Estaba sentado tras el mostrador principal, haciendo girar la rosa entre los dedos.
—A alguien le ha dado fuerte —canturreó Martha, sentándose a mi lado y apoyando la barbilla en las manos.
—¿Quién, yo?
Volví a hacer girar la rosa.
—Es evidente —respondió—. Pero ese pedazo de hombre que te ha dejado esta rosa está en la misma situación que tú.
Parpadeó teatralmente varias veces.
—¿Jumpol Adulkittiporn? —dije, deleitándome en el sonido de su nombre pronunciado por mis labios—. Sólo nos hemos visto unas cuantas veces.
Vale, era mentira. Había estado haciendo mucho más que ver a Offf. Y la rosa no era más que un detalle de agradecimiento por no haberlo rechazado.
Martha se puso en pie.—Una rosa blanca con un rubor en los pétalos es algo muy serio.
—¿Ah sí? —Dejé de hacerla girar—. ¿Por qué?
—¿Te suena John Boyle O'Reilly? —preguntó—. ¿El poeta irlandés?
Yo negué con la cabeza. Nunca había oído hablar de él. Martha unió las manos.
—Esto es tan romántico... Es de su poema « Una rosa blanca» .
—No es blanca.
Ella me lanzó una mirada impaciente.
—Eso ya lo sé. Sólo te estoy diciendo cómo se titula el poema.
—Perdona. —Le hice un gesto de disculpa con la mano; estaba muy interesado por saber adónde quería llegar—. Continúa, por favor.
Entonces Martha carraspeó:—« La rosa roja susurra de pasión, y la rosa blanca musita de amor; oh, la rosa roja es un halcón, y la rosa blanca es una paloma. Pero yo te mando una rosa blanca / con un rubor en los pétalos; / pues el amor más puro y dulce / tiene un beso de deseo en los labios» .
Se me cayó la rosa de entre los dedos.« Eso no significa nada. No significa NADA. Sólo le habrá gustado esta rosa en particular. Es sólo una coincidencia» .Pero ¿desde cuándo Off hacía algo que fuera sólo una coincidencia?Nunca.
—¿Gun? —me llamó Martha.
« Un beso de deseo en los labios» .« Nada. No significa nada» , susurró Gun el racional. O quizá fuera Gun el loca. ¿Cómo iba a saberlo a esas alturas?« Claro. Tú sigue repitiéndote eso. Sigue diciéndote que sólo es algo que hace cada fin de semana. Lo que tú quieras. En realidad ya no importa, ¿verdad?Porque para ti sí que significa más» , dijo Gun el loca. O quizá fuera Gun el racional quien dijo eso.
—¿Gun?
—Perdona, Martha. —Cogí la rosa y la dejé sobre el escritorio. Me la quedé mirando fijamente—. Es un poema precioso. Muy romántico.« Un beso de deseo en los labios» .Levanté los ojos para mirar a mi compañera.—Creo que iré a la sección de poesía, a leer algo más de O'Reilly.
Llevaba mucho tiempo acariciando la loca fantasía de convertirme en el sumiso de Jumpol Adulkittiporn. Quería someterme a su control, ser preso de su voluntad. Ya había aceptado el hecho de que me había enamorado de él, pero¿qué pasaba con lo que él sentía por mí?¿Había alguna posibilidad de que Off también se hubiera enamorado?Tenía la sensación de que el viernes no llegaría nunca. Los minutos se arrastraban y las horas se me hacían eternas. Yoga. Trabajo. Caminar en lugar de correr. Pero por fin allí estaba. Llegué a casa de Off a las seis menos diez y cuando salí del coche oí a Apolo ladrar dentro de la casa. Off abrió la puerta principal.
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Submissive [OffGun]
FanfictionAtthaphan Phunsawat lleva toda la vida enamorado de Jumpol Adulkittiporn. Cuando se entera de que el brillante y atractivo presidente de Industrias GMM está buscando un nuevo sumiso, decide ofrecerse a él para hacer realidad sus más secretos deseos...