Seguían viéndose fijamente. El hada y la humana. Ambos aun recostados en el verde pasto.
En eso Diane esboza una sonrisa inconscientemente hacia el hombre a un costado de ella. Harlequin no puede evitar devolvérsela, fue como una acción ya programada por su cerebro.
—Entonces ¿De qué...De que quieres platicar? —Habla Harlequin con cierto nerviosismo en su voz.
—Que tal... Que tal sobre como gobierna su reino. Me da curiosidad saber eso—Contesta Diane tímidamente, y ante tal acción, Harlequin solo piensa que se ve tierna así.
—Pues verás... Yo no suelo ser de los reyes que quieren imponer ante su pueblo. De esos reyes que solo piensan en ellos mismos y en tener siempre el poder. A mí me gusta ver a mi pueblo libre y tranquilo. Claro que hay reglas, como no salir del bosque, eso está tremendamente prohibido, pero es por seguridad. En sí, no siento que sea de mano dura con las demás hadas que habitan este vasto bosque. Y sé que a los demás no les desagrado en lo absoluto.
Termina diciendo Harlequin con una sonrisa volteando hacia el cielo pensando en la alegría que había en el reino que gobierna.
Diane solo se le queda viendo impresionada ante tales palabras tan honestas y sinceras por parte de aquel rey hada. A ella, a decir verdad le agradaban las personas que pensaban de ese modo. Y al verlo mejor, se dio cuenta también de que quería mucho a su reino y no los desprotegería por nada del mundo.
—¿Y tú, Diane? ¿Qué me puedes contar de dónde vivías?
"Antes de que mi hermana te raptara"
"Espero no tocar una fibra sensible, de seguro extraña a su familia"
El rey hada estaba atrapado en sus pensamientos tan culpables cuando, de pronto, Diane habló:
—Era muy bonito y agradable estar ahí. Me encantaba, en especial, la biblioteca que estaba en la parte central del reino. Siempre que terminaba un libro, iba ahí y compraba uno nuevo para seguir leyéndolo ¡Es que la lectura siempre ha estado inculcada en mi familia! Aunque a mi hermana no le llame mucho la atención, ¡a mi sí! Siempre me estarías encontrando rodeada de libros, ya sean nuevos o viejos y desgastados por tanto uso. Pero, es que simplemente no puedo evitarlo.
"Oh y además de gustarme eso, en Megadozer las personas siempre son amables por ahí. Por donde pises te hablaran amablemente. Oh, y también los jardines del palacio donde vivía, simplemente hermoso. Ese de hecho era mi lugar de lectura, lo usaba cada que quería estar un momento a solas conmigo misma y perderme entre las hojas de mis desgastados libros.
Ante todo esto, Harlequin le prestaba total atención a todo lo que le contaba la castaña. Le parecía divertido los gestos que la muchacha hacia al hablar. Siempre tan expresiva. Se notaba la emoción en su voz cuando hablaba de su antiguo hogar. Y no pudo evitar que un suspiro saliera de sus labios al contemplarla.
Diane se percató que hablaba demás y, avergonzada se disculpó con el hada.
—Disculpe si hable demasiado, es que cuando recuerdo Megadozer siempre termino emocionándome contando lo increíble que me parece.
Al rey hada, ese gesto le pareció sumamente puro y tierno, ante lo cual contestó sonriente:
—No te preocupes, es bueno ver que te alegras por cosas que amas hacer, es normal, no te culpo. Tú no tengas vergüenza si hablas "demás", yo te escucharé.
Tras esto, Diane se sintió más aliviada al ver su mirada tan sincera.
—D-De acuerdo. Muchas gracias.
El tiempo fue pasando rápidamente mientras ambos hablaban de ellos mismos. Comenzaban a conocerse cada vez más y cada vez se atraían más.
Cuando menos se dieron cuenta, el sol ya se estaba ocultando dejando ver a las nubes ya de un tono entre rosado y anaranjado. La vista era simplemente preciosa.
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Rey Hada
RomanceY la vió, tan bella, desbordando ternura angelical y algo dentro de él supo que con ella la vida sería menos aburrida. Los personajes no me pertenecen