♦ CAPITULO 28 ♦

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Había pasado un mes desde que me instale aquí en la mansión Mukami, una vez al día venia ese tal Ruki a tomar de mi sangre y darme de la suya, era bastante asqueroso pero se podría decir que pronto me acostumbre a eso.

Pero de alguna forma eso me estaba afectando, mi cuerpo enfermaba seguido, dándome muchas nauseas, dolores de cabeza y desmayos, cada uno de los hermanos Mukami venían a ayudarme y cuidarme de cierta manera, en ese lapso de tiempo, me acerque más a Yuma.

Me di cuenta que no solo se trataba de un poste de luz, agresivo, no; era muy amable y más cuando mi cuerpo estaba débil, el me cargaba y me dejaba en mi habitación y cuidaba de mí.

Cada medio día venía a mi cuarto y me hacía pararme para que lo acompañara a su huerto, a cuidar y cosechar los vegetales que el mismo cultivo.

—¿Ves? Te dije que hoy iban a estar estos tomates— Yuma miro sonriente sus cultivos.

—Wow eso es verdad, sí que sabes de todo en esto—comenta de manera sorprendida Morgana.

—Así es y lo mejor de todo—arranca un pequeño tomate cherry y se lo mete a la boca a la de ojos marrón rojizo—. Es que están deliciosos.

La de lentes degustaba fascinada aquel vegetal, su sabor era realmente sabroso.

—Ten come otro— le mete otro tomate a la boca—. Estas demasiado delgada, deberías comer más pequeña cerda pervertida.

Morgana miro al de mayor estatura; era verdad lo que decía, fácilmente se veía que bajo como diez kilos, a la azabache le hubiera gustado esa noticia sino fuera por la apariencia enferma que tenía, y eso no le gustaba para nada.

Morgana dejo de cortar los tomates maduros, y miro a Yuma de manera triste.

—Oye Yuma—el mencionado solo hace un gesto con la cabeza sin dejar de poner los vegetales en una cesta— ¿Tu crees que yo...yo muera pronto?

El castaño miro confundido a la pequeña gordita. Viendo que poco a poco sus ojos se aguadaban por querer llorar.

—Tal vez este alucinando pero no paro de pensar desde hace una semana que todo lo que me está pasando no es solo una coincidencia, mis padres desaparecidos, mi casa quemada, el accidente de Yui y ahora esto que me están haciendo ustedes—los ojos de Morgana ya no pudieron retener sus lágrimas comenzando a llorar y respirar de manera entrecortada.

Yuma sintió un picor en su pecho, desde que se volvió un poco más cercano a la azabache, le tenía más estima y compasión, fue por esa razón que el castaño sin pensarlo dos veces se levantó y abrazo a Morgana de manera protectora.

Morgana le devolvió el abrazo y se desahogó en ese momento, sacando todo los sentimientos de los últimos meses, estuvieron así por media hora hasta que la menor se calmó. Yuma por otro lado le daba leves golpecitos algo bruscos pero con la intención de tranquilizarla.

—De verdad lo siento mucho—comenta el castaño aun manteniendo el abrazo.

La azabache tan solo se quedó ahí, sin hablar, solo quería estar tranquila en sus brazos que le daban calidez y paz.

Los dos estaban sumidos en su burbuja que no se dieron cuenta de la presencia de cierto azabache que los estaba mirando.

El solo los observo y luego se fue, estaba analizando y observando a la humana, por lo que le había contado aquel vampiro albino, ella está teniendo los síntomas "normales" del plan Lilith, en muy poco tiempo es cuando se acercara lo peor y se verá si ella es o no el sujeto.

—¿Has visto a Morgana-san...?—comenta Azusa con su típica voz calmada, desde que aquella humana está aquí los hermanos de Ruki se sienten más alegres de alguna forma, al parecer les agrada su compañía.

Diabolik lovers: ♠ La peculiar amiga de Yui ♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora