Demonio blanco - Capítulo 2.

800 68 4
                                    

-¿Dónde estuviste todo este tiempo? -¿Viajando?Frunció el ceño levemente ¿Era mi madre que me hacia tantas preguntas? -¿Eres mi madre que preguntas tanto?-pregunté divertida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-¿Dónde estuviste todo este tiempo?
-¿Viajando?
Frunció el ceño levemente ¿Era mi madre que me hacia tantas preguntas?
-¿Eres mi madre que preguntas tanto?-pregunté divertida.
-No, pero te perdiste una muy grande.
Y recordé las palabras de Dante diciéndome que Kyrie estaba muerta. No sabía como reaccionar, quería lanzarme a sus brazos y perdirle perdón por no estar pero se que no le gustara que sienta pena.
-¿Si?-pregunté alzando una ceja-te invitaría a comer algo pero...-desvié los ojos hacia el bar el cual estaba vacio y con la ventana rota por mi culpa-no podemos.
Rió apenas a la vez que descruzaba los brazos. Una camioneta se estacionó ante nosotros y tocó la bocina varias veces de manera escandalosa.
-Justo a tiempo-habló Nero rascándose una oreja.
Una mujer morena sacó la mitad del cuerpo por la ventanilla y alzó la mano con una sonrisa.
-Hola, soy Nico-se presentó alegremente.
-Hola, soy ___-alcé la mano y correspondí a la sonrisa.
-Ven-señaló con la cabeza Nero.
Nos metimos a la camioneta en donde Nico me recibió aún con aquella sonrisa.
-___, me han contando mucho de ti-habló.
-¿Ah si?-observé hacia Nero con una ceja alzada.
-Pfff, no sabes cuant...¡OUCH!-se quejó inclinándose para apoyar una mano sobre su pie.
-Querias algo de comer ¿No?
Mi estómago rugió al momento de oír "comer".
-Eso es un si-dije riendo.
Nos detuvimos con la camioneta en un acantilado en el cual se podía ver toda la ciudad repleta de luces, el atardecer estaba cayendo y dejaba una vista hermosa de la cual no deseaba dejar de ver.
-Ven-dijo Nero, lo seguí-aquí estaremos mejor-agregó cerca de la camioneta, de un salto se subió al techo y tendió la mano hacia mi.
-¿Crées que no puedo hacerlo sola?-pregunté alzando una ceja.
-Si pero me gusta ser caballeroso-respondió sonriendo de lado.
-Nero caballeroso, una nueva faceta-comenté burlona y sonreí tomando su mano.
De un tirón subí y me senté a su lado, tenía dos bandejas con papas fritas y hamburguesas.
-¿Estabas preparado para la ocasión?-bromee a lo que él rió negando con la cabeza.
-Con Nico siempre tenemos comida de más por las dudas-respondió entregándome la bandeja.
-Ya veo-sonreí tomándola.
Ambos comenzamos a comer a gusto mientras veíamos el paisaje, me sentía tranquila y a la vez feliz por volver a pasar un momento junto a Nero.
-Me imagino que has visitado a Dante ¿No?
Lo observé a la vez que le daba una mordida a la hamburguesa.
-Si, fue el primero en el que pensé-respondí riendo apenas.
-Que mala, pensé que sería el primero-dibujó un puchero en los labios, no pude evitar reír enternecida y picarle la mejilla.
-Ni siquiera sabía donde estabas tonto.
-Eso es verdad...-se frotó la mejilla-por esa te salvaste.
-Fui a saludar y de paso preguntarle donde estabas.
-Te ha contado lo otro ¿No?
Me tensé hacia aquellas palabras.
-¿Lo de Kyrie? Si...
No dijo nada, solo mantuvo la mirada al frente con un semblante sombrío.
-Fue atacada por una manada de demonios, no pude defendarla y...-se detuvo y suspiró, observé su rostro que trataba de mostrarse frío pero era imposible por sus ojos que estaban vidriosos.
-Lo siento tanto-dije por lo bajo.
-En ese momento pensé en ti.
¿En mi? ¿Por qué?
-No sabes cuanto te necesite.
Sentí presión en el pecho ¿Era culpa?
-Lo siento por no estar-apenada bajé la mirada y Nero sorbió por la nariz.
-Si tan solo te hubieras quedado aquí...
¿Quedarme y verte feliz con alguien que no sea yo? No podía.
Me acerqué a él y abracé con fuerza rodeando los brazos en su cuello.
-Ahora estoy aquí, se que no es lo mismo pero... sabes que no estas solo.
Sus brazos se envolviendo en mi y apretó a él.
-Gracias-susurró.
-Estoy aquí para joderte por un largo tiempo, no te vas a safar de mi.
Oí sus suaves risas, música para mis oídos.
-Así que te aguantas niñito.
-Hey, ya no soy un niño-bufó.
-No te creas que por cambiar de peinado ya eres un hombre-burlé divertida.
-No te metas con mi cabello tonta-sus manos se deslizaron por mis costados y comenzaron a hacerme cosquillas.
-No se vale-reí empujándolo, ambos caímos hacia atrás. Quedé recostada con Nero quien tenía las manos apoyadas a los lados de mi cabeza, ambos reíamos divertidos.
-Si se vale-me vió a los ojos, nos quedamos viendo fijamente y mi corazón comenzó a latir con fuerza en cuanto su mirada grisacea se desvió hacia mis labios.
Iba a hablar pero de inmediato se incorporó a mi lado y carraspó.
-¿Quieres una cerveza?-ofreció alzando una en su mano sin siquiera verme.
-Por su pollo-respondí tratando de cambiar el ambiente de hace rato.

♢-(••𝘿𝙚𝙢𝙤𝙣𝙞𝙤 𝘽𝙡𝙖𝙣𝙘𝙤.••)-♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora