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Abrí los ojos y sentí un gran alivio por despertar en una suave cama, todo este tiempo al estar viajando me quedaba en lugares que por a pesar de ser muy baratos ya se imaginan como son. -Arriba-dije a la vez que me levantaba. Primero me dirigí al baño, Nero aún no se había levantado porque no escuchaba ningún ruido y mínimo vendría a despertarme de manera molesta. -Mmm...-exclamé abandonando el baño, pase por aquel cuarto que Nero no me había nombrado ¿Habrá algún cadaver allí? Reí al pensar en ello y negué con la cabeza-serás idiota-agregué por lo bajo. Al bajar por las escaleras me fui directo a la cocina, iba a prepararle el desayuno a Nero como agradecimiento por dejarme quedar aquí. -Waffles con miel no vienen mal-comenté abriendo la nevera. Me dispuse a buscar los ingredientes, los utensillos de cocina que utilizaría y puse manos a la obra. Quería demostrarle que ahora todo iría un poco mejor y también pedirle disculpas por no estar cuando más me necesito, fui un poco egoista al pensar solo en mi.
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La estatua gigante caía rendida al suelo, desde fuera veía todo junto a Lady y Trish. -___-me nombró Lady al verme dar varios pasos al frente. -Iré a ver, no se preocupen-dije sin voltear. Me eché a correr en dirección a la estatua que yacía tendida en el suelo. -Hey nena-apareció Dante a mi lado en cuanto estuvimos frente a esta. -¿Nero estará bien?-pregunté viéndolo. -¿Eso responde a tu pregunta?-y con el mentón señaló hacia delante de mi, voltee a ver a Nero quien cargaba en sus brazos a Kyrie. Admito que ver esa imagen me apretó un poco el corazón pero me aliviaba saber que estaba bien. -Bien hecho nene-felicitó Nero. Nero sonrió de lado y al estar frente a nosotros bajó a Kyrie. -Pensamos que no la contabas-comentó Dante. -¿Se acabó?-preguntó Lady pasando por mi lado e inspeccionando el cuerpo de piedra. -Si, se acabó-respondió Nero. Su cometido se había logrado al igual que el mio pero aún así sentía un gusto amargo. La ciudad ahora estaría en calma y de mi parte ya no tenía nada que hacer aquí. Mientras Dante, Trish, Lady y Kyrie hablaban entre si yo me quedé pensando en que sería de mi ahora. Desde hace años quería vengarme de la muerte de mi padre y al final pude hacerlo ¿Ahora qué? -¿Y ahora?-oí la voz de Nero que me hizo volver en si. -No lo sé-respondí desconcertada. -¿Te irás? -Probablemente... -¿Y si te quedas? Observé sus ojos celestes pálidos posados sobre mi, desvié los ojos hacia Kyrie quien reía dulcemente. -No puedo-respondí volviendo a verlo-no es de mi gusto quedarme en un mismo lugar-agregué alzando los hombros. -Anda y yo que te tomé cariño-dijo dibujando un puchero ¿Lo haces a propósito pendejo? -Ya, yo igual-sonreí-pero debo irme-agregué volteando. -___-llamó, detuve la caminata que había comenzado y voltee a verlo-¿Volveremos a verlo? -Tenlo por seguro-respondí sonriéndole, él hizo lo mismo.
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Y desde ese día no volví hasta ahora, por cinco años no supe nada de nadie, me aparté de todos solo por un simple capricho mío. Pero... me dolía ver a Nero tan feliz con Kyrie, que le sonriera de la manera que anhelaba que fuera dirigida a mi, esa mirada llena de sentimientos la cual nunca en mi vida pude sentir, todo de él me encantaba. Incluso tuvimos un acercamiento que desde ese entonces me hizo sentir de esta manera.
