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Morgana Wolf una chica de complexión regordeta viaja a Japón para tener una nueva vida.
Tras la repentina noticia de la ida de sus padres a un viaje de negocios, ella tendrá que vivir con un «amigo» lejano de su padre.
Vivir...
Después de aquella llamada comencé a curar a Yui, desinfecte las mordeduras y después las vende.
Su cuerpo estaba bastante pálido y frió, y si no fuera por el pulso débil creería que ya estaba muerta.
Mi destino ya estaba sellado, un sentimiento de temor me inundo el cuerpo, el miedo me consumió creando gruesas lagrimas que querían salir de mis ojos; lo que uno debe de hacer para proteger a los que quiere ¿no?
Me deje caer aun lado de la cama de Yui, sentándome en el suelo en posición fetal.
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Minutos después me quede dormida.
Realmente tengo miedo...
«Aunque deberías de tenerte más miedo a ti...»
«Maldito Monstruo»
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—¿Q-que demonios eres?—la morena de ojos ámbar miraba con terror a la supuesta «humana gorda».
—¡Su-suelta Kano maldita loca—habla Jin mientras toma del brazo asustada de Maru.
—Ustedes hacen que mi identidad no pase desapercibida estúpidas sanguijuelas...—Toma por los hombros a la morena aprisionándola y levantando su mentón con una mano—. Espero y con esto sea suficiente para que ya no vuelvan a meterse conmigo.
Morgana solo veía directamente los ojos de la contraria sonriendo «tranquilamente».
Luego empezó a susurrar palabras en un idioma extraño.
Después de eso, solo se escucharon los gritos de ese grupo de vampiresas...
«No quiero que él me encuentre»
«Morgana...»
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Desperté dando un pequeño grito, mi cuerpo sudaba demasiado, mi corazón no dejaba de latir rápidamente.
La puerta del baño personal se abrió dejando ver a mi amiga, esta tenía el cuerpo mojado y solo lo cubría una bata de baño.
—¿Q-que paso M-morgana-san? Escuche que habías gritado.
—Lo-lo siento Yui no quería espantarte—aparte la mirada avergonzada—. Creo que debería irme para que te cambies.
Me levante del suelo pero antes de irme Yui me tomo del brazo impidiendo que me fuera.
—P-por favor quédate—su rostro estaba como tomate maduro—. No quiero encontrarme de nuevo con los Sakamaki, a-además me sentiría más segura que tú estés conmigo.
—Bueno—fue lo único que dije.
Yui me miro feliz y fue a su armario, veía que tardaba en decidir su conjunto.
