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Me vestí, sequé el cabello y abandoné el cuarto.
Maldición.
Maldije mentalmente al recordar lo que había pasado hace varios minútos atrás, era la primera vez que veía a Nero tán sonrojado ¡Me mataba! ¿Por qué tiene que ser tán lindo? -Basta ___-dije firme mientras me daba una palmada en la frente-ponte firme, ya. Inhalé profundo y bajé las escaleras, caminé hasta la cocina y me tomé la sorpresa de ver la mesa preparada con dos platos de mi comida favorita que era ___ (comida favorita). -Wow...-sonreí avanzando. -¿Sorprendida?-preguntó Nero sonriendo altanero. -Un poco-mentí imitando desinterés mientras me sentaba junto a la mesa. -Hey-regañó frunciéndome el ceño, no pude evitar reír mientras le daba un golpecito con la mano a la mesa. -Es broma Nerito-le dedique una mirada tranquilizadora-me sorprende y mucho. -¿Si?-se sentó también-¿Por qué? -Porque no puedo creer que recuerdes cuál es mi comida favorita-respondí observando el plato-y solo te lo dije aquella vez que estabamos juntos en Fortuna. -Tengo buena memoria-dijo comiendo un poco-aparte, es algo importante para mi. -¿Importante?-pregunté alzando los ojos hacia él. -E-Eh si...-tartamudeó desviando la mirada-po-porque te lo debía y-y... No pude evitar sonreír ante tal reacción, si supiera lo hermoso que lo veía. -Gracias Nero-agradecí enternecida-eres el mejor... -De nada ___-sonrió calmando su expresión tensa. Probé el platillo que estaba realmente delicioso, no pude evitar suspirar y cerrar los ojos encantada. -Que delicia~-me apoyé ambas manos en las mejillas y apreté apenas. Cada vez que comía algo delicioso una agradable sensación se provocaba en mis mejillas-tienes todo Nerito. -¿A qué te refieres? -Eres alguien genial, divertido, valiente, cocinas bien, cuidas a los que quieres-empecé a señalarlo con mis dedos-eres apuesto y...-me detuve y no pude evitar reír. -¿Qué es gracioso?-frunció el ceño. -Nada-negué levemente. -Anda, dime-insistió, recordé que Nero es así, no para hasta que se lo digas. -Y muy penoso-dije-¿Recuerdas esa vez en el bosque para ir al castillo que me desgarré la parte superior del traje con el ataque de aquella demonio molesta? -Si, lo recuerdo-respondió tragando fuerte. -Te pusiste bordó al ver mi sostén-reí llevando una mano al vientre. -¡He-Hey! ¡No te burles!-se quejó. -No lo voy a olvidar nunca a eso-me restregué un ojo exhalando profundo. -Ya cambié-apoyó un codo sobre la mesa mientras seguía comiendo. -Claro que no, sigues igual-negué soltando unas risas. -Que si cambié-me levantó la mirada. -Nah, no te creo-sonreí burlona. De un abrir y cerrar de ojos se levantó y acercó a mi. Tomó el respaldar de la silla, lo inclinó hacia atrás, caía también aferrando las manos al asiento y él de su parte también se inclinó cerca de mi rostro de manera peligrosa. -¿El Nero de antes se acercaría de esta manera?-su tono de voz sonaba diferente al que tenía de costumbre, era más profundo y juro por todo que me hizo erizar la piel.
Ay mierda...
Maldije mentalmente, mi rostro estaba caliente, demasiado y eso hizo sonreír victorioso a él. -¿Sabes? El rojo te queda pintado-bromeó. -Idiota-insulté desviando la mirada y recordé los dos momentos que estuvimos así-si, lo hizo-respondí a la anterior pregunta. Silencio ¿Di en el blanco? Avergonzada volví a verlo y si, estaba en lo cierto, ahora él estaba sonrojado. -De seguro no lo recuerdas...-dije sonriendo apenas-en ese momento ni siquiera nos conocíamos del todo y... Fui interrumpida por sus labios posados sobre los míos, me asombré ante aquella acción ¿Nero besándome? ¿Era posible? El momento que tanto había esperado se estaba cumpliendo, sus labios eran suaves como los había imaginado todo este tiempo, su sabor era perfecto.
Responde, tonta.
Me di una bofetada mental ¡No quería que pensara que no lo aceptaba! Correspondí siguiendo su ritmo que era lento, suave y dulce, muy Nero y me gustaba, me gustaba mucho.
