Los personajes no me pertenecen son propiedad de Rumiko Takahashi.
Me disculpó por cualquier falla ortográfica que pueda tener, sin más les dejo continuar.
Capítulo 11
- Akane- le habla con voz ronca, mientras acaricia su mejilla dulcemente, él puede percibir como su víctima tiembla al más mínimo tacto, él siente su victoria cerca, sabe que la tiene donde quiere, por lo cual sonríe triunfante.
- mi bella dama, no tiemble, prometo no hacerle nada que usted no quiera-
le habló el azabache con voz y mirada pícara, jugando con las expresiones de pánico de la muchacha.
Al escuchar tanta arrogancia de parte del chico de la trenza, Akane frunce el ceño casi de inmediato
- dudo que puedas complacerme -
la peliazul se queda callada ante las palabras que soltó por impulso – “rayos, que estoy diciendo”- estoy loca, ¿por qué lo reto?.
El ojiazul se acerca peligrosamente a la chica acabando con el poco espacio que existía entre los dos, podía sentir la respiración agitada de Akane por el contacto de ambos cuerpos, toma decidido las mejillas de la peliazul, ante tal acto Akane siente recorrer por todo su cuerpo una pequeña electricidad, cuando estuvo a punto de decir algo se vio callada por un beso lleno de pasión y lujuria, ese pequeño acto la hizo estremecer, esos labios, ese sabor, era lo que ella deseaba probar, su boca, su esencia, era perfecto tal como lo imaginó, envuelta en la pasión, sus manos por fin actuaban por impulso, desabrochó el pantalón del azabache y bajó el cierre de éste, sacando la erección del chico, poseída por la pasión y el desenfreno, comenzó a masajear el erecto miembro del ojiazul, sus movimientos eran lentos, de arriba hacia abajo, conforme al beso se profundizaba, sus lenguas jugaban una batalla, se acariciaban como si estuvieran reconociéndose.
-oooh si… Akane-
susurraba entre gemidos de placer cerca del cuello de la chica, él empezaba a devorar ese terso y fino cuello de la peliazul, dejando un cálido y húmedo camino de besos, del cuello hasta llegar a sus bien redondos y exquisitos senos, se deleitaba jugando con ellos era todo un manjar, no podía evitar dejar pequeñas mordidas alrededor de ellos, eran suaves mordidas que lejos de provocar dolor solo les hacían sentir placer, un placer que humedecía el sur de su cuerpo, sin dejar de saborear las cimas rosadas de la chica, le quita el pantalón de entrenamiento de un tirón a la peliazul, la levanta con fiereza de los glúteos, haciendo que sus piernas le rodeen la cintura, en esa posición podía sentir como rozaban sus intimidades, provocando gemidos y suspiros en ambos.
-Ranma… por favor-
suplicaba llena de deseo, moviendo su cadera hacia él, ya no soportaba más, quería ser invadida por el miembro del muchacho.
- demonios Akane no necesitas pedirlo yo también te deseo-
hablaba con una voz grave y sus ojos estaban ensombrecidos por el deseo.
sin tiempo que perder, hace a un lado la sexy braga de la peliazul y sin compasión entra en ella, provocando un ligero grito en Akane.
- ¿te lastimé? – pregunta el azabache preocupado.
-mmmmhhh no.. Sigue –
hablaba entre suspiros y gemidos de placer, bastante excitada, la pequeña chica que está empalaba por aquel gran hombre que la sostenía entre sus brazos.
Ante la súplica de la muchacha, no lo pensó dos veces en seguir embistiéndola como todo un lobo feroz, devorando a su frágil caperucita, después de que la molestia pasara y ésta se acostumbrara al tamaño del chico, se vio envuelta en un mar de sonoros y placenteros gemidos, poco les importaba que los descubrieran, están inmersos en el nirvana, poco le importaba despertar a todo el vecindario, sólo le importaba una cosa, y era disfrutar y expresar con gemidos, lo que era tener a Ranma en su interior.
El chico sale de ella lentamente, sintiendo como la electricidad del momento abandonaba su miembro, alejándose de la calidez de su humedad, de la intimidad de la chica, la baja despacio y sin dejar de besarla para poder cambiar de posición, sus labios se separan para darse espacio, una vez puesta en el piso la gira quedando su espalda.
Pegada al fuerte pecho del chico, los labios del azabache quedaron en el cuello de la chica para besarla y succionar dulcemente esta parte tan fina y delicada de ella, deja de mimar esa parte del cuerpo para quedar erguido detrás de ella, entrando nuevamente en ella con fiereza, con cada embestida, Akane se arqueaba gimiendo de placer, con una de sus manos la toma del cuello haciendo girar su rostro hacia él y uniendo sus labios de manera posesiva, la besaba con hambre y deseo, con la otra mano surca un camino desde sus pechos hasta su intimidad para jugar con aquel botón de placer de la chica, moviendo sus dedos circularmente, entre los pliegues y pasándose a su hinchado clítoris, Akane era un manojo de gemidos, extasiada por los placeres y sensaciones que el azabache le provocaba, los cuales eran música para los oídos del chico, era tanta la excitación de él que se atrevió a darle un par de nalgadas, dejando una marca roja en el glúteo de la muchacha, cosa que la excitó mucho, consumidos por la pasión, ambos chicos llegaron al clímax, derramándose dentro de ella, era tal el éxtasis, su calidez, que aún no podían controlar su respiración, su pecho era como un caballo a todo galope, sus palpitaciones golpeaban fuerte.
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En la cocina de la casa Tendo se encuentra una linda chica tarareando una canción, cantaba mientras cocinaba la hermosa Kasumi, era una costumbre que no podía cambiar, y que alegraba a los integrantes de la familia, Nabiki seguía durmiendo plácidamente en su habitación, era una gran ventaja llena de beneficios, ser la dueña de Tendo-san y asociados.
– cariño me voy al consultorio- entraba el doctor Tofú, abrazando a la chica de la coleta castaña, por la espalda colocando un tierno y casto beso en el cuello de Kasumi.
– amooorr… haces que la piel se me ponga chinita- apagó la estufa y se giró para abrazar a su esposo.
– sabes algo… te amo- la abrazaba por la cintura, desapareciendo todo espacio posible entre ellos.
Fundidos en un tierno y dulce beso, escucharon unos ruidos extraños provenir del dojo, muy a su pesar, ambos tuvieron que separarse e ir al dojo, entre más se acercaban, lograban entender que tipo de ruidos eran, al entrar al dojo, Kasumi se sorprendió tanto, que lo primero que hizo fue tapar los ojos de su marido.
– ¡¡oh por Kami!!– exclamó…
Continuará……
Gracias jaly por ayudarme, siempre lo diré sin ti seguiría pérdida .
Una gran abrazo a las locas del grupo #TeamRanmaconda.
GRACIAS REINA DE LA SUCULENCIA POR REVISAR EL LEMON ERES MUY BUENA EN ELLO... SI AUN NO LA SIGUEN BUSQUENLA COMO ( KAYSACHAN ) QUEDARÁN FASCINADOS (AS) CON SUS HISTORIAS Y DE SEGURO SE UNIRÁN AMI PARA ACOSARLA Y NOS DELEITE CON MAS HISTORIAS.
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Pasión
FanfictionAkane tendo conoce un día a una linda chica peli Roja se. Enamora de ella pero un día desaparece y a su vida llega un chico parecido a su amada