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El bufé no se servía hasta las once, así que volví a dormir hasta tarde y me tomé mi tiempo para vestirme. Off no me había dicho lo que quería que me pusiera, de modo que me decidí por unos pantalones negros y un jersey de cachemira. También me puse boxers. Porque no me había dicho que no lo hiciera. Y porque quería ver qué hacía cuando lo descubriera. Por supuesto, quien me recibió fue el Off calmado, frío y sereno. No había ni rastro del hombre salvaje que la noche anterior me había poseído contra la puerta, mordiéndome el cuello mientras se corría.

« Joder, sí» .

Pero yo tenía que pasar la mañana con su tía, sus amigos y varios desconocidos. No me podía poner nervioso sólo porque había disfrutado de una sesión de sexo alucinante la noche anterior. Una sesión de sexo alucinante de esas de: fóllame-ahora-mismo-contra-la puerta.

« Déjalo ya» , dijo Gun el bueno.

« Enséñale a Off que te has puesto boxer» , me aconsejó Gun el malo.

Al final, decidí hacerle caso a Gun el malo. Off me observó mientras me acercaba a la cafetera y me servía una taza. Me di la vuelta para que me pudiera ver bien el culo. Incluso me contoneé un poco.

—Atthaphan —me regañó—. ¿Estoy viendo costuras?

Yo me quedé inmóvil con la taza de café en la mano.

« Pues sí, estás viendo costuras. ¿Qué piensas hacer al respecto?»

—Ven aquí —me ordenó, dejando la taza de café en la mesa. Yo me acerqué, notándome los latidos del corazón en la garganta. Off se levantó y se puso detrás de mí.

—Llevas bóxer. Quítatelo. Ahora. 

Me desabroché los pantalones y me los bajé. Luego me quité el bóxer.

—Túmbate sobre el brazo del sofá, Atthaphan.

Me tumbé y le ofrecí mi trasero. Él me dio un azote.

—No quiero ver más boxers en todo el fin de semana. —Otro azote—. Cuando acabe de azotarte, te irás a tu habitación y me traerás todos los que tengas. —Azote—. Los recuperarás cuando yo lo diga. —Azote—. Algo que tampoco ocurrirá el fin de semana que viene. —Azote—. Ya te dije ayer por la noche lo que tenías que hacer el fin de semana que viene.

Me dio otro azote. El calor se empezó a extender por entre mis piernas. Me encantaba todo lo que me hacía. Maldito fuera. Absolutamente todo. Le acerqué el trasero en busca de algo más.

—Esta mañana no. —Su mano volvió a aterrizar en mi trasero—. Ponte los pantalones y tráeme lo que te he pedido.

Maldito fuera. Castigado sin orgasmo. Bajamos en ascensor hasta el salón privado en el que se iba a servir el bufé. Sólo reconocí a Godji y New, aunque sabía que también asistirían algunos de los socios de Off. New y Godji estaban hablando en una esquina de la sala y Krist y Singto llegaron poco después que nosotros.

—Hemos llegado un poco pronto —dijo Off, posándome la mano en la parte baja de la espalda—. Tengo que ir a hablar con algunas personas. ¿Quieres que te lleve con New y con Godji o estás bien aquí?

Si me quedaba donde estaba, era posible que Krist se acercara a hablar conmigo.

—Aquí estoy bien.

Me rozó la parte superior del brazo.

—No tardaré.

Lo observé mientras se mezclaba con la gente y, poco después, Krist apareció a mi lado.

—Ven aquí —me indicó, estirando de mí hacia un enorme jarrón. Yo miré a Off. Estaba enfrascado en una conversación con una atractiva pareja mayor.—Off vino a nuestra habitación ayer por la noche —explicó—. Singto se marchó con él poco después de que llegara. —Miró en dirección a su marido—. Él no me quiere decir qué está pasando, pero creo que tienes razón; me parece que es algo relacionado contigo.

Submissive [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora