capítulo 5.

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–Enserio estoy bien tío.

–Recuerda comer, no te saltes ningún tiempo de comida, tienes que alimentarte bien, dime hija; ¿cómo vas en el estudio?

–Todo está bien, no me saltaré ningún tiempo, puedes estar tranquilo sobre eso. Y voy muy bien, en los últimos exámenes me he sacado las notas más altas.

–Que bueno, estoy orgullo de ti, sabes que te quiero como si fueras mi hija.

–Ay, gracias tío José, y si...lo sé–contesta elevando la comisura de su labio.

–¡Hannah!

Escuchó como la llamaban desde la sala.

–Tío ya tengo que colgar, papá me está llamado.

–Está bien, te cuidas y no olvides alimentarte bien, ¿sí?

–Sí, de acuerdo, te quiero mucho. Adios–colgó.

Hannah camina hacia la sala. Mientras lo hace, en sus pensamientos se estaba sintiendo culpable; porque le estaba mintiendo a su tío, la persona en la que más confía.

Pero no sabía como decirle que ella tenía asco de si misma y que en casa nadie sabía lo que pasaba por su cabeza tan dañinamente...que por esos motivos y otros más, ella había tomado la decisión de limitarse a tener pensamientos en contra de sí misma, y la comida. Creía que era necesario.

Al llegar a la sala se lleva la sorpresa de encontrase a su padre y hermano sentados, juntos.

Estaban en los sillones, y por intuición Hannah se sienta al frente de los dos.

–Es momento de hablar y saber que te está pasando. Tú comportamiento no es normal–dice el mayor.

Por un minuto Hannah llegó a pensar que se dieron cuenta sobre su "problema". En el fondo Hannah tenía la pequeña esperanza de que se molestaran en poner un poco de atención en ella.

–¿A qué se refieren?–pregunta esperando que sea lo que ella deseaba en ese momento.

Hubo una pequeña pausa.

–Estás llegando tarde y sales a cualquier hora–dice su padre con autoridad.

La pequeña esperanza que tenía Hannah desapareció completamente, y se comenzó a sentir decepcionada.

–Oh. Era solo eso–se limita a responder.

–No te mandas sola, ¿se te olvidó?–espetó–tienes libertad, pero tiene límites Hannah, y a partir de ahora a esta casa se llega antes de la noche, o tendremos problemas. No tienes la edad. Y no tengo tiempo como para andar cuidando de ti, y lo sabes.

Pues sí, Hannah sabía bien que su padre no tenía tiempo como para preocuparse por ella.

–Lo siento, no volveré a llegar tarde–responde con un nudo en la garganta.

•••

Era un día lluvioso, pues ya estaba entrando la temporada de lluvia, en pleno invierno. Por ende el clima era tan gélido, haciendose notar con ligera neblina. Oscuro y gris.

Hannah estaba terminando sus deberes del colegio, sentada, un poco encorvada, y el escritorio de su habitación lleno de cuadernos y hojas sueltas.

Se sentía algo cansada, pues fue un día muy largo y ya era noche.

Su vista estaba irritada, pues llevaba mucho tiempo bajo la oscuridad de su cuarto y solo con la iluminación de una lámpara sobre el lado derecho del mueble en el que se encontraba arrecostada.

Detenidamente, observa la luz iluminando la madera de roble.

Quita su mirada de esta, y se vuelve.

"Para la luz es fácil llamar la atención, pero la oscuridad también es interesante."

No podía descansar aunque tuviera sueño, pues debía terminar sus trabajos. Bostezó.

Y el ardor en su estómago no ayudaba en nada.

Observa la pantalla de su celular con cansancio.

11:58pm.

Pensó en apresurarse, y es que de esta manera podría terminar en menos de una hora.

Después de unos cuantos bostezos terminó.

12:47am.

Tardó más de lo que pensaba, pues por ratos luchaba con sus ojos, para que estos no se cerraran.

Se levanta del escritorio, e inmediatamente va al baño, y algo dormida comienza a lavar sus dientes.

Al terminar se dirige a su cama y en cuestión de segundos se queda profundamente dormida.

Cansada no solo por unas cuantas tareas, sino por su propia mente, destruyendola mental y físicamente.

•••

Hannah se despierta poco a poco, y adormecida se sienta, arrecostada al respaldar de su cama, y siente la cálidez del sol cosquilleando en sus dedos.

Se queda viendo un punto fijo por varios minutos. Y entonces reacciona.

Rápidamente comienza a buscar el móvil.

7:28am.

Piensa: ¡Oh, Dios! Me quedé dormida.

Salta de su cama y corriendo va a bañarse, de una manera apresurada.

Toma su uniforme y se viste rápidamente.

Su mayor preocupación no era arreglar su cabello, apenas si le puso atención.

Toma sus cosas en mano, e inmediatamente baja las escaleras, saliendo de su habitación.

Camina apresurada hacia la parada de buses, luego de haberse alistado tan rápido.

•••

–Este maldito horario de transportes...agh, no tengo ni idea de nada. No quiero llegar más tarde de lo que ya llegaré–piensa en voz alta, pero solo ella escuchaba su preocupación.

El ardor de su estómago hace presencia. Decide ignorarlo.

Luego de 10 minutos puede finalmente subirse al autobús, sentandose hasta atrás como acostumbra hacer. Ya estaba más calmada.

Se percada de algo casi inmediatamente.

La tarea.

Hannah reacciona y abre su bolso.

Comienza a buscar entre sus cosas rezando por no haberla dejado en casa. El sentimiento de angustia invade su cuerpo.

Respira profundamente al encontrarla entre unos cuantos papeles, pues esa era la tarea por la cual se durmió tan tarde.

||Minutos después...||

Llega al colegio, y casi corre por los pasillos dirigiéndose a su clase.

Está apunto de entrar, y entonces Hannah se cae y queda completamente en el suelo.



Continuará....

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