Un sentimiento

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Está lloviendo a mares. Perfecto.  Puede que así mis problemas se disuelvan de una vez por todas. Puede, pero no creo.

Las gotas resbalan por el cristal de mi ventana, deslizándose por la plana superficie. Algunas se encuentran en su camino con otras, se funden y continúan su irregular descenso mientras yo sigo su recorrido con la yema de mi dedo.

El cristal es frío, las gotas son frías, incluso el aire de mi habitación es frío, pero ya no lo siento, ya no. Hace mucho tiempo que vivo entre palabras frías y me temo que mi corazón ya se ha insensibilizado a ello.

Todas se precipitan hacia el abismo, hacia su fin, a tan sólo un suspiro de distancia...pero ellas no lo saben. No las culpo, yo tampoco sé a cuántos suspiros está el mío.

Mi agitada respiración empaña el cristal de la ventana y la lluvia queda oculta tras la inesperada niebla que se ha formado.

No quiero hablar con nadie, porque nadie va a entender lo que siento…o puede que yo no me explique del todo bien, no lo sé, ya me da igual.

 No voy a intentarlo más, estoy cansada.

Cansada de sonreír aunque no quiero hacerlo, cansada de buscar mi lugar en el sitio equivocado, cansada de fingir que no me importa su indiferencia, que no me duele… Pues lo digo: ME IMPORTA. Aunque ellos no se dan cuenta, o son muy buenos actores, quién sabe.

Estoy harta de que mi voz se convierta en un eco de sí misma que al final desaparece; se pierde entre el gentío, nadie la escucha…aunque lo cierto es que nadie se molesta en intentarlo tampoco.

Quiero pensar que algún día esta situación cambiará, que un día dejaré de ser una extraña que vive en su mundo, que algún día entenderán que las palabras arrancan sonrisas y acongojan corazones, y que, a veces, las palabras duelen y nos hacen llorar...escucharán mi voz, después de tanto tiempo. Quiero pensar eso.

De momento, mi único consuelo son las palabras, ésas que a veces no significan nada para algunos y para otros lo significan todo. Son mi salida, las alas que me permiten ser como soy de verdad sin tener miedo, sin restricciones… ¿Acaso soy la única que se siente así? ¿La única que se siente fuera de lugar en algún momento? Creo que no. Aunque hay un lugar… un simple mundo de papel, de palabras que ocultan sentimientos, de historias increíbles, de sueños imposibles que se pueden alcanzar… ese es mi lugar, MI mundo, entre palabras que no me hieren, sino que curan mis heridas.

Puede que algunas personas aún sigan sin entenderlo. Puede que las palabras no sean las adecuadas, pero son las que he utilizado al fin y al cabo, puede que más tarde lo entiendan o puede que nunca lo hagan. Incluso puede que sí haya gente que me comprenda. Puede.

Y así, escuchando el rumor de la lluvia al caer en mis oídos, encuentro mi refugio en las palabras una vez más.

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