Transgresión (Malec)

IV

Bushwick – Brooklyn (New York) – Estado de New York. 03 de noviembre de 2019. 04:36

—Sí Izzy, estoy bien —repitió nuevamente a la chica preocupada que estaba al otro lado del teléfono. Había intentado por todos los medios liberarlo, pero como nunca se presentaron cargos, nunca llegarían a una fianza—. Estoy en Bushwick, hasta más tarde no podré ir a casa. ¿Tienes la memoria?

—"Sí, Alec, la tomé cuanto se fueron ¿Por qué no puedes venir ya?" —preguntó confundida.

—Verás, de todos los ineptos policías que hay en el mundo nos tocó el que sí trabaja. El muy maldito me interrogó ¿puedes creerlo? Aunque Jeremy hiciera todo el teatro de víctima me interrogó. Estoy 100% seguro que verificará que estoy aquí, así que hasta la tarde, lo mejor es que me quede en Bushwick, después veré como hacer el camino largo a casa.

—"Bueno, al menos pudiste salir que es lo que importa. ¿Qué pasó con el USB que le diste Hawk?" —preguntó la chica.

—Como siempre, el idiota no se le ocurrió esperar a la contraseña. No sé si no leyó la letra chiquita del trato o qué, pero empezó a disparar; sabes que si la memoria trata de ser forzada sin el código, ¡puff! Se borra —suelta una pequeña carcajada antes de continuar—. Por avaro se quedó sin el pan y sin el queso, esa memoria no es más que un pisapapeles ahora, aunque tampoco es como si le fuese a servir en un futuro próximo, no creo que salga de la cárcel pronto. Según mencionó el Detective Bane se llama Connor, lo rastrearé por si acaso, esa gente molesta siempre es peligrosa.

Del otro lado de la línea Izzy también se rio un poco —"Me alegra que estés bien Alec, estaba preocupada, espero verte en la tarde" —dice la chica.

—Yo también Iz, dale mis saludos a Max cuando se despierte, te quiero.

—"Yo también te quiero"

Era la una de la tarde. Dentro de poco comenzaría la odisea de Alec para volver a casa. Tenía que ponerse la peluca, la barba y los lentes, lo último que quería era que vieran salir a Alec del apartamento de Jeremy. Cuando estaba llegando a la planta baja una voz lo deja paralizado —Hola Jeremy.

Alec estaba maldiciendo a todos los dioses, los ángeles y los demonios por igual. Ese detective era un completo acosador. —Detective Bane, hola. Que inesperada sorpresa —dice "amablemente" Jeremy.

—Oh, Jeremy, puedes llamarme Magnus fuera del trabajo. ¿Ya almorzaste? —inquiere con una sonrisa que tal vez pretendía ser amable, pero claramente el tipo no era más que una hiena cazando y para variar, él era la presa.

—Sí, Magnus —responde con rapidez—. Iba a comprar algunas cosas que necesitaba en el supermercado. —Alec entendía lo que una invitación era y eso claramente era un intento de invitación a almorzar para ver si podía sacarle alguna información. Alec no le daría el gusto.

—Oh, que triste. ¿Tomarías un café conmigo entonces? —insistió.

—Tengo algunas cosas por hacer Magnus, trabajo como sabe. No dispongo de mucho tiempo libre.

—Jeremy, me puedes perfectamente hablar de tú, no te preocupes por las formalidades —Ok, Alec se sorprendió, por lo visto era de los que hacía lo que fuera para conseguir la verdad, hasta flirtear—. Sólo será un café, un té, lo que prefieras. Anda, solo unos minutos.

—Lo siento Magnus, de verdad estoy muy ocupado, en otra situación será —respondió Alec, cortante.

—Oh, perfecto, entonces dame tu número, casualmente es el único dato que no aparecía registrado, así podremos cuadrar para después una salida —dice maliciosamente.