De lejos

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Capítulo 1

Juliana

Todos sabemos la tragedia que les ocurrió, no existe una sola persona que no lamente todo lo sucedido. Lo de su familia fue noticia en todos los medios, por que ellos pertenecían y aún lo hacen, al círculo de los más prestigiozos y adinerados de la ciudad. Pero  lo real es que, ni todo su dinero y  poder, puede borrar el hecho de que su historia, es una historia triste...

Debo confesar que mientras todo comentaban como un rumor, yo no tomé dimensión hasta que la vi por primera vez. En verdad quedé impactada, ella llegó acompañada por Alice, una de sus asistentes personales.

Supongo que su nueva vida funciona de esta manera. Cómo  resultado de ese accidente tienen que ver por ella, y  por supuesto cuidar de ella.

Al ser la  única hija que vive en esa enorme y vacía casa,  no sale  sin una de sus  asistentes, un chofer y guardas espaldas. No se como era su vida antes, pero desde lo ocurrido, su padre no escatima en proporcionarle todo lo necesario. Aunque bien sabemos, cual es el motivo real, de tantos reparos con su hija.

Cada día que ingresa al café la observó, y me paralizó. Jamás en mi vida conocí a alguien como ella.

Que decirles, ella es dulce, tan delicada, como si fuera de cristal o una muñeca de porcelana. Cuando sonríe juro no existe nada, ni nadie más a su alrededor.

Pero sus ojos, no creo que conozca las palabras correctas para describirlos. Sus ojos son tan cristalinos que se convierten en  galaxias  brillantes cada que el sol destella en ellos. 
Por supuesto que su dorado cabello es la combinación perfecta, entre el tono de su piel y las azuladas e irreales galaxias.

Supongo que debió ser muy atlética, por su esbelta figura. Aunque en realidad, creo que la naturaleza le obsequió ese tipo de belleza que excede a las simples personas como yo.

Ella desde hace tres meses comenzó a frecuentar este lugar. A veces son desayunos, otros días como hoy, es una merienda.
Suele venir sola cuando quiere leer, ya tenemos un sitio exclusivo para que ella  pueda estar tranquila en su lectura.  Y así permanece, hasta que alguna de sus asistentes vienen a buscarla. En otras ocasiones solo viene tras disfrutar de una pequeña caminata, o paseo, por  supuesto que sus acompañante habituales siempre son Alice y Christine. Nunca la vimos con alguien más fuera de ellas dos, son verdaderos ángeles con Valentina.

Hasta su nombre es hermoso, Clara me dijo que su mamá era francesa, supongo de ahí el origen del nombre.

La verdad, en estos meses, nunca me animé atenderlas. Valentina me genera algo que no puedo siquiera acercarme al sector  donde se encuentra su mesa.

Clara, la dueña del café, observa mi comportamiento, me sonríe y  niega con la cabeza. Por supuesto la situación termina siempre de la misma manera. De inmediato le pido a Jenny que tome su pedido, y yo me ocupo de su mesa. Sé que no puede verme, pero, creo que sentiría mis nervios con tanta facilidad... Créame que ni yo,  quisiera verme en ese momento, de seguro, haciendo mi mayor ridículo.

-¿Cuándo lo harás?...- me pregunta Clara.
-Quizás la próxima vez- respondo con resignación
- ¡¡Bien sabes, que no siempre tenemos segundas oportunidades!!...- me acaricia el hombro.
-¡¡Mi niña, no la desaproveches!!...- Me quedo mirando hacia donde Valentina está sentada, mientras repaso unas mesas. Estoy cerca de ella, lo suficiente como para sentir su perfume, y escucharla reír.
Después de una hora, llega el auto que las recoge, Alice saluda en dirección a la barra donde estamos con Clara;  ambas devolvemos el saludo. La observó una última vez, mientras es ayudada a subir a su mega camioneta. No dejo de pensar, en la vida hermosa que se supone debía vivir. A personas como ella, no tienen que sufrir estás situaciones. Yo, solo estuve alejada de mi familia algo más de dos meses, y fue tremendamente triste, ¿quien puede resistir, todo lo que ella atravesó? Y lo más importante, mostrar la resiliencia, de aún tener la capacidad de sonreír cómo  lo hace. Es maravillosa, de eso estoy segura.
Aparentemente, quede muy pérdida en mis pensamientos, tras su partida. Porque Clara tuvo que tomarme del hombro, para que le preste atención..
-¡¡Solo tienes que tomarle su pedido!! Dime ¿qué es lo difícil en eso?...- insiste mi msravillosa jefa
-¡¡Clara no es tan sencillo!!...- respondo, mientras comienzo a recargar los recipientes de edulcorantes y azúcar
-¡¡Pero, qué dices!! Por supuesto que lo es. Tú  solita atiendes a cientos de personas por semana....- se acerca a mí y continúa con su argumento motivador
-¿Qué tiene de diferente?...- pregunta Clara, yo la miró, y pienso un segundo de más , antes de hablar.
- Ella es diferente, y no me refiero a sus ojos, aunque son hermosos. En verdad, yo no lo puedo explicar...- Obviamente, Clara se ríe, aunque de manera dulce y mostrando comprensión.
-  Eres un caso serio Juli, es tarde, mejor apresúrate, asi te vas a casa... Ahhh llévale una porción de ese pastel de limón, a tus papás... Apuesto les encantará...- Yo me acerco a Clara, y le dio un beso en su mejilla.
- ¡¡Gracias!! Eres increíble...- le digo y en verdad lo es. Ella es la típica mujer latina, con un corazón tan grande. Sabe de sacrificios, como todos los que dejamos atrás, nuestro hogar y afectos, por una mejor vida. Si algo tenemos los latinos, es la unión y defender a la familia. Eso es un poco, de  lo que Clara y su familia hizo conmigo, y mis padres.
Una hora más tarde salgo del café, y me dirijo a casa, supongo mis padres ya deben estar allí. Ellos trabajan arduamente, es muy difícil empezar de cero. En búsqueda de tener una vida mejor, o, quizás más oportunidades, decidimos abandonarlo todo en México y venir aquí. Clara y su esposo siempre nos ayudaron, desde que llegamos, tienen un amigo en común con mis papás y eso facilito el poder instalarnos aquí en Los Ángeles. Por suerte el idioma no fue un inconveniente para mí, agradecí lo años invertidos de mis papás en mi curso de inglés cuando estábamos en México.
Siempre nos adaptamos a todo, pero que cuesta, de eso no hay dudas.

