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Morgana Wolf una chica de complexión regordeta viaja a Japón para tener una nueva vida.
Tras la repentina noticia de la ida de sus padres a un viaje de negocios, ella tendrá que vivir con un «amigo» lejano de su padre.
Vivir...
Era de madrugada y por primera vez no tenía sueño, los hermanos Sakamaki se encontraban despiertos haciendo no sé qué.
Decidí salir de mi cuarto y comencé a caminar sin rumbo alguno; la mansión era muy tenebrosa y había algo en ella que se me hacía bastante familiar, como si ya había estado aquí con anterioridad.
Mientras seguía mi recorrido en un pasillo oscuro veo que en una de las puertas estaba cerrada con un gran candado, sin mencionar la gruesa cadena que tenía.
La curiosidad me mataba pero no quería tener problemas con los Sakamaki.
Pase de largo la puerta pero un sonido de metal me hizo detenerme y al girarme, la cadena se encontraba en el suelo.
—¿Pero qué demonios...?.
No termine mi oración por que una voz comenzó a llamarme; era la voz de aquella mujer de pelo lila.
Su voz se escuchaba del otro lado de la puerta, me encontraba estática pensando en si entrar o no pero mi curiosidad me gano y termine abriendo la puerta de la habitación.
No había nadie, tan solo era un cuarto vacío con algo de polvo en los muebles; camine hacia el tocador admirando la joyería que probablemente costaba una fortuna, miro el espejo lleno de polvo y con mi mano comencé a limpiarlo un poco.
De repente el rostro de aquella mujer aparece reflejado en el espejo detrás mio, ocasionando que girara mi cuerpo bruscamente y que mis pies se enredaran entre ellos y cayera al suelo.
En esos momentos mi corazón latía muy rápido; cuando creí que todo acabo veo su silueta en el balcón dándome la espalda.
Las puertas se abrieron de repente y un viento frió inundo mi cuerpo.
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—¿Quién eres?— pregunte mientras me incorporaba y me acercaba a la mujer.
La peli-lila se giró y comenzó a caminar hasta a mí, estando a menos de un metro de distancia la vampira posa su mano en mi rostro mirándome fijamente.
—Cordelia...—susurra mientras acariciaba mi rostro.
Mi cabeza comenzó a doler nuevamente y ante el dolor caí de rodillas al piso, observo de reojo a la mujer y esta solo se encontraba mirándome.
—Solo yo puedo ser la favorita y única mujer para Karl—sonrie seductora—. Y también la única para ti Morgana.
La miro confundida y con cara de ¡WTF! ¿pero que se habrá fumada esa mujer?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por las molestas y dolorosas punzadas en mi cabeza. No quería gritar y llamar la atención de los chupasangres así que trataba de quejarme lo menos posible.
Un recuerdo llega hacia mí de golpe, en el veo a Cordelia junto a un muchacho albino de ojos color rojo, creía que era el señor Tougo pero era mucho mas joven; los dos estaban en la mansión enfrente del lago...hablando.
