XII -FINAL-

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Pasaron alrededor de 10 minutos desde la entrada del almacén en Christopher Ave y el Hospital Brookdale.

En la recta final del trayecto, justo después de la tercera aplicación de naloxona, los paramédicos detectaron dilatación en sus pupilas así como un pequeño y débil —pero existente—, ritmo cardiaco. Magnus estuvo aferrándose a todo lo que podía en el trayecto y agradecía mentalmente que los paramédicos no le prestaran ni una pizca de atención a él, porque le resultaría difícil explicar por qué estaba llorando. En la relativa quietud de la ambulancia había visto que tan mal estaba realmente Alec. Sí, Alec.

Como parte del proceso de reanimación, buscando despejar al paciente lo más que pudieron, los paramédicos rápidamente se deshicieron de todo lo que el chico llevaba encima: lentes de contacto, peluca, barba, incluso la parte superior de su ropa se terminó de rasgar; todo fue arrancado tan rápido como les fue posible.

Una vez fuera las lentillas de "Jeremy", Magnus pudo ver claramente sus ojos.

«¡He visto esos ojos antes!» gritó de inmediato su cabeza. Su azabache cabello no excesivamente largo, pero tampoco corto, se extendió sobre la cabecera de la camilla. Sin la barba, Magnus divisó correctamente sus fisionomía. Su rostro era triangulado, con facciones finas y estilizadas. Sus pómulos eran marcados; el puente de su nariz injustamente derecho; sus labios gruesos y carnosos, pero en ese momento se veían blanquecinos tirando a morado y su piel... Su piel era de un blanco tan puro, que parecía muerto.

Su corazón se estrujó en su pecho. Se preguntaba porque se sentía así con él si solo se conocían de un mes y la mayor parte de ese "conocer" lo involucraba a él hurgando en su vida en contra de su voluntad... Por primera vez no estaba demasiado orgulloso de su hacer.

El tiempo que había estado Alec en la sala de reanimación y en exámenes había servido para que Magnus confirmara su teoría.

Algo en Jeremy se le hacía familiar, así como algo en Alexander; aquel chico que había conocido por casualidad cuando había frustrado, junto con sus hermanos, un intento de violación hace poco más de una semana. Magnus realmente sentía que había escuchado la voz de Alexander en algún lado, solo que ni siquiera pasó por su cabeza asociar al serio Jeremy con el altivo Alexander, parecían ser, literalmente —si se hablaba de personalidad—, personas completamente distintas, eso y que las medidas tomadas realmente cumplían su trabajo escondiendo los hermosos rasgos del chico.

No es que Jeremy fuera feo, solo con menos encanto.

En un principio, Magnus sabía que la persona debajo de esa fea barba, ese peinado descuidado y esos lúgubres ojos sería hermosa, solo que no había dimensionado que tanto.

Magnus veía con frustración la sala donde los médicos gritaban orden tras orden, tratando de mantener a un muy maltratado Alec vivo. Por su investigación, tenía un registro completo de Jeremy, lo que incluía hasta su número de seguridad social, haciendo que el papeleo de ingreso fuera menos traumático para él de lo que tenía pensado.

En un intento desesperado por distraer su mente de lo que frente a él sucedía, decidió revisar nuevamente y esta vez teniendo en cuenta la información que ya tenía, la cuenta de Instagram de Alec.

Quería muy seriamente lanzar a su cerebro por las escaleras. Es cierto que no había visto tanto a ninguno de los dos, pero eso no le daba excusa para ser tan ciego y no encontrar ningún punto similar.

«Sus hermanos...» pensó de inmediato, mientras veía una foto de Alec con dos chicos muy sonrientes.

Magnus recordó los dos chicos que estaban con él ese día: la pelinegra y el chico que se parecía un poco a Alec que estaba dentro del carro. Había estado tan cegado en Jeremy que simplemente había olvidado a los chicos Lightwood.

Transgresión (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora