Capítulo 22

61 19 28
                                    

Comencé la última semana con más nervioso que cuando entré.

Desde el momento en que estaba yéndome a dormir el día anterior sabía que no me iría bien estos últimos días. Pero supe esa mañana que iría peor.

— Ficseto —me despertó Flia—. Rápido —dijo ella—. Ya se te hizo tarde. El desayuno comienza en cinco minutos.

— ¿Qué? —Pregunté desorientado—. ¿No desperté?

— No —respondió—. Y no quise despertarte, te veías tan cansado anoche que mejor te dejé dormir. Pero ahora date prisa.

Prisa era lo único que faltaba para empeorar el inicio de semana. Hice lo que pude: Me vestí con la misma ropa del día anterior y mientras bajaba a la sala principal iba peinándome. No me dio tiempo de lavarme los dientes, pero me pensé que era mejor preocuparme por eso después de comer.

Mis amigos me vieron entrando por la puerta con la mirada más incómoda que tenían. Me senté junto a ellos y Flia frente a mí, y fue cuando comenzó el interrogatorio:

— Ficseto —inició Lífsero—. ¿Te sientes bien?

— Te ves enfermo —siguió Luna.

— ¿Seguro que te sientes bien? —preguntó Sonos.

— Estoy bien —respondí—. No me pasa nada.

— Bueno —comenzó Lored, restándole importancia al asunto—. Les voy a contar...

— Espera —interrumpió Macguilda— Kano dirá algo.

Volteamos la mirada para comprobar lo que Macguilda decía. En ese momento Kano activó su amplificador de ruidos y se lo colocó cerca de la cara. Antes de poner atención a Kano pensé en el momento en que Den y Macguilda se hicieron nuestros amigos: Nunca. Ellos sólo llegaron y se sentaron junto a nosotros de un día para otro; y así fue cómo llegaron hoy aquí.

— Después de su desayuno habrá una junta importante a la que todos, obligatoriamente, deben asistir. Se les dará un anuncio sobre cómo procederán los Combates de Astéri a partir de ahora. Los espero ahí a las nueve en punto. Gracias.

Los Combates cambiaban cada semana.

Dicho esto, se alejó del frente de la sala.

Cetta respingó.

— ¿Qué dima quiere ahora? —preguntó irritado.

— Probablemente no sea importante —dijo Lored— No sería la primera vez que nos llaman a una junta para decirnos algo que no vale la pena.

Con esa creencia seguimos comiendo.

***

Cuando llegó la hora de la junta, Cetta y Lífsero fuimos al pasillo de la sala norte. Ahí nos encontramos con Sonos y Draco. Después de un rato llegaron Den y Macguilda, y por último, se aparecieron Proteo y Kano.

Nos dejaron entrar, como siempre, nosotros tomamos los lugares de la primera fila, nuestros entrenadores detrás de nosotros respectivamente. Y, como siempre, Kano y Proteo nos hicieron esperar mientras Astón arreglaba las cosas que necesitaban para la ocasión.

Por fin pasó Kano al podio, dejando a Proteo atrás, sentado en su silla.

Encendió su caja de recuerdos y todas las otras estrellas en la sala voltearon.

— Su atención —habló él— por favor.

Las estrellas que estaban hablando se quedaron calladas y prestaron atención a Kano.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora