A ensayar. La bendición de tener amigos

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Teníamos que hacer varios arreglos.

Es una gran suerte y una bendición para mí tener muchos colegas y conocidos al estar metido por todo este tiempo en el mundo del baile. Tanto de otras academias de mi ciudad como de otras provincias de mi país estuvieron con nosotros ayudándonos.

A dos de ellos a quienes tengo que agradecer infinitamente, que fueron compañeros anteriormente en la competencia del 2014 y desde entonces nos hemos llevado demasiado bien, estuvieron ayudándonos en los arreglos de la coreografía diciéndonos qué está bien, qué no está bien, a pulir pasos, posiciones, y muchos detalles; allá todo es perfección, así que estuvieron con nosotros hasta las seis y media de la mañana. Steven y Carlos.

A ellos los conocí la primera vez que estuve en el equipo Ecuador Hip Hop 2014. Se formó el equipo por audiciones de bailarines de todo el país. Había personas de Guayaquil, Quito, Cuenca y yo era el único de Loja. Aprobé la audición, pese a que en ese entonces mi timidez relucía a flote, ellos se me pegaron bastante, se portaron muy buena onda. Ahí los conocí.

A estos dos personajes ¡les debo tanto! Son buenos amigos míos, nos llevamos muy bien; actualmente forman parte de la academia "Yo Dance" de Guayaquil como bailarines excepcionales y allá nos ayudaron en todo. Nos prestaron un parlante con el que pudimos ensayar en el estacionamiento (nada que escenario carajo), ahí muertos de frío hicimos nuestro mejor esfuerzo hasta que el sol empezaba a mostrar sus primeros rayos de luz en esa inmensa ciudad.

A pesar de todo: del frío, del cansancio y del hambre; los ánimos estaban a tope. Todos colaboraron, super mega despiertos, con toda la energía tratando de arreglar lo mejor posible.

Luego de eso teníamos que volver al aeropuerto para arreglar ciertos inconvenientes con respecto al alquiler del transporte.

Por la preocupación y el estar al pendiente de todo en cuanto a la presentación, me había descuidado completamente por la cirugía de mi dedo que era otra intranquilidad. Literalmente en la presión del avión mientras está a más altura influye, no sé cómo actúa o qué le pasa a la sangre que mi dedo era blum, blum, blum, palpitaba ¡cómo si se fuese a reventar!

Tuve que pasar por una farmacia comprando medicinas. Uno de mis compañeros es estudiante de medicina ya a punto de graduarse y él podía hacerme las limpiezas correspondientes. Compré la medicina (carísima por supuesto en Estados Unidos), en el transcurso de ir al aeropuerto para arreglar lo de la buseta.

Demoramos cerca de dos horas en ese trámite. Pudimos alquilar una buseta con capacidad para quince personas para los cinco días (en la cual nos metimos treinta en esos días) y volvimos al hotel.

Al llegar pensé <<Primero concurso con estas vendas viejas>>. Pero recordé lo que me dijo el médico: "–Por más que sean las gasas pequeñas, las bacterias las pueden atravesar, así que te tienes que hacer la limpieza".

Brian se puso manos a la obra con la limpieza de mi dedo; se lavó las manos e hicimos una limpieza casera. Con alcohol quitamos la venda (¡esa cosa se veía horrible!), empezó a limpiarla con el alcohol y un líquido rojo para desinfectar que no recuerdo su nombre, pusimos la nueva gasa y listo, estaba mi dedo adolorido pero preparado para la presentación de ese día.

Solo quedaba alistarnos, ponerlos el vestuario correspondiente y emprender rumbo al Celebrity Hall.

El nerviosismo empezaba a invadirnos, se acercaba la hora de bailar frente a los mejores del mundo.

Un sueño de baile y un dedo mutiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora