Diane estaba en su habitación leyendo un libro que parecía ser bastante viejo y un poco desgastado de tanto uso, se trataba de una famosa obra de William Shakespeare titulado "Hamlet", era una de las obras favoritas de la chica. Amaba leer ese tipo de historias porque siempre dejaban con ganas de saber más, de saber qué ocurriría con el destino de los personajes principales de tal historia y el drama le gustaba en sobremanera, aunque eso implicara que soltara un par de lágrimas en los momentos tristes.
La castaña, recostada en su cama, tenía una sonrisa de satisfacción porque llegaba una parte en la cual siempre le emocionaba del libro, aunque había que tener en cuenta que estaba a punto de terminar esa novela y, por lo tanto, se había decidido en buscar una obra nueva para poder disfrutar tranquilamente en su alcoba, así que cuando lo vaya a terminar pedirá permiso a sus padres de poder salir al pueblo a comprar otra hermosa novela de igual calibre como lo son las magníficas obras de Shakespeare.
Y si, aún así siendo de la realeza, esta jovencita de 17 años no le importa ir por ahí a caminar, porque siempre ha pensado en que no debe jamás depender de los demás, aun a sabiendas de que sus padres siempre la mimaban (era inevitable, al ser la hija pequeña), ella nunca se volvió una niña caprichosa que solo quería cosas para ella misma siendo egoísta. Diane aprendió, gracias a sus padres, a ser de corazón noble a pesar de tener riqueza.
Luego de un rato, terminó de leer aquel libro y, soltando un suspiro de satisfacción decidió ir a aquel pueblo, no sin antes, vestirse adecuadamente con un lindo vestido liso de color azul rey y una blusa larga de azul claro, y unas zapatillas blancas y cómodas. Y, amarrando su cabello en dos coletas a cada lado de su cabeza, se vio al espejo de su pieza y, satisfecha con lo que sus ojos veían, Diane al fin salió de su alcoba cerrándola suavemente. Iba caminando alegremente por los pasillos del castillo saludando a toda persona que pasaba por su lado. Normalmente los criados del castillo se quedaban sorprendidos por tanta muestra de amabilidad de parte de su ama, pero ya sabían que así era Diane y nunca cambiaría, éstos mismos le devolvían el saludo amablemente mientras volvían a sus actividades cotidianas, como la limpieza interior del castillo y demás trabajos que tenían, como cuidar del gran jardín de aquel enorme recinto, entre otras tareas.
La chica se encontró con su hermana mayor Matrona recargada a la orilla de las escaleras con un rostro un tanto dubitativo, así que decidió preguntar el porqué de su mirada tan perdida...
-¿Hermana te ocurre algo?-Pregunta la de ojos amatista viendo a su hermana mayor con un deje de curiosidad y preocupación-
-No es nada, solo... pensaba... ¿Diane qué opinas sobre enamorarse? Es una pregunta un tanto repentina, pero me gustaría saber qué piensas de eso- "Aunque ya me espero su respuesta"-Esto último lo pensó la pelirrubia, al conocer a su hermanita, pero aun así tenía curiosidad sobre qué dirá ya que se sabe que Diane es muy entusiasta.
-¡Oh! ¿Tu, preguntándome eso? No puedo creerlo. Pero responderé a tu pregunta hermana, ya que adoro estos temas, que tienen como título "amor"- Esto último lo dijo con una expresión picara, donde al mismo tempo sus grandes ojos brillaban de emoción-.
-Pues verás, yo siempre he dicho que enamorarse ha de ser de lo más bonito que te pueda ocurrir en la vida, aunque también he escuchado por ahí que puede sufrir bastante si no es la persona indicada que te robe el corazón. Pienso que me encantaría experimentar ese sentimiento tan profundamente que hasta me duela el pecho y, por supuesto, me encantaría recibir el mismo sentimiento de la otra persona-Terminó de decir Diane con una sonrisa jovial y sus ojos soñadores mientras unía sus dos manos a la altura de su pecho dando un suspiro-
Matrona no era de esas que siempre sueñan con su príncipe azul y viven una vida de "felices para siempre", ella, desde pequeña, tenía una muy fuerte convicción de ser la más fuerte y por ende, proteger a su familia y por eso no pensaba en esas tonterías... Tonterías que pasaron a segundo plano cuando cayó en cuenta que se sentía extrañamente atraída hacia un hombre extremadamente interesante para ella y que se lo encontró de pura casualidad mientras daba una vuelta por el reino, haciendo uno de sus típicos entrenamientos. Zalpa, (así es como se llamaba el hombre), parecía ser extremadamente fuerte con una musculatura bastante destacable. Lo vio por ahí trotando igual que ella, a esto le dio curiosidad y se acercó a hacerle plática, ya que vio en él amabilidad de sus ojos.