Valentina

Se siente distinto hacer esas pequeñas salidas con Alice y christine, solo ahora comencé a animarme. Por supuesto que, salí todo este tiempo a rehabilitación, pero mayormente, todos vienen a casa... Estoy en el punto, donde puedo perfectamente, andar sola por toda mi casa. Crecí aquí, conozco cada rincón de ella, solo tuve que animarme a reconocer esos espacios otra vez...
Desde que Alice me sugirió ese café, comenzamos a ir, ya casi somos habitué del lugar. Algunas veces no lleva mi chófer,  y en otras ocasiones, es la excusas para salir a caminar y disfrutar del calor del sol; eso lo puedo sentir.
Debo reconocer que hay una fragancia en particular,  de ese lugar, que me llama la atención. No logro identificarla con claridad, porque  algunas veces, es un aroma de vainilla intenso. Me recuerda al de un acondicionador para cabello.  Pero en otra ocasiones, ese mismo aroma, suele estar acompañado por un perfume cítrico. Seguro es alguien del lugar, cada que entro al café, busco de percibir si ese día voy a sentir esos dulces aromas... Una vez escuché hablar a alguien,  que creo nunca nos recibió, o tomó la orden. Recuerdo que su voz, era con un cierto tono grave, aúnque se dulcifico al final. En otra oportunidad, la escuché con cierta distancia dentro del café, cuando saludé a la dueña, antes de irme. Supongo que ella trabaja en el lugar, y digo ella, porque obviamente  es un aroma femenino.  Llegué al  punto de conocer e identificar, a casi todos los que atienden, pero con esta persona, no tuve la oportunidad todavía...
Suelo pasar un buen tiempo cuando amanezco con ganas de leer, el lugar donde suelen ubicarme, le entra el sol bien bonito, porque se siente tan cálido.  Todos ellos son personas muy amables conmigo, generalmente todos suelen serlo. Evidentemente, sé la razón, es inevitable pensar en esta nueva condicion. De alguna manera siempre pensé, que todo seria más fácil para mí, si él no huyera, y deje de construir esta barrera entre los dos. Cuando él está en la ciudad, yo lo siento. No creo que lo sepa, pero cuando se asoma a mi habitación, y me observa desde la puerta, yo inmediatamente percibo su perfume. Sigue resultandome  inconfundible, hasta casi imborrable para mi. Deseo tanto, que volvamos a ser la familia que supimos ser, obviamente todo cambió, se transfiguro. Pero aún nos tenemos a nosotros tres. Es triste, que no podamos apreciar ese hecho, porque papá, cada día pronuncia esta brecha; y resulta imposible llegar a su lado. Papá hizo de su trabajo y sus viajes su refugio, y fueron tan pequeños, como escasos los momentos donde pudimos compartir. Lo hicimos el primer año, después de que  toda a esta tragedia  ocurriera, pero desde que pude tener cierta independencia con mis ayudantes, papá solo se alejó...
Una vez al año viajo a Francia, para compartir con Alexander mi hermano, y toda la familia de mamá. Solo en las fiestas, recuperó un poquito de lo que alguna vez tuve...

Detrás de la oscuridad (Elegida Para Los Watty2020-2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora