Capítulo 5

160 31 15
                                    

Regresamos a nido en la misma calide, iba mucho más rápido que cualquier otra. Tal vez sea por la hora. Sólo eran las ocho de la tarde. No era tan noche. Ni siquiera se veía oscuro. Incluso nuestros ayudantes venían con nosotros.

Los padres estaban fuera. No se veían preocupados, al contrario: estaban sentados unos junto a otros riendo y bromeando. Como si no tuviesen hijos. O disfrutando un momento sin ellos. A todos los padres les gusta hacer eso.

Mientras que mi madre y la señora Kundera (madre de Cetta Kundera) estaban bebiendo lim, una bebida que si se tomaba en exceso mareaba y te ponía como un ímero, hablando de no sé qué, mi padre y los señores Swir, estaban bebiendo lo mismo, pero hablando de actividades. Cada uno en un lado del patio de mi nido.

Nosotros acercamos a ellos, los mayores se quedaron atrás. Escuchamos un refunfuño por parte de los padres de Lífsero. Me hizo reír un poco. No contaba con que nuestra llegada les iba a arruinar su linda velada.

—Lo sentimos. Vivimos aquí. —dijo Cetta.

—Y ese es el problema —bromeó Zolslo.

—Yo también te quiero, papi —gruñó Lífsero.

Reí con una ligera carcajada. No podría negar que eso fue gracioso. Me pregunté qué sería gracioso en la Tierra. Tal vez fuera diferente y allá les haga gracia lo que aquí no. Quién sabe.

Nuestros padres habían sido amigos desde que se conocieron en la escuela. Por lo que ellos decían, nunca habían peleado, y siempre vieron quienes formarían parejas. Incluso Lenan Kundera tenía una: Lio, pero murió en un accidente de calides, hace cinco años:

El día que ocurrió el accidente del señor Lio Kundera fue uno de los peores, no sólo para su familia, sino para todo Astéri. Fue el día en que sucedió la explosión de la planta de energía de la ciudad. Según los reporteros en la caja de recuerdos en vivo, hubo un sobrecalentamiento de un experimento que estaban haciendo en ése lugar. Se corrieron rumores de ser un virus potente al que le darían cura, o una nueva forma de energía aparte de la solar que usamos todos los días. Pero nunca se supo, incluso los gerlo y galis del lugar se rehusaron a contestar preguntas. Sólo se supo que una enorme biga de metal calló justo delante del camino del señor Lio y él chocó en su calide contra ésta. Fue la primera y la última revuelta que ha habido en todo el planeta la que hicieron los ciudadanos que se quedaron sin energía durante semanas.

Sabían que mis padres serían pareja. Igual que Lio y Lenan. O Squidtch y Zolslo. No estaba seguro de cuánto tiempo hayan tenido tanto de conocerse, pero por la forma en que se trataban, tal vez sí eran muchos años.

— Ficseto hay carne en la cocina. Lleva a tus amigos a comer adentro. Y no nos molesten ahora. Encontramos un momento pacífico, no lo interrumpan, por favor.

— Son unos padres increíbles —bromeé.

"Síganme" dije con la mete a mis amigos. Cetta y Lífsero entraron confiados, no era la primera vez que estaban en mi nido. Pero Flia, Luna, y Lored, hacían gestos de vergüenza. Como si nunca hicieran algo así.

Por fin adentro, los dejé sentados en el comedor. Yo fui a la cocina para llevar la carne. Entré en la cocina. Abrí el conservador, ahí estaba la carne. Un gran trozo de clox. Creo que sobró del día anterior, y a mi madre no le molestó no cocinar.

Aún estaba caliente. Así que no me preocupó cocinarlo. Eso es lo bueno del conservador, esa pequeña caja de metal mantiene todo a su temperatura original.

Llevé la carne al comedor junto a mis amigos. Había platos en la mesa, imaginé que Lífsero los había colocado ahí. Puse el clox en el centro del comedor. Nadie se molestó en esperar nada, sólo tomaron un trozo con el cuchillo y su tenedor.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora