Capítulo 8

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El aire salió disparado de mi cuerpo. Sentí cómo todo mi cuerpo se debilitaba. Me estrellé contra el piso. No podía ponerme de pie. Le advertimos a Lored que "aprender en acción" no era del todo bueno. Pero no escuchó. Y cuando Flia y Luna lo apoyaron, todos decidieron que era lo mejor. ¡Pero no si era yo el que sufriría por todo!

Lored ayudó a levantarme.

La mañana comenzó tal como la planearon: despertamos, hicimos nuestras habitaciones, nos bañamos, desayunamos, y ahora en el piso cero, sentí como si acabase de despertar.

El piso cero era redondo como todo el edificio. Pero este era más amplio. Había unas bancas alrededor, imaginé que para descansar. Había muchas estrellas entrenando. Unas habilidades, y otras, combates. También había botones en la pared para colocar utensilios de entrenamiento.

— Eso es lo que no deben de hacer jamás: nunca descuiden ningún ángulo de su cuerpo. O sufrirán.

— Ya lo noté —mascullé, aún sin aire.

Me fui a mi asiento. Estaba adolorido. Un "gancho" duele. ¡Mucho! Me senté. Lored me miró con una ceja arriba. ¿Estaba enojado?, no lo supe. No me importó. Quería reponerme del golpe que me dio.

— Perseto, pasa al frente —le ordenó Lored.

Cetta hizo una mueca: entrecerrando los ojos, e inclinando la cabeza a la izquierda.

— Por el momento no estoy disponible —dijo— Pero Lífsero está más que dispuesta. Si deseas que sea ella quien pase.

Cetta jamás había visto a Lífsero peleando. Yo sí: era muy buena. Tenía un instinto asesino, pero sabía controlarlo. Normalmente no peleaba, pero si se enfadaba de verdad... bueno. Nunca era predecible.

— Sí. Que sea ella quien pelee contigo.

Lífsero me miró. Sabía porque la dejaba pasar. Obviamente quería una pequeña revancha contra Lored. Ella me sonrió y se puso de pie.

— ¿Puedo?

— No peleo con galis —respondió él.

— ¿Miedo? —Lífsero siempre usaba una sola palabra para retar a alguien.

Él hizo cara de indignación.

— Claro que no.

— ¿Entonces?

Lored le hizo una seña para que pasara al frente. Ella obedeció. Pero lo que él no sabía era que Lífsero ya sabía pelear. Y, como ya he dicho, muy bien.

El intentó dar una clase de cómo debía hacerlo. Lífsero asentía amablemente. Luego cuando decidió que se pondría en práctica, intentó golpear a Lífsero, pero ella detuvo el golpe. Tomó su brazo, lo retorció y lo colocó detrás de su espalda. Éste gritó, luego se dejó caer de rodillas.

— Y así es como lo hacemos —se burló Lífsero.

Soltó el brazo de Lored. Él se puso de pie. No podía resistir la risa. Estaba a punto de dejarla salir, pero en se momento, Flia soltó una carcajada de lo más grande. Eso hizo que yo riera. "Hecho, Ficseto" me dijo Lífsero mentalmente.

— ¿No crees que eso es un poco drástico?— preguntó una voz lejana.

Todos dirigimos la mirada a donde venía esa voz. Era un entrenador Rojo, y un participante, Negro. Por lo grave que sonó la voz, era obvio que era del entrenador. Luego me di cuenta de que el participante, no era otro más que Sonos Mum.

— ¿A qué te refieres?— preguntó Lored.

— A eso de golpearlos ya, no han entrenado aún —agregó el entrenador.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora