Capítulo 23

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Hechizo maldito

Kagome volvía de la época actual, en su lucha por encontrar los fragmentos de la perla. Algo la había envenenado y sus sueños a veces se volvían turbios y llenos de pesadillas.

Su cansancio era extremo. Pero eso no era impedimento para su voluntad férrea, apoyando a Inuyasha, por quien sentía algo. Tratando de buscar a Sesshomaru cuando podía,  quien era un consuelo.

A veces soñaba con su peor enemigo, que finalmente lo mataban y así terminaba toda esa guerra. Pero quedaba vacía: ¿Qué haría ella después, entre Inuyasha y Kikyo?.

- ¡Volviste Kagome! Estoy tan contento -festejó Shipou

- ¿Donde esta todo el mundo?-preguntó ella tranquila.

- Están en la aldea. -respondió Shipou- Todos se pondrán felices de que hayas vuelto!!

Todo marchaba bien hasta que una energía maligna sujetó a Shipo y lo arrojó hacia los arbustos.

-Shipo! -Gritó Kagome asustada, la energía era invisible, de repente apareció una mujer muy alta riendo.

- Por fin apareciste! Mi cliente estará muy contento. -Habló energética, feliz de haber estado esperando en la sombras para atrapar a Kagome.

- Shipo huye de aquí! 

La mujer alta sujetó a Kagome del brazo y la golpeó en el rostro, dejándola inconciente. La puso en su hombro y se alejó lo más rápido que pudo. Shipo se despertó apenado tratando de recordar la situación.

- Kagome fue secuestrada y no pude hacer nada.

El pequeño zorro se sentía tan culpable que se le metió una idea: Rescatar a Kagome, sólo y sin ayuda de nadie.  

En el viento, un aroma suave se disipaba y con él, un sueño de estar viviendo en paz.

Kagome observaba la media luna en lo alto, no podía entenderlo. Nuevamente en problemas.

- ¡Déjame ir! -- protestó Kagome entre lágrimas.

- Tengo un buen dinero, contigo. Jamás. -- sonrió aquella mujer, con increíble velocidad, se alejaba de la zona. En horas, estaría fuera de la región.

- Mi maestro... Me pidió una hermosa mujer, con energía espiritual pura. No pensé que en esta zona encontraría tal objeto de increíble valor, tú mi niña. -- Continuó hablando la mujer, como si de una hazaña se tratara.

- ¿No vienes por la perla de shikon? Es por mi

- No te sientas tan especial, era cualquier niña, tu estabas en mi camino -- dijo la mujer youkai, llegaron hasta un arroyo. El viento soplaba como advirtiendo sobre un evento que sucedería. Kagome sintió un temor.

- No me interesa tan insignificante objeto, escuche sobre ello, mi maestro es un Kami, un Dios. Y tu eres una simple ofrenda. --dijo sonriente, arrojando a Kagome al agua. De su bolsillo, saco un pequeño recipiente con tapa.

Las aguas envolvieron a Kagome, trasladandola en el recipiente. Siendo atrapada y quedando inconsciente.

Como si su cuerpo se congelará en una gelatina trasparente, las aguas del arroyo se habían convertido en una prisión para Kagome, ahora del tamaño de una pequeña muñeca.

- Sus poderes espirituales ni siquiera se manifestaron, que extraño, como si la chica estuviera con algún sello,  es como si--

La mujer youkai no había terminado de hablar cuando una katana se acercó, refilando su cabello.

- ¿Quién eres y qué haces en estas tierras?

- Esa es la voz de un verdadero señor Youkai, pero tu espada no corta ni tampoco sirve para matar.

- Cuidado mujer, aún tengo mis garras. -- la mujer, se dio la vuelta e hizo una reverencia, al levantarse observó aquellos ojos ámbar, aquel porte orgulloso de un guerrero y larga cabellera blanca como la nieve.

Todo lo contrario a ella, que por su altura tenía que encorvarse, su cabellera naranja y sus ojos púrpuras.

- Yo también tengo garras--

- ¿Donde está aquella chica de la que hablas? -- dijo el señor youkai tratando de buscar respuestas.

- Mi señor, aquella joven ya me la he devorado. -- sonrio la mujer youkai
- Si no se aparta de mi camino, tendré que atacarlo.

- Suenas como si pudieras ganarle al gran señor Sesshomaru. --le respondió el youkai, mostrando sus garras.

Realmente gracias por los comentarios, eso hace posible que quiera continuar con esta historia que tiene text hentai.

Viva el Sesshome!  ♡


Él es puro ámbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora