Capítulo 11

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Estábamos sentados en mi habitación, en cama de Flia. Lífsero, Luna, Lored, Cetta, ella y yo. Habíamos esperado a que Astón hiciese su ronda de vigilancia de la hora de dormir. Y cuando terminó ellos llegaron aquí.

Queríamos saber qué clase de "complicaciones" había, porque eso podría ser de suma importancia para lo que investigábamos. Todo era esencial.

— Bueno... —dijo Cetta— ¿Cómo lo haremos?

Jamás contemplamos eso.

— ¡Viaje astral! —gritó Luna.

—Shh...— siseamos todos. No podíamos dejar que supieran que estábamos todos aquí.

— Viaje astral —susurró esta vez. Agitando las manos.

— Es buena idea —dije—. Cetta, tú eres el mejor.

— Pero es tu habitación —refunfuñó.

— ¡Pero tú eres el mejor! —repetí con los ojos como platos.

— Él tiene razón, Ficseto —terció Lored—. Es tu habitación, si hay problemas, podrías simular estar dormido, y nosotros podríamos correr. A diferencia de que si es Perseto quien lo hace, se quedará y nos descubrirán.

— Creo que... que tienes razón.

En ese momento Lífsero se puso de pie y dijo:

— ¡Pongan una caja de recuerdos en su cabeza!

— ¿Para qué? —pregunté.

— Así veremos lo que tú estás viendo —dijo Luna—. Bien hecho Lífsero.

— Gracias.

Flia se acercó a su buró. Abrió un cajón, y sacó un largo listón para el pelo.

— Ajústalo con esto —dijo a Lífsero y se la entregó.

Lífsero lo recibió. Tomó una caja de recuerdos de su caja constrictora, que ni siquiera sabía que tenía en mi habitación. Amarró la caja de recuerdos a la liga del pelo de Flia y luego la puso en mi cabeza.

— Bueno —dije— estoy listo.

— Comencemos —dijo Lored.

Me senté en mi cama. Puse mi vista contra la pared, lo suficientemente lejos como para que mis visiones se proyectaran bien. En la proyección estaba lo que yo veía. Cerré los ojos. Me concentré. Me visualicé en la puerta, tal como Lored me enseñó. Y luego en dos segundos... yo estaba ahí. En esa puerta.

— Se ve bien, Ficseto —gritó Luna— Avanza.

Salí por el pasillo. Como siempre se veía borroso, pero lo suficientemente definido para avanzar sin ser lastimado.

Fui avanzando hasta llegar al elevador.

"No seas ímero." dijo Cetta en mi mente "No necesitas una elevador, puedes bajar saltando, sólo eres energía: no te lastimas."

"Lo siento." respondí "Lo había olvidado."

Me cerqué hasta el barandal del piso 2. Miré abajo. Era alto. Muy alto para mí.

Sabía que no me pasaría nada, porque en un viaje astral no te puedes lastimar, pero me daba miedo tener que hacer algo como eso, y lo peor, me daba miedo salir lastimado.

"Ya te dije que no te lastimarás" Repitió Cetta en mis pensamientos.

"Lo sé." gruñí.

Agradecí que mis palabras no pudieran ser oídas por los demás, porque sentí que si alguien me escuchase, estaría muerto en ese momento.

Salté.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora