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Morgana Wolf una chica de complexión regordeta viaja a Japón para tener una nueva vida.
Tras la repentina noticia de la ida de sus padres a un viaje de negocios, ella tendrá que vivir con un «amigo» lejano de su padre.
Vivir...
Me levante del suelo, caminando lentamente a la vivienda.
El lugar ya parecía estar quemado desde hace un tiempo, pero...
¿Desde cuándo paso esto?
Como era una zona algo apartada de la civilización y los vecinos se encontraban bastante apartados (los más cercanos) posiblemente solo pudieron darse cuenta en el momento en que esto se estaba quemando.
Camine por los escombros, pedazos de pared, cenizas, algunos pocos muebles que milagrosamente sobrevivieron. Pero aparte de eso nada.
Y si mis padres estuvieron aquí, ellos...
No, no era posible, si eso hubiera ocurrido me hubieran llamado para avisarme del accidente.
A lo lejos justo donde estaba el jardín trasero, una hoja se movía al compás del viento.
Me dirigí allí y quitándole las cenizas, observe que era una hoja con letras escritas en alemán y una fotografía de mis padres y yo de pequeña; para ser más precisos fue el día en que me adoptaron.
La foto se encontraba con los rostros de mis padres tachados con una gran "X" en sus rostros y en la mía se encontraba un círculo.
Miro curiosa la hoja y leo lo que contenía.
-Se confirma que, el ciudadano Víctor Wolf y su Esposa Frida Wolf son los ex cazadores de demonios; Trevor Müller y Fiona Belmont.
-No hay rastros de su hija.
-Aún se desconoce el paradero.
-Aún no se confirma si ella es el sujeto.
—¿P-pero que carajos es esto?—mis manos comenzaron a temblar.
¿Acaso ellos eran los culpables de esto?
¿Sera la razón, por la cual mis padres no me regresan las llamadas?
—¿Acaso esto es una broma?—mire a mi alrededor y grite—. ¡Si esto es una forma de darme una lección ya la aprendí! ¡Ya no volveré a levantarme en la madrugada para comer lo que hay en el refrigerador! Papá, Mamá, salgan ya...
Sentía mis mejillas húmedas.
Mi respiración se entrecortaba.
—¡Salgan ya y volvamos a casa! Como solía ser, a-antes de ve-venir aquí...—y sin más rompí en llanto, tantas emociones encontradas el día de hoy, tantas preguntas y pocas respuestas.
El sol que estaba comenzando a salir fue tapado por grandes nubes de color gris, dando entender que volvería a llover de manera fuerte.
Me senté en el suelo y abrace mis piernas, no quería ver a nadie, quería estar sola y tranquila, al menos por algunos momentos, porque seguramente después de esto ya nada sería tranquilidad y paz.
Iba ver más tormentas que antes...
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