De ahí en más, Matrona ya no se lo podía sacar de la cabeza y eso la tenía un tanto confundida, es por eso que le hizo aquella pregunta a su hermana menor y despejar su cabeza un poco y pensar en frío.
Matrona suspira pensando en las ironías de la vida, había creído que nunca caería en las redes de cupido, pero, al parecer, es imposible escapar de él.
-Hermana Diane, creo... creo sentirme un tanto atraída hacia cierta persona que conocí un día y desde aquel entonces n-no puedo sacarlo de mi cabeza-Dice la rubia con un ligero rubor en las mejillas viendo para otro lado evitando el contacto visual-.
-¡Ay! ¡Es muy lindo eso! Felicidades hermana, alguien pudo conquistar tu duro corazón-Contesta Diane con una risita-
-¿Y tú? Ya quiero verte babear por alguien, ya que, yo recuerde, siempre has soñado con tu "príncipe". Quiero ver el día en el que les presentes a nuestros padres a su futuro yerno-Ríe la rubia con un deje de burla, haciendo que la castaña infle sus cachetes fingiendo molestia, porque se sabe que Diane no ha encontrado al indicado todavía aun con tantos intentos por hallarlo-
-Ya verás, encontraré a alguien con quien pueda ser yo misma-Dice con un deje de altanería fingida cruzándose de brazos, para después despedirse de su hermana y bajar por las escaleras al recordar que tenía cosas que hacer-
-Diviértete-Contesta la mayor viendo Diane bajar las escaleras-"Espero que lgun día encuentres a tu "príncipe".-Y con estos pensamientos Matrona se retira a sus aposentos.
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Diane se encontraba caminando por un gran pasillo del castillo, después de una pequeña conversación con los reyes, éstos le permitieron la salida, pidiéndole que tuviera mucho cuidado.
Y al final La oji-morada se dirigía alegremente hacia la salida de su hogar cuando, justo en ese momento, al abrirse las puertas, se encuentra con una gran sorpresa.
Los ojos de la chica más alta se posaron sobre los de una de complexión más baja viéndola con curiosidad, cuando la rubia decide hablar.
-Um... Hola Diane-Saluda Elaine como si la conociera de tiempo atrás, escondiendo un deje de emoción al leer el corazón de la chica enfrente suyo-"no poder ser, ella...ella es..."
-Uh ¿Hola?, disculpa, y ¿tu eres...? Porque no recuerdo haberte visto antes-Contesta Diane con un tono de duda y curiosidad-
-¡Oh! Disculpa, me llamo Elaine y he vendo hasta aquí por algo importante: Salvar a mi hermano y para eso-Elaine la observa fijamente- Te necesito, eres una pieza clave. Disculpa tanta información que llegue así de repente, pero necesitaba venir ya con urgencia, conozco a tus padres y éstos a mí, hablé con ellos y me permitieron venir hasta aquí para proponerte algo importante... Estaría encantada de que aceptaras Diane.-Elaine sabía que sería un tanto complicado que Diane a siguiera, pero si usaba una buena persuasión, algo le decía que lo podría lograr-
-¿Y-yo? ¿Y en que podrí ayudar? Y ¿Cómo es que conoces a mis padres?
-La última pregunta la contestaré si me permites acompañarte a donde ibas, para, también tener un poco más de privacidad y decirte cómo está todo-Esto último la rubia lo dijo susurrando, sabía que no podía hablar de esto tan confiadamente, si había alguien cerca, no quería llamar mucho la atención- por favor, me gustaría hablar contigo, porfavor
-De acuerdo, vamos-Después de meditarlo a Diane no le quedaba de otra más que aceptar, ya que sentía una enorme curiosidad del porque vinieron hasta allí, y específicamente por ella y ms que nada ¿Qué tienen que sus padres en esto? Tenía tantas dudas que necesitaba que fueran inmediatamente respondidas-
-Tranquila, tus dudas serán aclaradas en breve...futura cuñada...-Esto último lo dijo en un susurro la de menor estatura, para después salir las dos rumbo al pueblo y poder ahí, de una vez por todas contarle sus planes a la princesa.
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Rey Hada
RomansaY la vió, tan bella, desbordando ternura angelical y algo dentro de él supo que con ella la vida sería menos aburrida. Los personajes no me pertenecen