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Habíamos acabado con el ejercito de Bianco's y por segunda vez no pudimos salvar a Kyrie, Nero frustrado acabó con cada enemigo incluso dejando atónito a Agnus en su forma demoníaca con la cual huyó corbademente con Kyrie en brazos. -Maldición-maldije al acabar con el último Bianco el cual le di una gran patada en el pecho. Salió volando por los aires y se desarmó contra una pared de la sala. -¡Maldición!-gritó Nero cayendo de rodillas al suelo-¡Mierda! ¡Mierda!-golpeó el piso varias veces con fuerza creando un gran agujero en este. Lentamente me acerqué a él y al momento de querer apoyar una mano sobre su hombro este se levantó y siguió su camino sin siquiera preguntar si estaba bien o no. Entiendo la situación pero ¿Qué tengo que ver en esto? Tras aquello seguimos el camino en silencio, ninguno nos dirigíamos una mínima palabra hasta que llegamos a nuestro cometido con Sanctus. -___-llamó Nero, me detuve y voltee a ver sin expresión alguna-Con lo que paso atrás yo... -No es necesario que digas nada. Solo estamos trabajando, no hay ninguna amistad ni preocupación entre nosotros-interrumpí fría y Nero se asombró-Tú quieres salvar a tu novia y yo quiero acabar con Sanctus. Cuando acabe esto me iré. -¿Te irás?-preguntó aún asombrado. -Si ¿Para que quedarme en Fortuna si ya no tengo ningún cometido? Me quedó observando sin decir nada, aunque me doliera debía ser firme, era cierto. Luego de esto me iría de aquí. -____-nombró Nero. -Debemos seguir-voltee para irme pero su mano tomando mi muñeca me detuvo, obligadamente volví para verlo. -No quiero que te vayas. -¿Para que quieres que me quede? -Quiero que trabajemos juntos, hacemos un gran equipo. ¿Yo trabajar con él luego de todo esto? No podía, me hacia sentir extraña con solo pensar que estaría con Kyrie siendo muy feliz. -No puedo-negué con la cabeza. -¿Por qué?-insistió. Era un maldito terco y no me soltaba aunque tratara de que lo hiciera. -Déjame Nero-ordené frunciendo el ceño. -No lo haré hasta que respondas mi pregunta-dijo firme observándome fijamente. ¿Qué iba a decirle? ¿Que me molestaba verlo feliz con esa mujer? No, no puedo ser tan idiota. -No quiero estar junto a ti, solo hago esto por venganza-dije, él seguía viéndome fijamente. -No te creo-negó.
Suéltame maldición.
Pensé frustrada y sintiendo el corazón acelerado. -¡Suéltame!-alcé la voz, aprete mi mano transformada en puño y se la lancé pero también la sostuvo por la muñeca. -¡¿Qué demonios te sucede?!-inquirió. -¡Solo te importa salvar a Kyrie! ¡Ni siquiera eres capaz de preguntar como me encuentro!-grité. Sus ojos se abrieron de par en par. -Trate de al menos animarte un poco y ni siquiera reaccionaste, me evitaste. Ni me preguntaste como estaba y... Me detuve desviando el rostro a un lado y reí amargamente. -¿Qué estoy diciendo? Si no somos nada, solo dos personas tratando de llegar a su cometido. Luego de esto me iré y ni siquiera te acordarás de mi. -¿Qué demonios dices? -¡Es la verdad! Estarás con tu... novia que ni siquiera te acordarás de la idiota que te ayudo. Siempre fue así-dije aquello último apagando el tono de mi voz. -Mentira, yo jamás te olvidare-dijo y alcé el rostro para verlo. Sonreía dulcemente-¿Cómo olvidarme de una mujer tan hermosa que patea asombrosamente los traseros de los demonios? Reí hacia aquellas palabras mientras negaba levemente. -Deja de mentir ¿Quieres? -No es mentira, aparte me pongo tonto y nunca le dije algo bonito a una mujer sin cagarla. Alcé una ceja. -¿Estás practicando conmigo para luego decircelo a ella? Rió apenas y puedo decirles que se veía hermoso cuando lo hacia de esa manera. -Eres hermosa ___, no me perdonaría si te olvido. No dije nada, sentía mi rostro caliente de seguro estaba rojo como un tomate. Lentamente fue acercando su rostro al mio, mis ojos se fueron cerrando e incline la cabeza apenas hacia atrás dejando descubierto mis labios deseosos de los suyos ¿Acaso iba a hacerlo? ¿Nero me besaría? Pero siempre algo la tiene que cagar ¿No? Unos demonios se hicieron presentes ante nosotros deseosos de cortarnos la cabeza. -Bien-aclaró la garganta Nero a la vez que se apartaba, notaba sus mejillas teñidas de carmín-acabemos con estas molestias. -Si...-dije sonriendo apenas.
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-¿Y ese aroma?-se asomó Nero por la puerta olfateando el aire con una sonrisa en los labios. -Te preparé el desayuno-respondí dejando sobre la mesa un plato con waffles y miel-que lo difrutes-agregué dejando un vaso de jugo de naranja recién exprimido ante el plato. -No era necesario-dijo un asombrado Nero que se sentaba y acercaba el plato a él. -Claro que si, como agradecimiento por todo lo que has hecho por mi-le sonreí. Sonrió también a la vez que se metía un trozo de waffle y sus cachetes se hinchaban más, le dejaba una imagen muy adorable.
