadera elaborada, es un ladrón de pacotilla, violador y asesino ¿cómo es que nos persiguen a nosotros por ser víctimas de disparos en Brownsville y a ellos no? ¡¿Qué demonios está mal con la justicia?! —exclama Alec, cada momento más dolido y retraído en sí mismo.

—Tranquilo Alec... —susurró Izzy, su voz también estaba rota por el dolor que había cargado por diez años— lo lograremos, lo pondremos tras las rejas, ya verás.

—En cinco días se cumplen diez años Iz... Ya no quiero vivir esto un día más —logró articular antes de lazarse a llorar en los brazos de su hermana, su amiga y su confidente—, ya no lo quiero más...

Transgresión (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora