Una mirada
Kagome se había dado cuenta de que algo andaba mal. Pero era muy sutil aquel cambio tan obvio, el orgulloso hermano mayor nunca diría cosas tan románticas. No podía concentrar su energía espiritual porque estaba confundida y las palabras parecían lastimarla ahora que ya lo veía.
Todo podría ser un truco de su propio corazón, una ilusión realizada por un youkai o algo similar. Miró a su alrededor mientras aquel personaje la abrazaba. No sabía si podía correr o cuales eran sus posibilidades, ahora ya estaba arrepentida de haber huido antes.
Entonces se fijó y su captor la besó a los labios, la alzó en sus brazos y caminando, dejaba atrás la ilusión del templo viejo donde habían estado.
- Me supongo que este es un pequeño cambio de planes, el lugar no es seguro, Kagome
Muchos youkai habían salido de la nada y ella no podía moverse de repente, había quedado otra vez entumecida y paralizada, el miedo se apoderaba de ella pero también un interés, quién o que era su captor, capaz de crear tantas ilusiones e invocar monstruos.
Entonces su mente se había limpiado, y en un cortocircuito supo quien podría ser su captor.
- ¿Qué deseas de mi? --preguntó ella tratando de moverse.
- Sólo deseo tu corazón, Kagome, ¿Porque me haces preguntas? No seas tonta.
Dijo mientras bajaba de la cuesta, por el lado contrario al camino. Llegó hasta los árboles y los monstruos se mostraban inquietos pero no se percataban de la presencia de ambos.
Aquella 'arena negra' realmente era muy útil, una pequeña tormenta se avecinaba y las gotas de lluvia comenzaron a caer.
Rápidamente el Sesshomaru falso había llegado a una cueva donde tenía preparado una manta enorme y un futon, unas prendas y algo de comida.
- ¿Qué harás conmigo? Déjame ir ahora mismo
- No quiero hacerlo, te vas a enfermar y justo ahora está cayendo una tormenta.
Kagome lo observó muy seria pero él la bajó con cuidado en las mantas y telas. Se acercó a la entrada de la cueva y con sus manos, escribió en la tierra, había conjurado un campo de energía.
- Esto evitará que entre viento y te mantendrá a salvo de los instrusos.
Lo que él no dijo es que también sería imposible salir de aquel lugar y ser detectado por cualquiera. Por fuera, no habia entrada, el campo aparentaba la pared de la cueva.
- Quiero irme --Susurró Kagome pero él se acercó a ella.
- Come, debes comer algo ahora.
Él le estaba ordenando alimentarse de la comida que estaba allí, ella aceptó de mala gana.
Mientras que el falso Sesshomaru de ojos rojos escapaba con Kagome en sus manos, el verdadero Sesshomaru acababa con monstruos hasta llegar al interior del lugar donde una falsa Kagome lo estaba esperando.
Aquella Kagome estaba herida en el estómago, una herida tan grande que dejaba ver unas entrañas de su vientre.
- Sesshomaru, ayuda...ayudame por...por favor...
Ella lo miró con ojos llorosos y él la observó con asco y resentimiento, con el látigo le cortó la cabeza y ésta cayó a sus pies. Luego, la falda Kagome se quemó hasta dejar unas manchas negras en en suelo.
Maldito Naraku, aquí apesta a ti...Me vengare por esto, no sabea cuando te odio. --Pensó Sesshomaru moviendo sus dedos con resentimiento
- Señor Sesshomaru, gracias por llegar tan lejos pero me temo que aquello que busca se escapa de sus manos... Volveremos a vernos --Habló una voz del maldito Naraku.
- Aparece y enfrentame --amenazó Sesshomaru pero sólo escucho una risa débil y fingida. Sesshomaru se molestó tanto que había hecho una enorme mueca de rabia. Le había engañado nuevamente y Kagura, seguramente ella no sabía donde estaba Naraku ni tampoco la miko Kagome.
Ella estaba desaparecida pero no desistió en seguir buscando, de repende la lluvia comenzó a gotear y él, motivado por su rabia comenzó a tener deseos de volver a tomar a la miko, cuando volviese a aparecer.
El templo comenzó a desaparecer en cenizas y el aroma de Naraku estaba en todas partes.Camino en el bosque en la ligera lluvia y vio a Kagura sentada bajo un árbol, con un paraguas.
- Naraku huyó ¿No es cierto? Supongo que estoy condenada...
Sesshomaru pasó a su lado pensando en que si hubiera llegado antes, también esta mujer sería libre.
- Kagome está ahora también en sus manos... No me imagino ni siquiera que hará con esa mujer pero yo... Espero que no le pase nada. Ella podría ayudar a matar a Naraku.. Si tan sólo... hubiera sido diferente --Dijo Kagura arrodillandose mientras la lluvia seguía cayendo. Sesshomaru se detuvo y miró hacia el cielo. ¿Dónde podría buscar a ese maldito?
Se acercó a Kagura y la interrogó, ella se sonrojó y le explicó que no sabia de los planes de Naraku hasta el día de ayer y que hace tiempo Naraku estaba ligado a ver a la mujer de barro: Kikyo.
- Supongo que está obsesionado con esa mujer y que le tiene miedo --dijo Kagura, haciendo que Sesshomaru pensara detenidamente.
Luego él la observó.
- Kagura
Dijo de manera seca. Por primera vez Kagura sintió miedo y a la vez conmoción, Sesshomaru la había arrojado al suelo en medio de la lluvia.
- Voy a tomarte ahora.
Sus palabras la atravesaron, ella nunca había sido tomada ni siquiera por su padre, su creador, su amado y odiado Naraku.
Sesshomaru extendió su mano hacia el cuello de Kagura y ella se tapó el rostro. La lluvia los mojaba a ambos.
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Él es puro ámbar
Short StoryHistoria de amor&romance ♡ Con un poco de pasión. Ha pasado tiempo desde que se producen estos encuentros espontáneos entre él y ella. Ha comenzado la cuenta regresiva para que se terminen ¿Cuánto tiempo más pasará hasta que deban separarse? Deberán...