Entre miles de bailarines

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No había dormido prácticamente nada, cerca de setenta y dos horas sin sueño, y comido nada más que un par de snacks a lo mucho; después de esos ensayos en la madrugada empecé a sentir que me faltaba la energía. Lamentablemente no hubo tiempo para dormir, teníamos que estar listos para la competencia.

Eran cerca de las ocho y media de la mañana, los varones éramos los primeros en competir y después las chicas al siguiente día. El dedo en ese momento era una de las últimas preocupaciones que tenía.

Nos cambiamos, desayunamos, entre todos nos ayudamos. Gracias a mis chicos que estuvieron atentos a todo lo que les solicitaba, todos estaban tal cual dispuestos a apoyarse; distribuí grupos para el desayuno, para que algunos desayunaran en distintos cuartos, todos me hicieron caso, me ayudaron y en sí todos colaboraron. En la buseta que alquilamos para quince personas nos metimos los treinta y fuimos camino al Celebrity Hall.

Llegar al Celebrity Hall, fue algo increíble. A pesar que el dedo seguía latiendo, la energía que daban los muchachos, esa emoción de tenerlos a todos ahí presentes pesaba mucho más que el dolor al final. El simple hecho de atravesar esa puerta, ni siquiera al escenario, sólo el hecho de entrar es una inmensa alegría, una emoción indescriptible, un logro cumplido. El Celebrity Hall es, como explicarlo, unas cinco veces la magnitud de mi universidad (Universidad Técnica Particular de Loja), es increíble, es súper aniñado, tiene tres lugares diferentes de competencia, cada lugar de competencia es como el doble del centro de convenciones de la universidad, en el centro tienen un lago gigante, además es un hotel, tiene lugares para comer, es otro nivel en general.

Nos registramos, ingresamos, y era fenomenal ver a tanto bailarín, todos con sus grupos sus uniformes, sus trajes, las banderas de sus países, era algo impactante e indescriptible que sólo te quedabas admirado con una expresión de ¡Wow!

¡Había tantos competidores! estamos hablando de más de treinta y cinco países, cada país con dos mil bailarines listos para romper el escenario. Allá en Estados Unidos en esa temporada hay tanto talento que te quedas sin palabras. De Ecuador fueron unos catorce o quince equipos no estoy seguro, pero eran cerca de doscientos a trescientos bailarines de nuestro país. Cada país generalmente iba preparado para participar en diez categorías diferentes, nos referimos a cientos de miles de bailarines, ¿puedes imaginar eso? ¡Cientos de miles! Un sueño hecho realidad.

Era tanta la emoción que al dedo "ni bola". Lo único que me cogía era la venda para que no se cayera porque se estaba aflojando con el sudor; era un día un tanto caluroso además de la emoción, el nerviosismo y el trajín de todo el trayecto, la mano sudaba y la pegatina se empezaba a desprender.

Lo que más me preocupaba eran los trucos, porque en la coreografía me tocaba hacer muchos de ellos; era uno de los principales que los hacía, entre mortales y acrobacias pasaba gran parte del tiempo en el aire. Así, cuando hacía fuerza, para tomar un impulso o para una caída correcta, se iba toda la presión al dedo, tenía un gran miedo de que mi dedo explote, era incluso una sensación más grotesca que cuando estuve en el avión. Me arriesgué, hicimos una práctica en un rincón que encontramos en el estacionamiento (estacionamiento más grande que la universidad nacional de Loja), y en un pasto empezamos a practicar un poquito antes de que nos pasen al área de entrenamiento que nos tocaba.

Allá la organización es increíble, no se les escapa un minuto, ¡un minuto! pero ni de chiste. Son tan organizados que a pesar de los cientos de miles de bailarines de los que tienen que estar al pendiente de todos, todo está completamente sincronizado; es sorprendente, la organización es increíble, nada que ver a lo que estamos acostumbrados.

Practicamos en el pasto, nos arriesgamos a hacer los trucos, me salieron. Todos con miedo y a la expectativa de cuando iba a hacerlo, se quedaban como mirándome en cámara lenta: <<Vamos, le va a salir, vamos, ¡le salió! Siiiii>>. Saltaban y gritaban de emoción y tranquilidad. No hay peligro.

Un sueño de baile y un dedo mutiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora