Ilusión Efímera

capítulo 11.

"Sebas..."

-¡Sebastián!- resonó.

-¡¡Sebastián!!- escuchó por tercera vez, provocando que abriera los ojos con desagrado, y es que se sentía cansado; deseando haber podido dormir más.

-¡Mamá es temprano todavía! - funcí el ceño- Creo que estoy lo suficiente grande para que me estés despertando- reclamé, sonando un poco tosco.

-Son las seis de la mañana, mi niño, ya es tarde. Y tienes que prepararte para ir a trabajar- me recuerda sonriente-. Ya te hice el desayuno.

Y me sonríe una vez más, para después retirarse de la habitación.

-¡Ya no soy un niño, mamá!- grité lanzando una almohada hacia la puerta.

Pero vaya... no sé que haría sin ella.

A pesar de mi edad, mamá siempre está pendiente de mi. Creo que se siente culpable de la ausencia de mi padre, tal así como una carga de cumplir dos roles, pero en realidad ella es más que suficiente.
Y sobre mi padre; desde que tenía cinco años no volví a saber de él... sé tiene otra familia, una familia a la cual no abandonó, pero no tengo ningún otro dato.

No lo extraño, simplemente en muy cortos periodos de mi vida su ausencia a pasado por mi mente. Pero mamá siempre se encargó que no creciera con ese vacío, latente como un mal recuerdo.

Agh, pensamientos innecesarios en el presente.

Luego de levantarme completamente busco el móvil y al encender la pantalla logró ver dos notificaciones.

Sin poner cuidado, ya que tengo una idea de quien podrían ser, decido ignorarlo y vuelvo a dejar en móvil sobre la cama.

Y ya al bajar me encuentro con una madre sonriente esperándome con el desayuno sobre la mesa. Sin dudarlo me dirigo hacía ella e inmediantamente quiero rodearla con los brazos, que es exactamente lo que hago, para así obtener un cálido abrazo.

Después de esa pequeña muestra de cariño, deseo verdaderamente probar lo que me preparó tan emocionada, pues en toda la mañana no dejó ni dejaría de sonreír.

No quería bañarme justo después de desayunar, pues en ese instante me sentía muy satisfecho, y estando lleno no me gusta bañarme, así que hago tiempo ordenando mis objetos personales y equipo para las clases de natación.

Decido bañarme después de un rato, con agua fría para asegurarme de realmente estar despierto, no quisiera sentirme con pereza en el trabajo. Realmente no duré mucho tiempo, talvez al cambiarme y terminar de alistarme porque en serio me gusta sentir que voy presentado adecuadamente.

Respiro hondo, y salgo cerrando la puerta de mi habitación, y estando cerca de la cocina recuerdo mis cosas para natación. ¡Mierda!

Casi corro para tomarlas, y un poco agitado me despido de mi mamá, finalmente saliendo.

•••

Hannah

La primera hora de literatura llegaba a ser el momento favorito en mis mañanas. Realmente el formar un arte tan precioso con escritura me encantaba, palmando así historias en textos.

Salgo un poco apurada, y es que en serio quería ir al baño.

Estando distraida, siento un golpe un poco brusco en mi hombro y antebrazo, y al voltear hay una Adriana sonriendo, aunque una sonrisa un poco falsa.

Sus curiosos ojos fingieron interesarse por algún aspecto sobre mi.

Balbuceó sobre cosas al azar, de las cuales no procesé ni una sola.

-Hey... sobre Sebastián- comenzó a decir.

No respondí, pero mis latidos si lo hicieron.

-¿Has hablado con él?- siguió.

Pero solo mi corazón se inmutó, y solo entré al baño rapidamente, excusandome con una sonrisa.

Suspiré, ya estando adentro, y después de haber terminado y lavado mis manos, esperé un poco, y otro poco más, desinteresadamente revisando Instagram, queriendo que Adriana se fuera, me abrumaban sus preguntas tan puntualmente referidas a "él".

Sentí el móvil vibrar al llegar una notificación, pero la ignoré para asomar la cabeza, y ví que ella se había ido.

Sonreí, pero sonreí más al encender la pantalla.

Sebas: ¡Hey, Hannah!
¿quisieras salir conmigo...?

Jesstonem