Demonio blanco - Capítulo 5.

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Mientras comíamos tranquilamente me detuve a ver detenidamente a Nero, sus facciones eran más adultas, su cabello ahora lo llevaba muy corto y dejaba a vista aquellos carácteristicos ojos celestes que tanto me llaman la atención

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Mientras comíamos tranquilamente me detuve a ver detenidamente a Nero, sus facciones eran más adultas, su cabello ahora lo llevaba muy corto y dejaba a vista aquellos carácteristicos ojos celestes que tanto me llaman la atención.
-¿Qué?-preguntó al notar que lo estaba viendo.
-Has cambiado-respondí apoyándome contra el respaldar de la silla.
-¿Para bien o para mal?-preguntó alzando una ceja.
-Para bien-sonreí de lado a la vez que cruzaba los brazos sobre el pecho.
-No soy el único que cambió-comentó alzando las cejas.
-Bueno, no eres el único con cambio de look-comenté manteniendo la sonrisa. Era cierto, ahora llevaba el cabello corto por encima del cuello y el flequillo me caía sobre la frente hasta tapar un poco los ojos.
-Me di cuenta-rió apenas.
-¿Para bien o para mal?
-Para bien-respondió sonriendo-te queda mejor el cabello corto, deja ver tus facciones...-se detuvo.
-¿Mis facciones?-insistí alzando una ceja, su rostro se estaba tornando bordó como la remera que llevaba.
-Aunque pasen los años sigues poniendote idiota ante una mujer-reí señalando con burla.
-Claro que no-frunció el ceño tratando de ocultar una risa.
-¿Y por qué te quedaste tan callado? ¿Qué ibas a decir?
-Nada-respondió rápido mientras veía hacia otro lado.
Reí apenas y desvié los ojos hacia su brazo robótico, ahora que lo tenía más de cerca podía verlo detalladamente.
-Esta genial-dije señalando con los ojos hacia el brazo.
-¿Si? Lo ha hecho Nico para mi-respondió mostrándolo-gracias a ella la tengo fácil.
-Ya veo-sonreí extendiendo la mano, tomé la suya y tiré un poco hacia mi. Su tacto era frío pero suave, lentamente con los dedos inspeccionaba la textura-es asombroso el trabajo que ha hecho Nico-alcé el rostro hacia Nero quien estaba en silencio apretando la mandibula y el rostro aún rojo.
-S-Si-respondió-aunque es un poco molesto.
-¿Por qué?
-Bueno, no siento el tacto y a veces no mido la fuerza. Incluso a Kyrie le disgustaba un poco.
Su mirada se posó en el brazo en silencio, otra vez aquella tristeza.
-A mi me gusta-dije acercándola a mi mejilla-su tacto es frío pero muy suave-agregué sonriéndole.
Lo que más me encantaba de Nero es que no sabe como reaccionar ante este tipo de situaciones y deja a flor de piel sus diferentes expresiones que son una maravilla.
-E-Eh...-tartamudeó tragando fuerte.
-¿Te estás poniendo rojito?-pregunté divertida, quería sacarlo de aquel tema reciente y hacerlo reír.
-¡Cla-Claro que no!-negó rápidamente a la vez que apartaba el brazo.
-¿Nero el tartamudo? Tanto tiempo sin oírlo-comenté entre risas.
Se cruzó de brazos con el ceño fruncido, era una ternura de persona a pesar de que cargara un gran temperamento.
La puerta sonó y una voz de fondo muy fuerte se escuchó diciendo.
-¡Abran que llegó la mejor visita de sus vidas!
Reconocía esa voz que me hizo dibujar una sonrisa en el rostro.
-¿Quién se cree este viejo?-suspiró Nero levantándose.
Abandonó la cocina y en segundos apareció junto con Dante.
-¡Dante!-nombré sonriendo.
-Hola nena-saludó devolviendo la sonrisa, se acercó a observar lo que comía-¿Y no hay para mi?
-Claro que si-respondí levantándome-siempre hay para ti mi querido Dante.
-Que dulzura-comentó Dante tomando mi lugar.
-¿Ya me extrañas viejo?-preguntó Nero alzando una ceja.
-Vine a ver a la nena, no te sientas importante-respondió sonriendo de lado.
Touché Nero.
-¿Ah si?-mantuvo la ceja alzada-hace días atrás no decias lo mismo.
-Aquí tienes-le entregué un plato con waffles el cual Dante tomó con una gran sonrisa en el rostro.
-Gracias cariño-agradeció.
-¿Desde cuando le dices cariño?-preguntó Nero entre una risa bastante seca, observé hacia Dante y luego hacia Nero quien mantenia aquella postura.
-No te pongas celoso nene, no es de mi edad-respondió Dante comenzando a comer.
El jugo que tomaba Nero salió volando de su boca tras toser con fuerza.
-¡¿Qué dices viejo?!-inquirió con los ojos abiertos de par en par. No pude evitar reír hacia la reacción.
-Aunque si hubiera sido joven como tú ya la tendría entre mis brazos-comentó divertido.
-¡JA!-soltó la carcajada cruzado de brazos-claro que no.
-¿Y cómo lo sabes?-preguntó Dante alzando los ojos hacia él.
-P-Porque si-tartamudeo.
-Volvió el Nero tartamudo-dijo entre risas Dante mientras me veía.
-Dije lo mismo-reí.
-Ya me las pagaran-bufó Nero.
-Ya, sabes que te queremos mucho-me acerqué por detrás suya apoyándome en su espalda y rodee los brazos en su cuello en un abrazo-mucho-agregué depositándole un beso en la mejilla.
No podía ver el rostro de Nero pero por las risas de Dante de seguro se burlaba de su sonrojo.
-Hey Nero, te estas poniendo no rojo, sino bordo como tu remera-y soltó la carcajada golpeando la mesa.
-Los odio...-gruñó Nero por lo bajo, como extrañaba hacer esto.

♢-(••𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤 𝘽𝙡𝙖𝙣𝙘𝙤.••)-♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora