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Llevamos la paga a Dante, la dividimos entre los tres y de allí nos dirigimos con Nero a su casa. -¿Que quieres comer?-preguntó Nero abriendo la puerta y dejándome lugar para pasar primero. -No sé, podríamos ver-respondí entrando. -Te pregunto porque hoy me encargo de la cocina. -¿Tú cocinar? -¿A qué viene esa pregunta?-alzó una ceja. -Siento que no va contigo-reí. -Hey-rió también mientras avanzaba hacia la cocina-aunque no lo creas se hacer muchas cosas. -De ser así entonces sorpréndeme-dije sonriendo a la vez que me sentaba sobre la mesada. -Bien-sonrió también. Se quitó la gabardina la cual dejó sobre una silla y fue en busca de un delantal azul oscuro. -Voy a necesitar la mesada-señaló con los ojos el lugar donde me encontraba. -Lo siento-me hundí de hombros, se acercó hasta mi y me tomó de la cintura. -Eres tonta-sonrió de lado. Aquel tacto cálido me producía un cosquilleo en el vientre, su mano robótica se sentía suave, me agradaba. -Aprendí del mejor-contraataque dedicándole una mirada divertida. El silencio invadió entre ambos al notar que teníamos los rostros a poca distancia del otro. Mi corazón latió con fuerza al notar que su mirada se desviaba otra vez hacia mis labios ¿Qué se te viene a la cabeza al verme así? Me da tanta curiosidad saber que pasa por esa cabezita. -P-Por cierto...-aclaró la garganta y alzó rápidamente los ojos hacia los míos-¿Estás mejor de la herida? -S-Si...-asentí-me voy a bajar-avisé. -Y si, sino, no podre cocinar-rió y de un suave tirón me hizo bajar. Me aparté y senté en una de las sillas que se adornaban alrededor de la mesa de madera. -Presta atención a un gran chef-dijo altenero y alzó las cejas. -Pfff, ya me imagino-comenté divertida apoyando los codos sobre la mesa. Comenzó a cocinar, no me había dicho que era porque sería una sorpresa. Me dedique a observar como cortaba las verduras de manera ágil, como me sonreía cada vez que hablaba de algún tema curioso y sobre todo pensé lo suertuda que había sido Kyrie por tenerlo en su vida, por lo menos a su lado fue muy feliz y eso en parte me alivia un poco. Un tema salió a flote y fue el de su brazo demoníaco. -¿Y por qué no lo quisiste?-pregunté curiosa. -Desde que soy un niño fui señalado como un monstruo por portarlo. Si, me ayudo en muchas cosas pero también me negó otras de las cuales me hubieran ayudado a avanzar en la vida. No solo eso, a muchas personas cercanas no le gustaba. -Para mi era genial-alcé los hombros-y este también lo es. -Con este la gente no me ve raro, al contrario-sonrió alzando su mano robótica-aunque haya perdido el tacto me siento a gusto con el. -Se nota que estas a gusto-sonreí. -Bueno, a una persona no le gustaba este brazo. Y la imágen de Kyrie volvió a mi cabeza, me había contado que siempre le recordaba que su tacto era frío y un poco torpe. -Pero lo que importa es que tú te sientas a gusto ¿No?-me levanté y acerqué hasta él-para mi es suave-me atreví a tomar su mano y llevarla hasta mi mejilla derecha. Si, el tacto era frío pero lo sentía suave y me daba cosquillas sentir las curvas de algunas lineas marcadas de varias piezas. -Me gusta mucho-sonreí inclinando apenas de lado la cabeza, con ambas manos las pase por su antebrazo. -____-me nombró, le dedique una mirada de cariño-gracias...-agregó sonriendo también, con la otra mano la paso a mi otra mejilla libre y se acercó para depositarme un beso en la frente.
Headshot.
Ese beso me había hecho estallar de emociones las cuales hacía el mayor esfuerzo en ocultar. -Perdóname por no estar cuando más me necesitabas-hablé cerrando los ojos y solté un leve suspiro. -Ahora estas aquí conmigo, eso es lo que cuenta. Abrí los ojos y noté su rostro cerca del mío, sus labios entreabiertos me daban la señal de que ese beso que nunca tuvimos estaba por realizarse. -Nero...-susurré entrecerrando los ojos, incliné apenas el rostro hacia arriba dejando al descubierto los míos, y esperaba con ansias ese tacto que de seguro sería perfecto. La cazuela hirvió con el agua que se desbordaba a los costados. -Mierda-maldijo Nero apartándose rápidamente de mi y volteó hasta esta. Parpadee varias veces volviendo en si y tragué fuerte sintiendo el rostro caliente, de seguro por un MUY notable sonrojo. -Iré a darme una ducha, me avisas cuando este listo-dije riendo nerviosa. Sin esperar respuesta salí disparada como un rayo escaleras arriba, pasé junto a aquel cuarto el cual me daba mucha curiosidad ¿Qué tendrá a allí? Quizás varias armas, no lo sé.
Ya, no seas metiche.
Pensé dándome un golpecito en la frente con la palma de la mano y seguí avanzando hasta el baño. Me quité prenda por prenda y seguí con el bendaje, dolía y ardía pero no podía bañarme con el puesto. -Maldito demonio-maldije entre dientes. Al quitarmelo por completo me metí a la ducha, la encendí y dejé que el agua tibia cayera sobre mi. -Que lindo...-dije tras una gran sonrisa. Luego del gran día que habíamos tenido, que mejor que una ducha relajante.
___...
Su voz sonó en mi cabeza, otra vez aquel cosquilleo en mi vientre y unas terribles ganas de lanzarme hacia él y besarlo, pero no podía. Se que se contiene por Kyrie, lo hace por ella y eso... eso me pone triste, porque si supiera de mis sentimientos. No... ¿Qué digo? Ya se habrá dado cuenta, pero se hará el tonto para no lastimarme, no se da cuenta que de esta manera es igual. -Mierda...-maldije llevando ambas manos por los cabellos. ¿Qué hago? Ese acercamiento que tuvimos, esa manera de observarme eran tán... perfecta que mi tonto corazón saltaba de alegría. Alegría... hace cuanto no me sentía así, me fui durante cinco años en los cuáles no hice nada emocionante y sobre todo siempre me mantuve al márgen. Me crucé con muchos hombres, pero ninguno me provocaba este sentimiento tán puro y lindo. -¡Mierda!-maldije con más fuerza y golpee con el puño cerrado la pared.
¿Qué hago ahora? Estoy aquí viviendo bajo el mismo techo de la persona que a pesar de los años sigo enamorada.
Chasquee la lengua y traté de borrar cualquier pensamiento de la cabeza, mientras me enjuagaba el cabello con shampoo. Tras varios largos minútos abandoné la ducha, me sequé el cabello con una toalla y con otra me envolví en el cuerpo. -Fresca como lechuga-comenté abandonando el baño, me sorprendí al toparme con Nero quién al verme sus ojos se abrieron de par en par. -¡Lo-Lo siento!-dijo rápido mientras miraba hacia otro lado con el cuerpo totalmente tenso-vi-vine a avisarte que ya esta l-la comida. Me aferré a la toalla envuelta en mi cuerpo y asentí cómo tonta, sus ojos nerviosos pasaron por mi cuerpo y volvieron a mi rostro. -¿Va-Vas a comer?
Idiota.
Me maldije mentalmente. -S-Si-asentí torpemente-m-me cambio y bajo-agregué hundiéndome de hombros. Asintió y se giró casi perdiendo el equilibrio por su torpeza, no pude evitar reír al verlo caminar con paso "firme".