Taehyung observaba su reflejo en el cristal de la sala de baile. Comenzarían ha practicar la coreografía. Escuchó una risa ligera que hizo a sus ojos tornar rápidamente hacía la persona a la que pertenecía. Yoongi le daba palmadas en la espalda a Namjoon mientras este asentía, sonriendo suavemente. El contorno de sus ojeras parecía más remarcable, pero su sonrisa era inconfundible. Taehyung suspiró aliviado. No sabía desde hace cuanto, esperaba por verla. Había sido como aguantar la respiración durante un lapsus prolongado de tiempo. No fue consciente de ello hasta que lo observó reír y bromear en un ambiente tan relajado. Entonces pudo soltar el aire.
Ese tiempo sin verlo más que de pasada, sirvió, no solo para volver a disfrutar la compañía de Jimin, si no también para obtener la calma en la que reflexionar.
Había creído tenerlo claro, pero la mezcla de sensaciones era tal, que le costaba diferenciar.
Tae volvía a observar a Jimin como antes, como siempre.
Cuando el estaba triste porque al vivir lejos de su familia, se perdió navidades, cumpleaños y festividades, Jimin lo consolaba y le regalaba miles de abrazos.
Cuando personas importantes para él dejaron el mundo, Jimin durmió con el por un mes.
Incluso el día del debut, cuando quiso abandonar y el temblor de sus nervios se hizo presente, Jimin tan solo unió su mano a la de él, y lo sonrió calmando las inseguridades que habían explotado de repente. A pesar de que, esa misma mañana, lo escuchó llorar en el baño.
Así empezó a dibujarse la figura de Jimin en su vida.
Siempre tuvo miedo de estar solo. Le aterraba en exceso, lo bloqueaba. Y su amigo aparecía en los momentos importantes para ser su fuerza
Nada de eso había cambiado, pero algo nuevo había surgido, haciéndose hueco poco apoco.
Por supuesto que Namjoon cuidó de él, como de todos. Pero, aunque las comparaciones son odiosas, el era mucho menos afectivo.
No era capaz de descifrar que pasaba por su mente, y tampoco Namjoon solía tener intención alguna de hablar de ello.Incluso con esto, la nueva sensación no desaparecía.
Diferente, suave. Como la sensación del aire de las mañanas con olor a mar, o una taza de té caliente un día frío. Cualquier pequeño detalle de él, era suficiente para hacerlo sentir agradable y feliz.
Era hogar y tranquilidad, pero a la vez libertad, diversión y fuerza. Un poco extraño de definir.
Se imaginaba volviéndose más cercano a él. Logrando una complicidad en la que se fueran descubriendo mutuamente. Ganando confianza y perdiendo vergüenza. Y por supuesto, creando recuerdos, que guardasen miles de emociones.
Y todo eso sonaba tan diferente a lo que imaginaba junto a Jimin. No era capaz de tener una imagen nítida de lo que realmente quería junto a él, más allá de básicas situaciones de películas que habían pasado por su mente.
Jimin era lo que debería querer en una pareja romántica, lo que supuestamente podía llegar a ser una feliz relación de amor utópica de un shojo genérico.
Ahora solo lo veía insípido. Cliché, plano.
No era inspirador, ni el futuro se veía tan brillante.
Lo quería con toda su fuerza, eso no lo dudaría nunca. Solo que de una forma diferente.
No era su voz la que quería escuchar por las mañanas quejándose de madrugar, o al que quería ver tímido por haber roto algo. Tampoco era con quién soñaba hablar sobre cualquier minucia, y cambiar radicalmente a algo profundo e interesante sin razón aparente.
ESTÁS LEYENDO
Si pudieses escucharme VMon
FanfictionTae lleva ocultando su amor por Jimin demasiado tiempo. Y encuentra un confidente en su líder, Namjoon, quien parece que se encuentra en la misma situación. Sin embargo este último esconde más de lo que parece.