Cap 11

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Celos

- ¿Qué pasa Naraku? Vas a ver a Kikyo todos los días pero eso aún no te llena en lo más mínimo.

- Kagura déjame en paz quiero meditar tranquilo.

- Yo no te soy suficiente.

- Lo eres, eres mi mejor creación hasta ahora. Pero lo que pienso y haré con Kikyo ocupa otros lugares de mi mente. ¡Ahora largo!

Su querida hija se retiró molesta. Había sido creada para asemejarse a Kikyo pero era muy distinta.
Todos los habitantes del castillo habían muerto incluyendo las doncellas que le servían para desquitarse pensando en sus caprichos amorosos.

Le dolía el pecho pensando en sus amadas, Kikyo fue tomada por Inuyasha y quien diría que al final Kagome le sería robada por el hermano mayor.

Sentía que una rabia lo dominaba y le dio instrucciones a Kagura de nuevo.

Iba ir a observar a Kikyo desde lejos nuevamente.

"Aceptalo Naraku, mientras tengas esos sentimientos nunca podrás matarme..." 

No podía sacar de su  mente aquellas palabras desagradables de esa mujer.

Quiero matarte Kikyo pero tal vez sea cierto lo que haz dicho.

Cuando la veía no dejaba de pensar en lo mucho que la deseaba. Comenzó a pensar en Kagome y en secreto ideó un artefacto de sus propias ambiciones. Tomó un poco de agua de un lago y lo mezcló con su sangre, trató de derramar algunas lágrimas y había creado un gran espejo plateado con bordes rojos.

Era muy pesado y grande como él mismo, como para tener ese espejo por todas partes así que lo llevó en secreto en una cueva.

Espejo muestrame a Kagome, la sacerdotisa que acompaña a Inuyasha.
Y el espejo se tornó negro, le mostró primero la cabellera y luego a Kagome. Estaba bañandose en unas aguas termales, su piel era tersa y su rostro era rojo por el calor.

Ahí estaba otra de sus elementos codiciados. ¿Sentía que podía matarla o no? Pues sí  a ella la mataría porque lo había cambiado por Sesshomaru. Se preguntaba que efecto tendría en Inuyasha pero si lo decía también sabrían que había un interés por Kagome.

Cuando Kagome fue secuestrada, rescatada y luego tomada por su rescatador. Él la llevó hasta  la aldea de nuevo, en la noche y con ayuda de la 'arena negra' que Sesshomaru había obtenido, no fue descubierta por Inuyasha.

Llegó a su casa, realizó sus actividades normales pero no le dijo a nadie que en realidad debía venir hace dos días atrás.

Esos dos días que fueron un desastre y una montaña de pasión entre ellos.

Me da pena pensarlo pero no puedo creer que todo eso haya estado aquí dentro --Pensó mientras estaba en el agua de la tina, en su  hogar.

Se sentía avergonzada y tonta, había dejado que alguien que sólo la veía como menos la tomara y en un lugar abandonado. Y después en el suelo de una cueva. Era tan vulgar tan peligroso y excitante.

No podía dejar de pensar que deseaba a Inuyasha. Deseaba todo y nada a la vez.

Pero él amaba a Kikyo y se sintió triste de nuevo. Si tan sólo Kikyo no estuviera... Sintió unos celos inesperados.

Sesshomaru al alejarse de Kagome pensó en su imprudencia de cruzarse con una mujer humana. Viajo un día entero a ver a una vieja bruja para que le cure sus heridas y le aconsejara. Lo cual era muy extraño pero el señor Sesshomaru, hijo de Taisho, no había buscado pareja para contraer matrimonio.

La anciana sonrió y le explicó que sería una desgracia seguir los pasos de su padre en ese aspecto. Además su imagen sería dañada inmediatamente al ser comparado con Inuyasha era suficiente. Una mujer humana era muy malo y las maldiciones estaban muy de moda en estos tiempos.

No deseo entregarme a ella... Ella sólo cumplió con mis 'necesidades'
Rin es todo lo que necesito. 

Una niña humana podría ser una pareja en el futuro, pero seguirá siendo humana y morirá con el paso del tiempo.

La bruja era sabia y le explicó que no se deje llevar por las imprudencias.

Protejo a Rin pero es porque le debo mi vida. Tampoco pienso tomarla por mujer, nunca.

Había concluido con la bruja y se fue. Pensativo llegó a unas aguas termales donde se recostó en el fondo del agua. La bruja le había dicho que si lo hacía sólo escucharía la voz de sus deseos y que así sería más prudente. Sólo tenía que hacer lo que la voz le dijera pero al estar en el fondo del agua no escuchó absolutamente nada. Sólo recordó cuando Inuyasha le cortó el brazo con su espada Colmillo de Acero y que Kagome había quitado la espada de su pedestal.

Sentía como los celos le nublaban su corazón demoníaco, Inuyasha era el favorito de papá...También el favorito de aquella mujer maldita.

Él es puro ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora